Sea una pyme sostenible para aumentar ventas y, en especial, garantizar su futuro como negocio

No se trata de adoptar programas filantrópicos; es darle un giro al negocio

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¿Cómo califica Usted a una empresa cuyos residuos van a dar a un río o cuyos vehículos generan contaminación sin consideración para nadie? ¿O a los propietarios del edificio de apartamentos que no disponen de mecanismos de separación de la basura? ¿O los comerciantes que provocan contaminación acústica en su calle?

Hay proyectos emprendedores que sí están haciendo una diferencia positiva. Como las tiendas de productos a granel (El Tramito, El Estanco Verde y Santo Cero) que fomentan la comercialización de productos naturales y el uso de recipientes o empaques reutilizables. O el proyecto de Rosario de Nicoya, de turismo rural y sostenibilidad ambiental en el Bajo Tempisque. En esta nota también encontrará links a publicaciones sobre pymes e iniciativas que se proponen ser sostenibles.

Cada vez más los consumidores, especialmente las nuevas generaciones, toman sus decisiones de compra a partir de una mayor conciencia y compromiso con el ambiente. “La sostenibilidad permite a las empresas ser exitosas en el tiempo”, recalcó Josseline Leiva, especialista senior de relaciones públicas y responsabilidad social de Bridgestone Costa Rica.

Las grandes empresas de varios sectores reconocen el valor de ser sostenibles en términos de marca, imagen, ventas, posición de mercado, crecimiento y rentabilidad. A nivel de las micro, pequeñas y medianas empresas también aumentan las exigencias de los consumidores, de los bancos que les brindan financiamiento y de las compañías de las cuales son proveedores.

La sostenibilidad, sin embargo, no es tener un programa ambiental como una acción adicional de filantropía. “La sostenibilidad debe ser parte de los objetivos y planes del negocio”, afirmó Álvaro Soto, gerente general de Roche Centroamérica y Caribe.

Un estudio de la firma KPMG para la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED) indica que el el 90% identifica el impacto de sus operaciones y el 60% de las empresas incluyen la gestión de la sostenibilidad como parte de las responsabilidades en los puestos gerenciales y mandos medios, así como revisan su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

El informe publicado en 2020 advirtió, empero, que los objetivos de desarrollo sostenible son desconocidos por un cuarto de las compañías y que hay retos en la incorporación de estándares globales de transparencia de la sostenibilidad, modelos de financiamiento no tradicionales (como la inversión de impacto enfocada en el valor social y contribución al desarrollo sostenible) y de adaptación y redireccionamiento del modelo de negocios para la mitad de las empresas.

Según el negocio

Todo lo que se realice en la empresa debe ser ambientalmente sustentable. ¿Cuáles acciones son sostenibles? Depende del giro de negocios. Veamos estos casos.

La farmacéutica Roche empezó hace tres años un proceso para convertirse en una firma sostenible enfocada en la innovación. Todo lo que hace la empresa (desde el diseño del producto, la manufactura o de servicios, la comercialización) y los procesos antes o después de la producción (proveedores, materia prima e insumos; uso o consumo y desechos de productos) deben ser pensados y ejecutados con la misión de crear valor para la sociedad y el ambiente.

Se trata también de que los colaboradores tengan propósitos y pasión por lo que se hace, por hacerlo ambientalmente sostenible y por contribuir con la sociedad en toda la cadena productiva. Se trabaja, además, con diferentes aliados que tengan interés en el mejoramiento de los sistemas de salud, como proyectos con la academia y emprendimientos, donde se aportan recursos y voluntadiado. Lo más importante es que se desarrollan capacidades de investigación y desarrollo de soluciones.

Esos serían los casos de la alianza que se realizó con la Universidad de Costa Rica, la Embajada Alemana y las firmas farmacéuticas para la creación de los ventiladores que se requerían para pacientes con covid-19; el acuerdo de colaboración en la investigación realizada por Sperantum para un posible tratamiento contra el covid-19.

Bridgestone, fundada en 1931, desde su inicio se planteó la sostenibilidad como una garantía del éxito a largo plazo y como un proceso que involucra las personas, el medio ambiente y, en su caso, la movilidad. “La sostenibilidad es el corazón del negocio”, detalló Leiva. “Se toma en cuenta desde la elección de la materia prima, el diseño de los productos, el proceso de fabricación y qué hacer luego con los productos (las llantas) en desuso”.

El fabricante japonés cuenta con iniciativas de voluntariado de fomento de la biodiversidad (como limpieza de playas y reforestaciones) y abarcan las plantas de producción: reducción de consumo de agua, reciclaje de residuos, disminución de emisiones de gases de efecto invernadero, y de mejoras operativas y optimización del diseño de los productos.

En especial, la firma tiene como visión convertirse en una empresa de soluciones para mejorar la movilidad (que sea más segura, simplificada, integrada y accesible), que incluye el diseño, produción e impulso de nuevos modelos de reencauche, como la Bandag, para llantas Bridgestone y Firestone de camión con la promesa de generar ahorros de de combustible y de energía eléctrica a partir de la faja de rodamiento, la mejora del agarre y la menor resistencia al rodado.

Los beneficios son claros: gastan menos recursos en la producción y minimizan los riesgos de eventos o situaciones que aumenten los costos. “La sostenibilidad empresarial se da cuando se identifican los impactos ambientales, se priorizan y se actúa”, recalcó Hugo Villalta, director comercial de Coopeservidores.

Coopeservidores trabaja desde hace diez años en programas de “triple bienestar” (económico, social y ambiental) con el propósito de generar valor para sus 117.00 asociados. Cuenta con tres programas. Uno es con sus proveedores para mitigar riesgos legales, de reputación e imagen. El segundo es de educación financiera para evitar el sobreendeudamiento y apoyar a asociados en situaciones financieras críticas.

El tercero es, en el marco establecido por las Naciones Unidas para las entidades financieras, de estrategias de cero emisiones y compromisos para no financiar actividades contaminantes, adoptar los requisitos para mitigar los impactos de las acciones de los asociados y promover que ellos realicen actividades de mitigación.

Paralelamente se ajustan las acciones de la cooperativa para que cumplan con las prácticas establecidas en normas como ISO 9001-2015 de calidad, INTE G35 2012 de responsabilidad social (también la ISO 26000) e ISO 14001-2015 de gestión ambiental. (Estas normas sirven de guías para implementar buenas prácticas en las empresas, si no se plantea obtener la certificación.)

¿Cómo hacerlo?

1. La sostenibilidad implica iniciativas para aportar valor en tres dimensiones (económica, social y ambiental) con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Soto, de Roche, indicó que el primer paso que dieron fue de formación, con el apoyo de la AED, para la creación del marco conceptual y la definición de plan estratégico.

“Si las pymes consideran la sostenibilidad como modelo de negocio deben buscar ayuda, crear colaboración con otras empresas, hacerlo con seriedad y disciplina. No lo hagan como un objetivo aparte. La sostenibilidad es parte de la razón de ser del negocio”, recalcó Soto.

2. Lograr la sostenibilidad es un proceso. No se logra de la noche a la mañana, pero sí se debe trabajar día a día. Implica pasar de la vieja filantropía empresarial a darle un giro a todo el negocio. “No es voluntariado”, insistió Villalta. Son acciones enfocadas en mitigar el impacto de la empresa desde los insumos y materias primas que usa, el proceso de producción, los desechos de sus instalaciones y el producto o servicio.

3. Las empresas que definen la sostenibilidad como una necesidad y una oportunidad (hiperactiva) y las que se adelantan a las normas, reglamentos y leyes (proactivas), al reconocer que el crecimiento económico se debe a la sostenibilidad, obtienen ventajas sobre empresas que solo siguen tendencias (seguidoras), que no le dan importancia y reaccionan por presiones externas (reactivas) o son escépticas.

4. Es un proceso participativo, que inicia con la identificación o diagnóstico de los impactos en toda la cadena de valor, consultando a los diferentes actores (socios, proveedores, colaboradores, clientes, comunidades, especialistas, asociaciones relacionadas), reconociendo sus necesidades y expectativas. A partir de ahí se trabajan las oportunidades antes que se conviertan en riesgos.

5. Se requiere que las personas propietarias de la empresa estén conscientes y comprometidas con la sostenibilidad y participen activamente en el proceso. Ese compromiso debe estar escrito y contemplar las tres dimensiones (económica, social y ambiental). “Se debe reconocer la importancia de la sostenibilidad independientemente del tamaño de la empresa”, recalcó Josseline Leiva, de Bridgestone.

6. La sostenibilidad atraviesa todo lo que se hace a todo nivel, pero es necesario asignar a una persona o a una unidad, según el tamaño de la empresa, la misión de mantener a la empresa en el camino de la sostenibilidad. Integre la digitalización al modelo de negocios junto con la sostenibilidad, como una forma de reducir el uso de papel y el traslado y transporte de los clientes, entre otras acciones, cuidando de usar tecnologías de menor impacto ambiental.

7. Mantenga el ciclo de mejora. Las acciones integrales de sostenibilidad van de la mano del negocio, desde la planeación, definición de acciones en las tres dimensiones, respondiente a las expectativas y necesidades de cada protagonista, cumpliento las exigencias legales según la actividad, y siempre vigilando el impacto en la sociedad y los indicadores de avance.

8. Los planes integrales de negocio, que contemplan la sostenibilidad, deben verificarse, hay que darles seguimiento, y se deben mejorar. Una acción clave es la comunicación interna y externa, a través de la cual se realice una permanente rendición de cuentas (resultados, trabajo realizado y pendiente) con total transparencia.

“La sostenibilidad no es únicamente una moda”, advirtió Villalta, de Coopeservidores. “Es una necesidad que está vinculada a la sobrevivencia del negocio a mediano y largo plazo, debido a un consumidor más informado, involucrado y comprometido, que se relaciona con empresas que son sostenibles”.