Microsoft y su aliado OpenAI lanzaron el año pasado una carrera de locos por la inteligencia artificial generativa (IA) con el ChatGPT y su tecnología GPT. Google les dio alcance de inmediato, primero con Bard y luego con Gemini.
Desde entonces los dos gigantes dominan esta tecnología crucial, gracias a sus modelos cada vez más potentes, mientras que Amazon ha tenido que pivotar para seguir en el juego.
“Con todo respeto, no estoy de acuerdo”, dijo Adam Selipsky, director de Amazon Web Services (AWS), el servicio de nube de Amazon. “No habrá un único modelo (de IA generativa) que domine sobre todos los demás”.
“Tenemos modelos grandes y pequeños, algunos muy rápidos, otros muy precisos. Los clientes necesitan elegir para responder a diferentes necesidades”, agregó al citar las cualidades de diferentes modelos en la plataforma Bedrock de AWS, como Claude (Anthropic), Llama (Meta), los de la francesa Mistral y los de Titan, una marca de Amazon.
“Quizá otros proveedores de nube no tienen una gran selección”, bromeó el directivo.
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La IA generativa —que incluye producción de texto, de imágenes, de líneas de código y sonidos con una simple solicitud en lenguaje corriente— se considera en Silicon Valley y más allá como una revolución industrial inevitable.
En especial, las empresas de servicios en nube que almacenan los datos de organizaciones de todos los tamaños comercializan servicios de IA, y ahora alojan los modelos que necesita esta nueva tecnología.
Amazon, pionero del comercio en línea y de la nube, domina la informática en remoto. A finales de 2023, AWS tenía el 31% del mercado, de acuerdo con Stocklytics.
“Seguir como líderes”
Pero detrás están Microsoft (con Azure, 24%) y Google Cloud (11%), que ganan terreno.
Gracias a sus casi $13.000 millones inyectados en OpenAI, y sus nuevas herramientas de IA generativa, Microsoft “marca el camino”, según el analista Dan Ives.
El gigante de la informática y Google compiten en el campo de los asistentes virtuales de IA para la creación de contenidos (correos electrónicos y publicidad, entre otros) y aplicaciones.
Amazon parece más discreto. AWS es poco conocido por el gran público, y Alexa, su asistente vocal, aún no sostiene conversaciones como ChatGPT.
“Pero nosotros hacemos IA desde hace mas de 25 años. En 1998, en el sitio de e-commerce se llamaba ‘personalización’”, subrayó Selipsky. “Tenemos miles de expertos en IA y rápidamente algunos de ellos fueron hacia la IA generativa”.
Entre los especialistas se encontrarían equipos que trabajan en diseñar los chips Trainium (que entrenan modelos de IA), la plataforma Bedrock (lanzada en octubre) y Amazon Q, un asistente de IA.
“Si llevamos a cabo nuestro planes y continuamos siendo verdaderamente creativos, creo que seguiremos como líderes de la nube”.
A la cabeza de AWS desde 2021 —cuando el exdirector Andy Jassy reemplazó a Jeff Bezos al frente de Amazon— a Selipsky le gustaría que sus clientes y socios sean testigos de ello.
Entre ellos Nvidia, estrella de la IA generativa gracias a procesadores ultrasofisticados o GPU. La empresa con base en California “acaba de anunciar en el escenario, conmigo, que está construyendo un ‘superordenador’ en AWS, con sus chips, para hacer su propia investigación y desarrollo internos”, insiste.
“Infalibles”
Amazon, con sede en Seattle, invirtió $4.000 millones en Anthropic, un rival de OpenAI y que también cuenta con una importante financiación de Google.
La empresa emergente va a usar AWS y los microchips Trainium para “construir las futuras versiones de sus modelos”.
“Y va a ayudarnos a mejorar nuestra tecnología”, dijo Selipsky.
Sobre las novedosas aplicaciones de la IA generativa, Selipsky menciona sobretodo ejemplos de mejora de la productividad.
El laboratorio farmacéutico Pfizer, “que tiene cerca de 20 proyectos piloto de IA en AWS, estima que va a lanzar (medicamentos) más potentes, más rápidamente y tener (hasta) mil millones de dolares de ahorros anuales gracias a la IA”, explicó.
Empresas como las aerolíneas se sirven de la nueva tecnología para crear chatbots que interactúan con sus clientes. Aunque no son infalibles.
“Las empresas nos dicen que los seres humanos tampoco son infalibles”, señaló Adam Selipsky. “Y en varios casos, los modelos resultan más eficientes en términos de precisión y de utilidad que los agentes” de carne y hueso.
Según el ejecutivo, los despidos en AWS no tienen nada que ver con que la IA sustituya a los empleados.
La plataforma de servicios de nube acaba de suprimir cientos de puestos de trabajo, sobre todo en ventas y mercadeo, para centrarse en sus prioridades: la IA.
“AWS tiene miles de ofertas de empleo”, indicó. “Así fue ayer y así será mañana”, concluyó Selipsky.