Los equipos, dispositivos y software que ya tiene en su compañía pueden ser aprovechados para el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), automatizar las operaciones, aumentar la eficiencia y ganar competitividad en el mercado.
Es posible que ya en su empresa, en su oficina e incluso en su casa cuente con sistemas automáticos (que usan sensores) para apagar y encender las luces o el aire acondicionado, que fueron instalados en un inicio para reducir el gasto energético.
Si conecta esos sensores a un sistema inteligente podría agregarle funciones. Así, cuando alguien ingrese a una hora inusual (en la madrugada en la compañía o en la tarde cuando se supone que no hay nadie en casa) podría enviar alertas de seguridad .
También es factible generar una aplicación para determinar el porcentaje de horas de trabajo que pasa ocupada una sala.
A nivel de las ciudades , las redes wifi y dispositivos como cámaras de vigilancia se podrían aprovechar para monitorear el trafico de vehículos o para recopilar datos de delitos. Con esa información las autoridades podrían tomar decisiones, implementar programas o realizar acciones puntuales e inmediatas.
En las empresas, bancos o instituciones públicas los equipos y sistemas que se utilizan para control de visitantes o flujo de clientes podrían servir, además, para determinar si es necesario reforzar la cantidad de ejecutivos de atención a los clientes, los cajeros o los funcionarios en ventanillas.
Piense en las máquinas y redes que tiene en la planta de manufactura, en la tienda, el hotel o en una finca y cómo se les pueden agregar funcionalidades, en especial aquellas que le generan datos de operación en tiempo real.
Los equipos y dispositivos se podrían aprovechar en muchas tareas adicionales a las actuales, para lo cual es necesario avanzar en varias etapas y cumpliendo al menos 10 condiciones básicas.
El éxito depende de las decisiones gerenciales y de la colaboración de los encargados a niveles operativo y de dirección intermedias en las organizaciones.
“Los cambios más importantes para que un sistema inteligente funcione y dé resultados positivos en una empresa tienen que ver con el factor humano , no con la tecnología”, advirtieron Ronald Bolaños y César Barquero, integrantes del Consorcio de Internet de las Cosas (C-IoT).
A nivel global, la firma Gartner proyectaba un alza del 30% de objetos conectados para el 2016 y alcanzaría unos 6.400 millones de dispositivos. Para el 2020 se llegaría a 20.797 millones de objetos conectados, la mayoría a nivel de los consumidores (65%).
En la industria se pasaría de 1.092 millones de objetos conectados en el 2016 a más de 4.408 millones en el 2020.
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Conexiones
La posibilidad de aprovechar los equipos existentes en la automatización de las operaciones se facilita porque ellos funcionan con lenguajes de programación, herramientas y sistemas que manejan estándares y protocolos de comunicación.
Estos estándares y protocolos permiten extender el uso de los dispositivos al desarrollo de aplicaciones de IoT.
Además (con protocolos como MQT, CoAP, XMPP, REST) se generan redes de baja potencia y de largo alcance, aseguró Andrea Álvarez, consultora de Fusion Middleware de Oracle.
Así es posible generar la interoperatividad de los equipos y sistemas, agilizar la comunicación con las redes y contar con interfases que faciliten la gestión e interacción de los componentes de un sistema de automatización.
La industria tecnológica también ofrece plataformas en la nube para acelerar y facilitar el desarrollo de los proyectos de IoT.
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Una condición muy importante es la capacidad de la red de transporte de los datos generados por los dispositivos. La empresa también deberá tener la capacidad para recopilar, registrar y analizar la información, así como para responder al incremento del volumen de datos.
“Toda esta información que los dispositivos emiten o comparten genera volúmenes de datos cada vez mayores, lo que conocemos como big data . Este a su vez acelera la demanda y la velocidad con la que requerimos entender y utilizar estos datos”, advirtió Francisco Montesinos, gerente comercial de GBM.