Reino Unido y EE. UU. intentan aplacar la ira de Francia por alianza estratégica con Australia

El portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal, aseguró que el movimiento de estos países “parece ser una importante quiebra de confianza”

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Reino Unido y Estados Unidos intentaron este fin de semana aplacar la ira de Francia, su aliada, enfurecida por el anuncio de una alianza estratégica entre estos dos países y Australia, que implica la cancelación de doce submarinos por parte de Canberra.

“El presidente Joe Biden pidió hablar con el presidente de la República [Emmanuel Macron] y habrá un intercambio telefónico los próximos días”, dijo el domingo el portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal.

“Queremos explicaciones” sobre algo que “parece ser una importante quiebra de confianza”, agregó Attal a la cadena BFMTV.

Por su parte, los ministros europeos de Relaciones Exteriores que se encuentran en Nueva York para la Asamblea General de la ONU se reunirán para debatir las consecuencias del nuevo acuerdo militar entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia (llamado AUKUS).

"Será la primera oportunidad para que los cancilleres de la UE discutan las consecuencias de todo el acuerdo, no solo las dificultades entre Francia y Australia, sino el impacto de toda la alianza AUKUS", dijo el vocero Peter Stano de Exteriores del Ejecutivo comunitario.

La decisión de Australia de romper un contrato de compra de submarinos franceses a favor de los navíos estadounidenses de propulsión nuclear generó la indignación de París.

Macron llamó a consultas a los embajadores de Francia en Canberra y Washington, en un gesto sin precedentes, y tenía previsto conversar con ellos la noche del domingo, agregó el portavoz.

El viceprimer ministro australiano, Barnaby Joyce, aseguró el lunes que su país "no necesita demostrar su afinidad y su afecto" hacia Francia, porque tiene "decenas de miles de australianos que murieron en suelo francés o protegiendo suelo francés" en las dos guerras mundiales.

El acuerdo

Estados Unidos, Australia y Reino Unido anunciaron el miércoles una alianza estratégica para contrarrestar a China, incluyendo la venta de los submarinos nucleares norteamericanos a Canberra, que sacó a los franceses del juego.

Como respuesta, un encuentro previsto para esta semana entre la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, y su par británico, Ben Wallace, fue anulado por instancia de Francia, dijo a AFP una fuente del ministerio galo.

Horas después, el primer ministro británico Boris Johnson aseguró que "esta asociación en ningún caso está destinada a ser excluyente (...) No es una cosa que debe causar inquietud, en particular a nuestros amigos franceses".

Johnson buscó halagar a Francia diciendo que mantienen "una relación muy amistosa", de una "inmensa importancia" y declaró el amor "imposible de erradicar" que su país profesa a los franceses.

Previamente el domingo, el primer ministro australiano, Scott Morrison, rechazó las acusaciones francesas de que su gobierno mintió sobre la compra de los submarinos.

"No me arrepiento de la decisión de anteponer el interés nacional de Australia. Nunca me arrepentiré", afirmó.

Los submarinos a propulsión nuclear son más autónomos que los de propulsión convencional (diésel y electricidad) previstos en el contrato con Francia.

Por su parte, el ministro australiano de Defensa, Peter Dutton, dijo este domingo que su gobierno había sido "franco, abierto y honesto" con Francia acerca de sus preocupaciones sobre el acuerdo, que estaba por encima del presupuesto y con años de retraso.

"Nunca estuvimos al corriente de las intenciones australianas. Sus afirmaciones son inexactas", respondió su homóloga francesa, Parly, durante un viaje oficial a Níger.

El sábado, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, afirmó que el caso de los submarinos ha engendrado una "crisis grave".

"Ha habido mentira (...), una duplicidad (...), una gran ruptura de confianza" y un "desprecio" por parte de los aliados de Francia, afirmó el ministro francés.

Incluso Corea del Nortea reaccionó a la nueva alianza, al señalar que "son actos extremadamente indeseables y peligrosos que afectarán el equilibrio estratégico en la región Asia-Pacífico y desatarán una carrera de armas nucleares", según la agencia oficial norcoreana, KCNA.

El contrato

Francia firmó en 2016 un contrato por 56.000 millones de euros ($67.200 millones) para venderle a Australia 12 submarinos convencionales, el cual fue calificado como el “contrato del siglo” por su magnitud e importancia estratégica.

Le Drian consideró que la crisis por el rompimiento de ese contrato influirá en la definición del nuevo concepto estratégico de la OTAN, aunque no mencionó una salida de la Alianza Atlántica.

"La OTAN inició una reflexión, por pedido del presidente de la República (Macron), sobre sus fundamentos. En la próxima cumbre de la OTAN en Madrid será la culminación del nuevo concepto estratégico. Evidentemente, esto que acaba de pasar tendrá que ver con esa definición", adelantó.

“Pero al mismo tiempo es necesario que Europa se dote de una brújula estratégica, y eso será bajo la responsabilidad de Francia en el primer semestre de 2022”, agregó el ministro, en alusión a la presidencia francesa de la Unión Europea hasta el 1 de enero.