Luis Amador, ministro del MOPT, sobre los consejos de la institución: “Han sido feudos en su propio territorio”

El ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, esbozó en una conversación de 20 minutos con EF la reestructuración del MOPT que pretende y el papel que juega en ese proceso el proyecto de ley enviado al Congreso

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Luis Amador Jiménez, de 46 años, regresó al país después de vivir por 12 años en Canadá con la tarea de reestructurar al Ministerio Obras Públicas y Transportes (MOPT). La reestructuración apenas está en marcha y el jerarca asegura, después de dos semanas en el cargo, que ya llegará el momento de presentar el esquema definitivo de esa nueva cartera que espera dejar en marcha antes de abandonar su despacho, por el que han pasado decenas de ministros y en el que se han mencionado otros cuantos deseos de cambio.

En pleno desplazamiento hacia una reunión como jerarca de gobierno (no especificó a dónde, ni con cuáles actores), el nuevo ministro atendió a EF desde el vehículo que lo transportaba. El objetivo fue exclusivamente el de conversar sobre esa tarea de “reingeniería”, como él la llama, y sobre el papel que jugará dentro de ella el proyecto de ley que ya envió al Congreso para absorber en el MOPT las funciones de los tan criticados consejos de Seguridad Vial (Cosevi), Vialidad (Conavi), Concesiones (CNC) y Transporte Público (CTP), cuyo nacimiento (al menos en el primero de los casos) se romonta hasta hace más de cuatro décadas.

Esos consejos, dice, han funcionado en muchos casos como “feudos o principados en sus propios territorios” y se abrieron a influencias indeseadas. Tampoco contaron con el financiamiento prometido inicialmente, se hicieron más grandes de lo debido y restan rapidez de acción a la coordinación general que la figura ministerial, considera, debería tener.

Amador niega que sus intenciones y las del gobierno sean regresar al MOPT a su escenario de 1979 o de al de finales de siglo pasado, cuando se crearon la mayoría de estas entidades cuyas tareas se pretenden devolver al Ministerio. Por el contrario, promete un nuevo esquema de trabajo y dice que esa propuesta de reconfiguración de la cartera estaría lista en un plazo de entre seis meses y un año.

Esta fue la conversación de 20 minutos.

En el proyecto de creación del CTP se hablaba de la gestión del MOPT en la materia como la de “un paquidermo anquilosado con muy poca capacidad de reacción”. ¿Por qué debemos suponer que este proyecto para eliminar desconcentraciones no nos va a devolver a esa descripción tan dura?

— La clave está en que no vamos a sostener el Ministerio tal como usted lo conoce hoy día. Habrá toda una reingeniería interna, en la cual ya se están mapeando todos los procesos, los puestos, las responsabilidades y las cargas, para alinearlos a nivel de cada persona, con responsabilidades e indicadores. Se buscan movimientos internos y cambios, algunas unidades se integrarán y otras se romperán. La estructura piramidal debe hacerse más plana. Toda esta reingeniería es una forma de reorquestar la institución a lo interno. No se piensa simplemente eliminar las juntas directivas y los consejos para seguir trabajando con lo que tenemos porque eso no va a funcionar, evidentemente. Tenemos que hacer esta reingeniería institucional.

¿Este proceso ya está en marcha?

— Es un proceso en marcha. Tenemos varias alternativas que estamos valorando. Estamos conversando a lo interno, para escuchar a las diferentes partes, a los sindicatos. Pero también estamos valorando, desde un punto de vista de eficiencia operativa interna, cómo es que tenemos que reorganizar la institución de manera que podamos responder a las diferentes funciones que la institución tiene que sacar adelante.

Una crítica que han mencionado personas del sector de infraestructura se relaciona con el hecho de que se centren múltiples potestades sobre una sola persona: el ministro de turno. Se dice que eso podría ser poco práctico en términos de control y de eficiencia. ¿Cómo responde a eso?

— En este momento el ministro no tiene orden de mando en ninguno de los consejos u órganos de desconcentración máxima, entonces el ministro debe sentarse cinco horas y desgastarse, para explicarle a los miembros de la junta directiva por qué se necesitan hacer ciertas cosas. Eso limita el margen de acción, porque muchas veces hay cosas que vienen desde el MOPT y llegan a los consejos, por los asuntos pertinentes del área que a ellos les compete. Además, los consejos no se hablan entre ellos, entonces esa coordinación interna tampoco se está logrando.

Yo siempre he creído que la figura del ministro tiene que ser una persona con buen conocimiento y que sea capaz de maniobrar los diferentes departamentos de la institución; pero también que pueda desconcentrar internamente y reasignar a los directores competencias específicas, sin que el ministro tenga que estar viendo todos los elementos operativos del día a día. Puede haber un director de puentes, por ejemplo, con un departamento a cargo; puede haber un director de diseño de pavimentos o de conservación de vías. Hablo de figuras específicas en direcciones que se encarguen de aspectos que se les descargan y que el ministro, como tal, sea una figura con una perspectiva un poco más macro.

Por eso es que mapear los procesos actuales y elaborar los procesos que se quieren tener en el futuro, y reorganizar la estructura para que responda a eso, se hace muy necesario.

El hecho de que se impulse un proyecto para eliminar los órganos desconcentrados sin tener a mano todavía la propuesta final de reorganización interna podría generar ruido. ¿Por qué el gobierno toma la decisión de presentar de inmediato la eliminación de desconcentración de sus consejos sin tener todavía esa estructura nueva lista?

— Hay dos motivos. Uno es que en la Asamblea todo dura su tiempo. Otro es que ya estamos avanzados en la reorganización interna. En algún momento, cuando estemos listos, se va a presentar a la población. Mientras tanto los diputados van a ir discutiendo. Hay un transitorio en el proyecto de ley que da un año de plazo para que el Ministerio presente esa reorganización interna y entonces la intención es que, cuando los diputados nos convoquen, enseñarles un poco de esa estructura para que ellos comprendan hacia dónde nos estamos dirigiendo y qué es lo que ese transitorio propiciaría; pero es importante enviar el proyecto desde ya porque usted sabe todos los problemas que existen para la gestión. Se pensó hacerlo en paralelo.

Ya tenemos tres propuestas específicas a lo interno (de reestructuración), lo que pasa es que todavía estamos afinando un poco la integración de los órganos de desconcentración; pero la estructura organizacional base ya está. Ahora estamos culminando con la integración de las funciones de los diferentes consejos dentro de esa estructura base.

¿Se publicará la nueva estructura del Ministerio pronto?

— Cuando esté culminado y estemos con la propuesta final, que sea una propuesta sobre la que estemos todos de acuerdo a lo interno del MOPT, ya lo podremos presentar. Pero primero hay que tomar la opinión de los diferentes funcionarios y tomar la opinión de consultores y expertos que mueven esta parte organizacional.

¿Tienen algún plazo?

— A lo interno esperamos tenerlo en cosa de unos seis u ocho meses, más o menos. Pero es todo un proceso y este es un escenario optimista. En un escenario pesimista hablamos de hasta un año.

Sería posible que la Asamblea Legislativa, por las reformas reglamentarias que obligan a tomar decisiones en menos tiempo, deba de conocer o hasta votar en comisión dictámenes sobre el proyecto de desconcentración de órganos sin tener ese plan a mano.

— Es que el proyecto busca la eliminación de los consejos y de las juntas directivas de los mismos y, en paralelo, da la potestad al Ministerio para su reorganización interna. Eso segundo no es algo que requiera de aprobación de la Asamblea Legislativa, es competencia interna del Ministerio. Lo que los señores diputados tendrían que aprobar es la eliminación de todas esas juntas viciosas que tenemos y de todos esos consejos, en los que tenemos intereses creados y se nos entraba todo.

¿Existen proyecciones sobre ahorros de la reestructuración?

— Todavía no tengo un número para poder entregárselo pero, en rangos generales, hay dos aspectos de ahorro. Uno es el que tiene que ver a lo interno y otro el que tiene que ver con la competitividad del país, para hacer preingeniería de manera más ágil, por ejemplo... para quitar barreras a la inversión. Con un Ministerio más eficiente el país tiene que ser más competitivo y nosotros podemos ayudar en dotar al país de infraestructura necesaria y complementaria para la inversión y la producción, además de para el movimiento de personas.

Si hace muchos años se hablaba de que la concentración en el MOPT no servía´, que no permitía tener la obra pública suficiente, ni realizar los trámites a tiempo y luego se dijo que la solución era la desconcentración...

— (Interrumpe) Perdóneme que lo interrumpa. Es importante explicar que el Conavi se creó con leyes que también creaban un impuesto único a los combustibles que era de uso exclusivo para atender toda la vialidad, pero Hacienda nunca le ha transferido al Conavi la totalidad del impuesto. Entonces el propósito inicial era dotar de un recurso único y una unidad única que permitiera ejecutar esos recursos, pero eso nunca sucedió.

Similar ocurre con el Cosevi, en donde las licencias y otras cosas se supone que generan recursos, pero Hacienda toma el dinero y yo no estoy seguro de que le transfiera la totalidad. Lo mismo con Aviación Civil, usted sabe lo que pagamos cada vez que salimos y entramos del país en impuestos, pero yo no estoy seguro que Hacienda está entregando la totalidad de eso.

Entonces lo que se creó como una figura de desconcentración para poder realmente ver partes específicas, con un buen ánimo a nivel de financiamiento, en la realidad nunca se llegó a dar. Sí, el Ministerio no es el ente más competitivo y más eficiente y hay que reformarlo internamente, de acuerdo. Pero los consejos fueron creados bajo la expectativa de que ese financiamiento iba a existir y no fue así.

Aparte de eso, se generaron juntas directivas con demasiadas personas, en muchos casos que ni siquiera son técnicos y no tienen requisitos mínimos. Eso hizo que cualquier persona llegue ahí y que muchos lleguen a defender intereses. Yo creo que podemos revertir esa tendencia y generar un Ministerio fuerte, pero hay que hacer esa reestructuración interna.

Usted hace un análisis de lo que no se logró con la desconcentración de los últimos años, mi duda es por qué considera que la concentración sí logrará la eficiencia ahora, con esta nueva propuesta.

— En el Ministerio como tal hay personas que todavía son valiosas y que son realmente orgullosas de la institución, que se dan cuenta de todas las necesidades y problemas que tenemos a lo interno. Hay bastante conocimiento acumulado que se puede aprovechar para realmente articular desde el punto de vista funcional las actividades del Ministerio y que eso nos permita hacer competitiva a la institución, de manera que podamos realmente accionar. Lo que ha pasado en muchas ocasiones es que cada vez que se ha hecho un intento lo han echado para abajo y ya usted ha visto todos los temas de corrupción que han salido justamente por tener todas estas funciones desconcentradas en entidades que han funcionado como feudos o principados en su propio territorio.