El G7 se reúne en Japón con fricciones en torno al abandono del carbón

El grupo de países aún no coincide en una fecha común

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Los ministros de Energía y de Medio Ambiente de los países del G7 se reúnen en Japón este fin de semana, pero, al tener opiniones encontradas sobre cuándo abandonar las energías fósiles, las posibilidades de que adopten medidas fuertes contra el cambio climático son escasas.

La reunión ministerial tendrá lugar este sábado y domingo en Sapporo, en el norte de Japón.

Un borrador, fechado el 5 de abril, del comunicado conjunto que deberían divulgar el domingo y al que tuvo acceso la AFP da cuenta de profundas divisiones respecto al calendario de abandono del carbón en los países del G7 en el sector de la electricidad.

El Reino Unido, con el apoyo de Francia, propuso que los países dejen de utilizar el carbón para producir electricidad en 2030. Sin embargo, podría acabar imponiéndose un objetivo, más difuso, formulado durante el G7 de Alemania el año pasado: el de trabajar para que el sector eléctrico funcione mayoritariamente sin carbón para 2035.

También ha generado debate la propuesta de Japón de justificar nuevas inversiones en el sector del gas en nombre de la "seguridad energética", con los trastornos provocados en esa área por la invasión rusa de Ucrania iniciada el año pasado.

En 2022, el G7 decidió tolerar inversiones en el gas como respuesta "provisional" a las "circunstancias excepcionales" relacionadas con la guerra en Ucrania.

Japón también quiere que el G7 reconozca su controvertida estrategia de utilizar hidrógeno y amoniaco como combustibles para sus centrales de gas y carbón, un concepto que, además, espera exportar a otras partes de Asia.

Temor a una “regresión”

Pero Makiko Arima, de la oenegé Oil Change International, calificó la estrategia de Tokio de "tóxica", y afirmó que podría hacer "descarrilar" la transición energética en Asia. Su plan de "transformación verde", denominado "GX", no servirá más que para promover tecnologías que "prolongarán el uso de las energías fósiles", denunció Arima.

Otras oenegés temen también que la reunión desemboque en un retroceso en materia de compromisos climáticos.

Si el G7 terminase "constatando una regresión, sería terrible", apuntó Friederike Röder, vicepresidenta de la oenegé Global Citizen. Además, esto enviaría "malas señales" al resto del mundo antes de la cumbre del G20 EN India y de la COP28 de Dubái de finales de año, señaló.

"Si dices que tu casa se quema, que el planeta está ardiendo [...] pero no haces gran cosa para contrarrestar a los poderosos intereses particulares[...], no estás enviando ningún mensaje inspirador al resto del mundo", abundó Alden Meyer, del grupo de reflexión sobre el clima E3G.

“Década crítica”

El calentamiento global causado por la actividad humana provocará que las temperaturas medias suban 1,5 ºC respecto a la era preindustrial a partir de 2030-2035, advirtió el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en un informe publicado el mes pasado.

El presidente del IPCC, Hoseung Lee, lamentó que "de momento" hay una falta de "voluntad política fuerte" para luchar contra el cambio climático, pese a que el acuerdo de París sobre el clima, firmado en 2015 y apoyado por todos los miembros del G7, busca precisamente limitar ese aumento de las temperaturas a 1,5 ºC.

Todos los miembros del G7 están de acuerdo en instar a todos los países a actuar "colectivamente" en esta "década crítica" para reducir las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero "para, como muy tarde, 2025", según un extracto, ya validado, del comunicado que se difundirá el domingo.

Un mensaje que parece estar implícitamente dirigido a China, según los expertos.