Licencia de paternidad y cuotas temporales de participación reducirían barreras de entrada a mujeres en empresas

Costa Rica ocupa el quinto lugar en reducción de brecha de género en Latinoamerica

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Mientras la relación entre mujeres y hombres graduados de las universidades es de 66% a 33%, en el sector privado la participación es inversa: 70% son hombres y solamente 30% son mujeres.

Esto representa para el sector productivo del país una desventaja competitiva, un pobre retorno sobre la inversión en educación y es una de las manifestaciones de desigualdad abordado por el Informe Global de Brecha de Género 2015-2016 del Foro Económico Mundial (FEM) presentado ayer por el Incae y la Casa Presidencial.

La propuesta desde el Instituto es aplicar un modelo sistémico desde el que se evalúen las medidas y políticas implementadas para cerrar la brecha, pero no como iniciativas individuales sino como estrategia interrelacionada.

De acuerdo al informe, Costa Rica ocupa el quinto lugar en reducción de brecha de género en Latinoamerica.

Camelia Ilie, directora del Centro de Liderazgo Colaborativo y de la Mujer de Incae, afirma que las alianzas público-privadas de calidad son clave para este fin.

Incae es socio del FEM en el desarrollo del estudio para América Latina y aplica los cuestionarios de la investigación cada año en siete países de la región.

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Además, afirma que las empresas deben asumir su responsabilidad en el proceso y dimensionar el valor de aumentar la presencia de las mujeres en sus puestos de alta dirección. "Si el cerebro del grupo no es diverso, los bias hacen que inconscientemente se tomen decisiones prejuiciadas", afirma Ilie.

Para aplicación en Costa Rica, Gaudy Solórzano, gerente del Centro de Liderazgo Colaborativo y de la Mujer de Incae, recomendó específicamente impulsar una legislación para una licencia de paternidad, que elimine la barrera de entrada a mujeres al sector privado por prejuicios relacionados con el embarazo y cuido de niños, a la vez que permita un equilibrio vida-trabajo mayor para los hombres.

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También retomó la necesidad, planteada por Ilie, de que se legisle en función de la participación paritaria en el sector privado y político, mediante las cuotas femeninas temporales, cuya aplicación tendría que acompañarse con el compromiso y medición de las empresas, que permita visibilizar sus beneficios económicos y productivos. Esta propuesta surge de su experiencia en iniciativas similares desarrolladas con éxito en Europa.

El tema de participación de mujeres en carreras de alta demanda también protagonizó la conversación. Para los especialistas, la reducción de la brecha de este tema en el país puede invisibilizar otros riesgos, como la mayoría de mujeres en carreras con altos niveles de desempleo y las debilidades del sistema educativo a la hora de superar prejuicios sobre la participación y desempeño de mujeres en matemáticas, ciencias y tecnología.

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En la presentación del informe participaron el presidente Luis Guillermo Solís, los exrectores de Incae, Roberto Artavia y Arturo Condo, y otras personalidades del sector público y privado.

El país número uno en reducción de brecha de género es Islandia, con retos en acceso a la salud.

Cabe indicar que si la brecha sigue reduciéndose al ritmo de la última década, el mundo tardaría 107 años en alcanzar la igualdad, con un rango que va de los 47 años en países europeos a 1951 años en ciertas regiones de Asia y África.