La situación incierta de los contenedores retenidos en El Salvador y cuyo destino es Costa Rica ya impacta con diferentes intensidades a las empresas afectadas: mientras algunas evalúan posibles pérdidas por productos de temporada, en otros casos el retraso amenaza la continuidad de los negocios.
El vapor Caribbean Express 21016S, se encuentra desde el 14 de setiembre en el puerto de Acajutla, en El Salvador, con contenedores dirigidos al puerto de Caldera, para empresas en Costa Rica. Datos recibidos por el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop) cifran la carga del naviero en un aproximado de 339 contenedores.
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Entre las empresas afectadas están Almacenes El Rey, que espera un contenedor de jarras navideñas, la cadena Tire Kingdom, con tres contenedores de llantas y Zorollo S.A., una empresa importadora de acero que espera cuatro contenedores para suplir a sus clientes detallistas.
También están en la lista firmas como Pequeño Mundo, Bridgestone, Ekono, Dos Pinos, Conducen, varias importadoras de llantas y neumáticos, y otros negocios de todo tipo.
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En el caso de las compañías que esperan materias primas, con el retraso está en juego la continuidad de la producción e incluso se podrían ver obligadas a detener sus plantas productivas, si consumen sus inventarios sin que se resuelva el transporte de sus materiales.
El Caribbean Express 21016S perdió 21 contenedores frente a las costas salvadoreñas el 14 de setiembre, y los efectos potenciales de este accidente se vislumbran como la posible causa para su retención. Se está a la espera de la versión oficial de las autoridades salvadoreñas, solicitada por EF este 26 de octubre, vía correo electrónico.
La versión que ha circulado entre los comercios afectados, por parte de sus proveedores de transporte, es que las autoridades salvadoreñas y los propietarios de la embarcación siguen negociando las condiciones de salida, sin lograr un acuerdo.
Posibles pérdidas
La llegada de la embarcación estaba prevista para el 15 de setiembre, en el puerto de Caldera, Esparza, Puntarenas. Pero en la mayoría de los casos se trata de pedidos que ya venían con retrasos de origen de hasta dos meses, lo cual deja a las empresas en situaciones difíciles y con pocas opciones legales.
Guillermo Araya, master en comercio y mercados internacionales de Lead University, explicó que un tema como cobrar los seguros de carga es poco viable en estas condiciones.
“Esto depende del tipo de seguro contratado. Por lo general, los seguros cubren daños, pérdida, robo de mercancía y en el caso que estamos analizando la misma no ha sufrido ninguna de las situaciones anteriormente descritas. Es decir, las mercancías no se han perdido, dañado o han sido robadas; su tránsito se ha visto interrumpido nada más”, enfatizó el especialista.
Araya afirmó que en el caso de contar con una cláusula por atraso, ejercer ese derecho sería la mejor opción y la más recomendable para los comercios, ante la incertidumbre actual.
“Sería la forma de resarcir, de cierto modo, el daño o la pérdida causada”, puntualizó.
Pero tomar esta previsión tiene costos asociados, y las empresas afirman que nunca antes habían estado en un escenario similar, que les permitiera prever los efectos actuales.
Ashly Serracín Varela, gerente de compras de Almacenes El Rey, explicó que usualmente los contenedores duran 45 días. En este caso, la carga salió del puerto de Quingdao, al este de China, el 22 de julio.
“Por las afectaciones de la crisis se están quedando pegados en diferentes puertos, haciendo trasbordos y van atrasando las fechas. De ahí a que nuestro ETA (fecha estimada de llegada, por sus siglas en inglés) fuera de casi dos meses después de la salida de origen. Ha pasado que se atrasan o quedan pegados en algún puerto solo por un par de días, nunca una situación como la actual. Estamos tratando de tener mucha comunicación con la naviera para resolver algo pronto”, relató Serracín.
En su caso, la cadena descartó cualquier riesgo de desabasto, pero sí tienen claro que el producto es de temporada y la afectación sería que no llega a tiempo para venderlo en los próximos dos meses.
Sin margen
Los casos de Tire Kingdom y Zorollo representan algunos de los efectos más dramáticos de la presión sobre las cadenas logísticas y la ausencia de recursos para resolverlas.
Araya, de Lead University, explicó que los tiempos de tránsito actuales desde Asia y el margen adicional que necesitan las empresas para promocionar y vender sus productos navideños (sistemas de apartados, venta por catálogo, anuncios/mercadeo en prensa/televisión/redes sociales) no hay más que una opción: traer sus productos por vía aérea.
“¿Qué tan viable es esto debido al gran costo incremental de mover carga vía aérea versus vía marítima? Pues va a depender de la elasticidad de la demanda del producto ofrecido y del nivel de servicio que las empresas quieran dar a sus clientes. La primera variable va a marcar qué tan dispuestos están los consumidores a mantener la demanda de un producto debido a los cambios (drásticos o no) del precio del mismo. La segunda tiene que ver con que porcentaje de utilidad están las empresas dispuestas a perder o que perdida están dispuestas a soportar con tal de brindar el servicio (disponibilidad de producto) que sus clientes esperan de ellas”, explicó Araya.
Tire Kingdom y Zorollo tienen contratos firmados, concesiones otorgadas y costos exponenciales en su operación actual. Esta coyuntura casi anula la posibilidad de hacer inversiones adicionales sobre un producto cuyo costo en tiempo y dinero ya está disparado.
Alejandro Martin, propietario de Tire Kingdom, relató que el vapor detenido tiene tres contenedores con productos para su negocio, y le habían venido dando seguimiento detallado desde un inicio, porque incluye llantas correspondientes a una licitación de gobierno.
“Esto está causando severos retrasos, al igual que una carga financiera grandísima para todas las empresas, ya que el producto que viene a bordo está pagado. Nosotros inclusive estamos incurriendo en multas porque nos vienen llantas destinadas para el Gobierno que tendrían que haber llegado hace ya varios meses y la línea no se quiere responsabilizar del tema”, lamentó Martin.
De estos tres, el caso de Zorollo es el que presenta menor margen de acción: son importadores y distribuidores de láminas de metal desplegado para su comercialización en ferreterías.
Mainor Montero Salazar, uno de los propietarios de Zorollo S.A., explicó que en este momento más del 50% de las líneas están agotadas y al menos otro 25% se agotarán en menos de ocho días .
“Esto provoca perder no solo un montón de clientes que se han molestado tanto por la falta de material como por los engaños (con los anuncios de fechas de llegada). La amenaza fuerte es vernos obligados a despedir parte del personal por no tener dinero para cubrir sus salarios. Otra amenaza es que al no tener ventas, no tenemos flujo de caja para pagar alquiler del local, entre otro montón de cosas”, lamentó Montero.
El empresario aseguró que lleva 30 años en el negocio de importaciones y nunca había experimentado una situación similar. Además, afirmó que percibe falta de interés en intermediarios y autoridades por resolver el problema y atenuar su impacto en el país.