Paula Rodríguez y su novio Moritz Karl Gutbrod, de origen alemán, viajan mucho, por lo que siempre estaban viendo los problemas creados por los plásticos de un solo uso, como las bolsa de supermercados.
Aunque ambos trabajan en empresas distintas y a tiempo completo, les surgió la inquietud de crear un emprendimiento. No cualquier negocio. Uno que creara conciencia ambiental.
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Desde hace un año ambos fundaron Baula, una empresa que comercializa productos como pajillas de acero inoxidable, cepillos de dientes de bambú, y vasos “colapsables” para café y meriendas.
Pronto traerán un cuarto artículo.
Actualmente están en la etapa de mayor difusión de la empresas y de los productos que ofrece, al tiempo que están pensando en introducirlos en otros mercados.
No ha sido fácil.
Durante el día deben cumplir con sus trabajos, ella en una empresa de mercadeo y él en el área administrativa de otra compañía.
Al negocio solamente pueden dedicarle el tiempo libre, luego de la jornada laboral, y los fines de semana.
“Al principio era difícil”, cuenta Paula. “Pero es una experiencia bonita, en la cual se aprende mucho, se conoce gente y se ven otras oportunidades. Hay que dedicar tiempo y ganas. No hay vacaciones cuando se tiene una empresa”.
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Tampoco se tiraron al agua así porque sí.
Antes de fundar la empresa y crear el sitio web a través del cual ofrecen sus productos, Paula y Moritz realizaron una investigación del mercado.
Ambos tienen claro que el problema no es el plástico, sino el que es de un solo uso y sin propósito.
Vieron algunos productos que podían comercializar y estudiaron sus posibilidades y potencial de ventas en Costa Rica.
Encontraron que la población y los futuros compradores sí tienen conciencia ambiental y que hay disposición a comprar y usar productos “bio-amigables”.
Pero a la gente se estresa porque no sabe cómo hacerlo, dónde encontrar productos o servicios que cumplan condiciones de ser amigables con el medio ambiente y no se tiene información.
Paula y Moritz vieron que la solución es ofrecer productos y servicios que sean prácticos y sencillos.
“Así es más fácil hacer la transición”, comentó Paula.
Por eso pensaron en ese tipo de productos.
¿Qué hace Usted con conciencia y con una pajilla de acero inoxidable si no puede cargarla fácilmente?
Bueno, la pajilla que ofrecen en Baula se puede doblar en cuatro partes y se lleva en un estuche como un llavero.
De hecho la pajilla, los cepillos de dientes y el vaso los promueven como “colapsables”: fáciles de llevar.
Tenían el estudio de mercado, que les decía que había consumidores dispuestos a este tipo de productos y que debían ofrecer algo sencillo y práctico.
Tenían los productos bio-amigables, que reunían las dos condiciones: sencillos y prácticos.
Ahora debían dar el paso determinante: salir al mercado.
Antes querían hacer una prueba.
Le enseñaron la pajilla a una amiga y sucedió que ella tiene una hermana que es influenciadora.
Cuando esta última vio la pajilla no dudó un momento.
La publicación se hizo viral y los pedidos llovieron a través del sitio web, la página de Facebook y el perfil en Instagram de Baula.
En Instagrama tienen más de 20.000 seguidores.
La marca de la empresa es por el mote de Paula que usan sus amistades para llamarla (“Baula en lugar de Paula”) y especialmente hace referencia a la reconocida tortuga.
Los envíos de los pedidos se realizan a todo el país a través de una firma de logística, la cual también se encarga de las entregas a clientes en el exterior.
El pago se realiza actualmente mediante transferencia bancaria o PayPal. Pronto se podrá hacer con tarjetas de débito o crédito.
En Costa Rica hay diez tiendas Fresh Market donde también se tiene disponibles productos para compra inmediata.
Entre Paula y Moritz hay una división de responsabilidades.
Ella se encarga del mercadeo y la exposición de la marca; él es el responsable del área financiera.
La novedad y el fin ambiental de los productos les ha permitido recibir mucha exposición en medios en las últimas semanas.
Varias empresas y marcas locales, dispuestas a crear conciencia, también les dan su apoyo, aunque el reto sigue siendo atraer más empresas, marcas y consumidores.
El respaldo que han recibido, más la aceptación del público, los está haciendo pensar en introducir las botellas térmicas y en explorar otros mercados de la región, como Colombia.