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El plan de gastos propuesto por el Gobierno Central para el 2016 redujo la partida de gastos de capital en un 11%, si se compara con el presupuesto autorizado para este 2015.
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Según el Ministerio de Hacienda, los gastos de capital se definen como la inversión que realiza el Gobierno Central, como en edificios, terrenos y hasta la construcción de carreteras.
Esta partida se subdivide en transferencias de capital, adquisición de activos y formación de capital, que incluye la inversión en infraestructura. Precisamente, el presupuesto del MOPT para este fin también se reduce.
En cuanto a las transferencias de capital, esta subpartida verá mermado su crecimiento, de aprobarse el plan sin cambios en la Asamblea Legislativa, pues cae un 16%.
Esta línea contempla los traslados que realiza el Gobierno a órganos desconcentrados, gobiernos locales, entre otros, para la construcción de edificaciones y la compra de bienes duraderos.
“El país debería aspirar a un ordenamiento de las finanzas públicas donde lo que sufra no sean las inversiones”, afirmó Eduardo Lizano, expresidente del Banco Central de Costa Rica.
Al mismo tiempo, las otras dos subpartidas también caen.
La adquisición de activos (o compra de bienes duraderos) se reduce un 27%. Esta categoría contempla, entre otros, la compra de edificios y terrenos.
Cabe recordar que, en los últimos dos años, entidades del Gobierno han absorbido cerca de 26.000 metros cuadrados de nuevos espacios de oficina en el país, es decir, un 50% de la absorción neta registrada en todo San José.
Las transacciones corresponden tanto a compras como alquileres de nuevas oficinas.
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“Es más fácil posponer obras de inversión que reducir la planilla del Estado. Pero las consecuencias se verán a lo largo de los años, no son inmediatas”, agregó Lizano.
La clasificación de formación de capital –entendida como la inversión pública en infraestructura– también sufriría una desaceleración del 26%.
En el actual plan de gastos, el rubro más bien había mostrado una variación positiva del 71%.
“Muchas veces lo que se hace con esa partida es que subestimas sabiendo que si se necesita más dinero se puede recurrir a un presupuesto extraordinario. Ahora, se plantea la duda de si es por falta de planeamiento o para ayudar a bajar el presupuesto inicial”, manifestó Édgar Ayales, exjerarca de Hacienda.
Para la construcción de carreteras, según el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el país dispondría de ¢39.688 millones, ¢56 millones menos de lo que dispone actualmente la entidad.
“Ninguna obra se vería comprometida por esto. Los recursos que se tienen van de la mano a los proyectos que el país tiene que desarrollar”, dijo Francisco Molina, director financiero del MOPT.
Sin embargo, con ese panorama, se plantea la necesidad de recurrir a otras figuras para obtener recursos y desarrollar obras. La concesión es una de ellas.
“Es un término que en el país se ha satanizado y que nos podría sacar del retraso enorme en obra que tenemos, más con trámites legislativos tan engorrosos y que deberían contar con tratamiento preferencial en el Congreso”, afirmó Ayales.
El presupuesto para el 2016 es por un monto de ¢8 billones, y se está analizando en la Asamblea Legislativa.
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