Hablar solo cosas positivas de su marca en la publicidad, decir que es la mejor, que es perfecta y que todo lo puede, no solo es probable que sea una exageración sino que resulta cansado y poco efectivo para ganar la fidelidad de los consumidores y para capturar aún más a sus clientes.
Por ello, se deben generar estrategias que acerquen más a su público. “Las marcas hoy ya no son ‘yo’, llenas de orgullo, de ego gerencial, sino son marcas que la gente construye o destruye", advirtió Jacobo Riba, director de la empresa God Branding, asesora en temas de marcas. "Se deben trazar relaciones con el cliente y no solo transacciones, fortalecer el vínculo con el consumidor, hacerse su amigo”.
Una forma de lograr ese acercamiento con el público es hacer que la marca parezca más una persona, que les hable a sus clientes y que no se vea como una institución aburrida, lejana, que no se involucra.
Nicolás Morera, director de estrategia de marca God Branding, alega que las pymes, en primer lugar, deben definir su marca: “¿Qué es? ¿Qué debería ser? ¿Dónde está? ¿Hacia dónde va? ¿Hacia dónde debería ir?”.
Morera dice que las pymes deben enfocarse en construir una relación con su consumidor.
Para ello, el publicista señala que se debe fijar un lenguaje de marca que sea simple, único y personal y saber muy bien qué representa la marca para el consumidor.
Para él, es esencial capacitar a los empleados de la empresa para que comprendan la marca y comuniquen lo que desean de ella de la mejor manera.
“Establezca objetivos simples y claros. Construya en función de estos una estructura de comunicación anual e intente respetarla. Defina un segmento, no trate de 'matar tres pájaros con una misma piedra'. El querer ser para todos acaba por ser nada para nadie”, aconseja Morera.
¿Cómo acercar al cliente con la marca?
Con la generación de contenido interesante, que invite al cliente a participar, a dar su criterio.
Un ejemplo de esto se dio con la empresa de buses La Peri, que impulsó una campaña -tanto interna como externa- para crear consciencia sobre la importancia de que los choferes manejen con cuidado y sean amables con los viajeros.
Por medio de las redes sociales se creó una campaña para que el público escogiera al chofer más “Zen-sato” (un juego de palabras que alude a zen, de paz, calma y, a su vez a la sensatez que debe tener un conductor).
La mayoría de choferes estuvieron de acuerdo y se colgó su foto –con un diseño divertido y con el uso de su apodo- y la gente colocaba estrellas para calificarlos.
Se generó expectativa entre los mismos choferes, quienes comentaban entre ellos quién ganaría y hasta las mismas familias de estos participaban con sus comentarios y votaciones en Facebook.
Otro ejemplo que involucró a los clientes de una marca fue una campaña de la tienda de ropa femenina Garper, en la que se buscaba a la Chica Garper.
Se le intentó dar protagonismo a las propias usuarias y a sus amigos, quienes tenían que votar por ellas en las redes sociales, y no tanto a la marca.
Según Riba, esta estrategia dio resultados positivos, pues la marca fue expuesta gracias a la participación de los propios consumidores, lo que eventualmente generó un impacto positivo en las ventas.
Riba les aconseja a las pymes ver a la marca no como un simple logotipo, que permite distinguir a una empresa de otra, sino saber que va más allá de eso: significa una relación estrecha con el cliente.
Además, recomendó que al construir una marca se supere la tríada calidad-precio-servicio, pues todas las empresas aspiran a lograr esto y es lo menos que se le puede ofrecer al cliente.
Recalcó que se debe ir más lejos que eso y establecer una relación emocional con los consumidores.