La rentabilidad es el talón de Aquiles de la explosiva industria de neobancos

Brasil y Reino Unido son dos de los países más avanzados en el sector de neobancos. En Costa Rica todavía no aparece el primero

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Los neobancos, también conocidos como bancos online o challengers, crecen como la espuma en el mundo pero pocos de ellos han llegado a un punto de equilibrio financiero y tampoco han encontrado la rentabilidad.

Estos nuevos actores del sistema financiero ofrecen sus servicios exclusivamente por medios digitales, sin oficinas físicas. Emergieron después de la crisis financiera del 2008 y desde entonces están redefiniendo las reglas del sector bancario, especialmente tras la pandemia que reveló las ventajas de un modelo de banca digital.

No solo ha crecido el número de neobancos a nivel mundial, también el valor de sus transacciones y la cantidad de usuarios. El 2020 fue un año particularmente bueno, pero los especialistas descartan que esta explosión continúe y prevén más bien un reacomodo del sector.

En Costa Rica, si bien la industria fintech pasa por una buena época, todavía en el país no aparece el primer neobanco como tal, aunque las condiciones están dadas.

Muchos neobancos, poca rentabilidad

La cantidad de neobancos en el mundo no ha parado de crecer año con año y actualmente existen cerca de 400. No obstante, pocos han alcanzado la rentabilidad, según un informe de la firma consultora Simon Kucher.

El análisis muestra que menos del 5% de los 397 neobancos registrados hasta enero del 2020 son rentables. La mayoría están cerca del punto de equilibrio financiero pero sin llegar a él aún.

“Donde los neobancos están luchando es en el lado de los ingresos. Los niveles de ingresos por cliente a menudo no superan dígitos simples o dígitos dobles bajos”, dice el estudio.

Al ser en su mayoría nuevos, con cinco años o menos en funcionamiento, los neobancos dirigen sus recursos a captar nuevos clientes, una tarea costosa.

“Si un banco crece al 60% o 70% lo que significa es que están gastando plata en adquisición de clientes y desarrollo de mercados. Abrir un mercado cuesta plata, sus gastos son enormes”, afirmó Roberto Ponce, presidente de Asofintech.

La situación plantea un reto y una oportunidad a la vez. Los neobancos se han enfocado en generar una nueva experiencia al cliente, especialmente para las generaciones más jóvenes y digitales que evitan acudir a sucursales físicas.

La creación de nuevos productos, el débito, el prepago y la bancarización de personas que están fuera del sistema ha aumentado la base de clientes de los neobancos. Pero aún pocos experimentan con carteras de crédito, un fuerte de la banca tradicional que genera más rentabilidad.

“El neobanco lo que va haciendo es conociendo a su cliente digital. Entonces ese profit no es como en la banca tradicional porque todavía los neobancos no llegan a brindar la cartera de productos de la banca tradicional”, explicó Marcela Ledezma, directora de Desarrollo de Negocios para Centroamérica de Novo Payment e integrante del Capítulo Fintech de la Cámara de Tecnología de Información y Comunicación (Camtic).

Por esa razón, Simon Kucher recomienda a los neobancos poner el foco en monetizar a sus clientes actuales pero también en generar una estrategia hacia un modelo sosteniblemente rentable. La firma propone a los neobancos diversificar su oferta de productos e ingresar a cuatro nichos: finanzas integradas, inversiones digitales, criptomonedas, y préstamos e hipotecas digitales.

Ledezma apuntó que aún existen fricciones entre neobancos y banca tradicional, pues la experiencia digital está naciendo, pero en su criterio existen buenas bases y la rentabilidad se irá construyendo.

En el mundo se estima que existen cerca de 44.000 bancos tradicionales, muchos que superan los cien años de antigüedad, versus una industria incipiente de neobanking que no supera los 20 años de vida.

Explosión

La aparición del primer neobanco desató un efecto dominó. Desde el 2014, la cifra de los nuevos neobancos que salen al mercado ha venido en aumento y en 2020 se registró un récord con 94.

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No obstante, la cifra descendió por primera vez en el 2021, cuando aparecieron 59. Los especialistas ven el 2020 como un pico empujado por la pandemia que difícilmente se repita, pero tampoco se espera un contracción del sector, sino un reacomodo de la industria y los actores actuales.

“No veo que vaya a haber un crecimiento más del que hay actualmente, pero sí se ven iniciativas interesantes”, comentó Ledezma

Simon Kucher estima que el valor global de mercado de los neobancos alcanza los $300.000 millones, unas cinco veces el producto interno bruto (PIB) de Costa Rica.

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En grandes economías como Reino Unido, Rusia o Francia, los neobancos también transan miles de millones con cifras de penetración incluso menores al 10%, lo que deja ver el amplio espacio de crecimiento.

Los casi 400 neobancos del mundo reúnen cerca de 1.000 millones de cuentas, incluyendo 100 millones en Estados Unidos. En Brasil, la mitad de sus 200 millones de habitantes tiene una cuenta en un neobanco.

Precisamente, Brasil es la cuna de los mayores neobancos en América Latina. Nubank, el más grande, debutó en la Bolsa de Nueva York en diciembre del 2021. En ese momento, el valor de la empresa se estimó en $45.000 millones, con 54 millones de usuarios.

En Brasil están los siete neobancos latinos más grandes. Le siguen después el colombiano Nequi y el mexicano Broxel.

El informe de Simon Kucher apunta cinco grandes tendencias que se verán en el neobanking:

  • Calidad sobre cantidad, que se traduce en menos nuevos ingresos pero lanzamientos más ambiciosos.
  • Más speedboats. Así se conocen a las fintech que provienen de un grupo financiero más grande de la banca tradicional, con el fin de perseguir nuevos segmentos de usuarios.
  • Apuntar a los nichos. Los competidores ofrecen productos cada vez más específicos para diferentes nichos de población, especialmente en los mercados más saturados.
  • Hacia el este. Se prevé que la próxima ola de lanzamientos se concentre en Asia-Pacífico y el Medio Oriente.
  • Llegando a los desbancarizados: aprovechar lo digital para mejorar los servicios para los no bancarizados y subbancarizados, una tendencia intensificada por las demandas de los reguladores, particularmente en el sudeste asiático.

Terreno fértil

En Centroamérica hay identificadas 195 fintech, pero ningún neobanco. Para Ponce esto se debe a dos razones: el capital que se requiere para iniciar y la falta de una regulación clara. Además, hay mercados más grandes que presentan buen crecimiento como México o Argentina.

Sin embargo, en Costa Rica, Wink (propiedad de Coopenae), se cataloga como la primera plataforma que cumple con las características de un neobanco, pues nació con la idea de ser completamente digital. No obstante, al estar registrado como cooperativa, legalmente no pueden usar el nombre de “neobanco”.

“Seguimos los mismos principios de un neobanco pero potenciándolo con los beneficios del cooperativismo”, dijo Diego Loaiza, encargado de Wink.

La industria fintech pasa por un buen momento en el país. Nuevos productos y servicios, y una mayor competencia evidencian un mercado dinámico.

En mayo de este año, Mario Hernández, CEO de Impesa, comentó en entrevista a EF que el ecosistema fintech en Costa Rica está creciendo de una forma saludable, empujado por ingredientes como la alta bancarización de la población.

En un intento por abrirse a la nueva tendencia, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) inauguró en abril el Centro de Innovación Financiera (CIF), dirigido a las fintech que deseen recibir orientación dentro del marco de la regulación financiera costarricense.

La representante de Camtic coincidió en que Costa Rica tiene las condiciones y la madurez para ver nacer un neobanco, aunque agregó que las políticas económicas a veces limitan el crecimiento del sector.