Elian Villegas: “Principal reto de nuevo Gobierno será mantener solidez de la regla fiscal”

Ministro de Hacienda saliente afirma que es poco probable dejar completamente solucionado el ‘hackeo’ de sistemas informáticos, pero señala que se hereda una situación más favorable en el pago de la deuda

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El ministro de Hacienda saliente, Elian Villegas, considera que el principal reto en materia de finanzas públicas para el nuevo Gobierno será mantener la solidez de la regla fiscal, la cual restringirá los presupuestos de toda su gestión. Sin embargo, considera que las figuras de la nueva administración le parecen adecuadas para ello, si actúan de manera coherente con su discurso.

Villegas se dice satisfecho con su gestión y considera que solo los más recientes hackeos que han afectado al Estado, incluidos los sistemas informáticos del Ministerio de Hacienda, alteran un cierre que de otra manera debió de estar marcado por la calma. Esa situación, vaticina, no podrá terminar de arreglarse del todo de cada al próximo 8 de mayo.

El jerarca considera que el Gobierno saliente deja un país en buen estado para la nueva administración, a diferencia de las declaraciones de la jefa de fracción del nuevo partido oficialista, la expresentadora televisiva Pilar Cisneros. Al contrario, señala que se dejará en marcha el proyecto para solicitar una nueva emisión de eurobonos que permitan hacerle frente al vencimiento de cuantiosos títulos de deuda externa que presionarán al Ejecutivo con más fuerza a inicios de 2023.

En días recientes la nueva diputada, Pilar Cisneros, dijo que el nuevo gobierno recibía una Costa Rica quebrada. ¿Cómo toma usted esas declaraciones?

— Esa declaración fue importante porque trajo de nuevo el tema de las finanzas públicas a la discusión y que salieran personas como don Fernando Naranjo, José Luis Arce o el mismo vicepresidente electo Stephan Brunner a aclarar que no era así, que nuestras finanzas públicas están en mucho mejor condición.

También nos permitió volver a señalar que hemos tenido una situación en que las cuatro calificadoras de riesgo internacional más bien nos mejoraron la perspectiva y el mapa de calor de riesgos de la deuda pública que prepara el Fondo Monetario Internacional (FMI) pasó de tener espacios rojos amarillos y verdes a tener más espacios verdes y a no tener espacios rojos.

Todo esto nos dice que el trabajo que se ha venido haciendo y que ha hecho el país en los últimos meses ha sido positivo. La situación que señaló doña Pilar no existe y obedece a una apreciación incorrecta del estado de las finanzas públicas. Yo a ella y a cualquier otro diputado le haría las explicaciones del caso.

Insisten en que se deja la situación ‘en orden’.

— El pago más fuerte de deuda pública de este año ya se realizó en enero y es el más difícil de aquí en adelante, y lo hicimos nosotros. El próximo año, en enero o febrero, está el pago de un eurobono de $1.000 millones, pero ese bono está ahí colocado desde hace muchos años, no lo colocamos nosotros y se sabe que hay que pagarlo. Para eso dejamos el proyecto de ley de eurobonos.

Nosotros dejaremos en caja un flujo considerable y hasta $460 millones en préstamos aprobados por la Asamblea Legislativa que hay que presupuestar, para incorporarlos al presupuesto. Hablamos de recursos que solo se tienen que presupuestar e incorporar. También dejamos en caja $270 millones del crédito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para el fondo de avales y ahí quedan, depositados. Es una situación muy favorable para el gobierno entrante y para el país.

Hemos hecho el esfuerzo precisamente para que el nuevo Gobierno, inclusive desde antes de saber que era el de don Rodrigo (Chaves), con claridad de que es un acto de responsabilidad de la Administración que sale. No por bondad, sino por responsabilidad. Eso se refleja con la situación actual de los sistemas informáticos (hackeados), que no nos han obligado a solicitar recursos de última hora.

Precisamente sobre el actual hackeo, ¿Cómo espera dejar esa situación al cerrar su administración y cómo evalúa la gestión que se ha realizado hasta el momento para solventar ese problema en Hacienda y demás instituciones afectadas?

— Siempre tuvimos la claridad de que la respuesta a este tema era una respuesta técnica, que debe de venir de parte del personal especializado nuestro en el área de tecnologías de la información y de parte de las empresas que están contratadas para darnos soporte en esa área. Es un tema que tiene que ir de la mano de un programa de trabajo que ha sido elaborado por ellos y que nosotros respetamos profundamente y en el orden, con la prudencia y con la calidad técnica que requiere.

No vamos a apresurar ningún proceso. Ellos deben tener el tiempo necesario, entendiendo que hay una urgencia; pero por eso mismo tenemos que llevar adelante la reinstalación hasta el momento en el que técnicamente se considere oportuno y seguro.

Nosotros esperamos dejar esto lo más avanzado posible y el mayor deseo mío sería dejar esta situación totalmente corregida, pero entiendo que eso no va a ser posible. Lo que vamos a hacer es dejarlo de forma tal que la nueva administración encuentre a los equipos técnicos laborando en las correcciones necesarias para que podamos tener la respuesta para los usuarios en el tiempo que tiempo que técnicamente sea adecuado.

Pensando a futuro, en el proceso de transición, ¿Cuál se puede considerar como el principal reto que enfrentará la nueva administración para mantener los resultados fiscales que se proyectan para este año y los siguientes, con superávits primarios?

— El principal reto es mantener una coherencia importante a lo largo de toda la administración. Eso pasa por un compromiso como el que ha mantenido el presidente Carlos Alvarado a lo largo de los dos años en que yo he estado por acá, en donde siempre nos ha apoyado en materia de contención de gasto público. Hay que tener metas claras y, en este caso, las metas ya están definidas por el acuerdo con el FMI, y se debe trabajar en función de esas metas.

Yo espero que todo el gobierno se una alrededor de esas metas porque el señor presidente electo (Rodrigo Chaves) ha sido muy claro en su apoyo a la regla fiscal y creo que eso ha sido fundamental en el camino político por el cual él ha transitado y, desde ese punto de vista, uno esperaría una enorme coherencia en que se dará un soporte fuerte a la regla fiscal y, con ello, a su ministro de Hacienda y lo que tiene que ver con la contención del gasto público. Estamos frente a una oportunidad enorme de consolidación.

¿Y el principal reto en general?

— Eso. Mantener la coherencia y la solidez alrededor de la regla fiscal.

¿De qué tamaño es el reto de mantener la contención del gasto con un la gran cantidad de ministerios e instituciones que están pendientes de las asignaciones presupuestarias del Estado?, ¿Cómo hacer para que no se merme el impacto de la regla fiscal?

— Yo soy optimista en que eso no va a ocurrir porque precisamente Rodrigo Chaves se desligó del gobierno actual por un reclamo respecto a que se estaba debilitando la regla fiscal y, desde ese punto de vista, creo sinceramente que será un acto de coherencia política de él apoyar decididamente el mantenimiento de la propia regla fiscal. Además, desde la Asamblea Legislativa me parece que tampoco habrá un impulso a una situación de esas, dado que suele ser el Poder Ejecutivo el que suele verse más interesado en situaciones de un mayor gasto.

El presupuesto igualmente sigue creciendo, pero con un crecimiento contenido, con la regla fiscal. Lo importante es que conforme sigamos en el proceso de consolidación fiscal disminuirá la cantidad de dinero que se dedique al pago de intereses y ese dinero se podrá asignar a otras cosas como educación o gasto social, o reducir deuda. Si seguimos en esa línea, considero que en dos o tres años contaremos con dinero suficiente y libre para llevar adelante ese reacomodo tan necesario del gasto. Hay que pasar un momento estrecho para tener un momento de libertad.

Pienso que la posición de don Nogui Acosta, que fue quien negoció la regla fiscal como viceministro y de don Rodrigo Chaves, que dejó el cargo de Hacienda por su debilitamiento puede formar una dupla que respalde ese cumplimiento.

¿Qué opinión le merece el nombramiento de don Nogui Acosta?

— A mí me complace mucho. Don Nogui es una persona con experiencia en el Ministerio de Hacienda y en la Asamblea Legislativa, no solo por las negociaciones que llevó desde acá, sino porque fue funcionario. También tiene conocimiento del sector financiero y pienso que es una persona humilde, que va a tener oídos atentos. Todo eso hace que cumpla con condiciones de sobra para llevar adelante esta posición. Estoy seguro y deseo que le vaya bien.

Ustedes dejan en corriente legislativa un proyecto para que el Gobierno emita $6.000 millones en seis años en títulos de deuda en el mercado internacional. ¿Por qué ese movimiento, que no fue consultado a los nuevos jerarcas? ¿Qué les dicen a ellos sobre esa operación?

— El proyecto queda en corriente legislativa y ya está caminando. Es un paso inicial. Si ellos consideran que se deben hacer cambios, podrán hacerlos y negociarlos. Nosotros quisimos dar una señal clara de que se debe avanzar en esa dirección y todavía como Gobierno de la República lo presentamos a la Asamblea.

Esto al final hace que el futuro ministro de Hacienda se gane unas semanas que van a ser muy importantes en lo que tiene que ver con la aprobación de ese proyecto, porque vamos a tener el pago de un eurobono en las primeras semanas del próximo año y nosotros lo que hicimos es ganar tiempo para que este proyecto inicie su discusión y su aprobación sea mucho más pronta que si el nuevo gobierno tuviera que llegar a redactar y a ponerse de acuerdo. Lo que hacemos es ganar ese tiempo.

Tanto Nogui Acosta, como ministro designado, como Rodrigo Chaves, como presidente electo, han hablado sobre la necesidad de acelerar el proyecto de renovación de sistemas de Hacienda Digital, en la lucha contra la evasión. ¿En qué etapa deja este gobierno ese proyecto y qué tanto se puede llevar más rápidamente?

— El proyecto lo presupuestamos y desde antes se venía trabajando con otros fondos, para etapas iniciales. Es un proyecto que llevaba algunos meses y ya estamos en la etapa de contratación de algunos sistemas. Hay que tener presente que hay cosas que se pueden acelerar y otras que no. Nosotros en la parte que tiene que ver con sistemas debemos tener claridad de que los sistemas se compran y viene una fase de parametrizar, que debe hacerse con mucho cuidado, orden y criterio técnico para aprender que ahí lo fundamental es hacerlo bien.

El proyecto está en esa fase, va caminando y va a entrar en fase de producción, si mal no recuerdo, en diciembre de este año. Ya hay algunos productos que entran en noviembre o diciembre y el año 2023 será, sobre todo en el segundo semestre, en el que ya entrará en producción la mayor cantidad de productos, y en el año 2024. Es un proyecto que explotará en el próximo gobierno y nosotros desde que lo echamos a andar lo sabíamos. Nosotros no íbamos a ver las mieles de ese proyecto, pero aquí es tema del país y lo hicimos. Será el país, en una nueva administración, el que lo aproveche.

En estos temas (de tiempos) hay que tener mucho cuidado y la política no puede meterse en la parte técnica, menos en cuestiones de sistemas de información.

Usted ha defendido la necesidad de nuevos ingresos para consolidar el proceso de recuperación fiscal. ¿Qué recomienda a la nueva administración sobre ese punto?

— Nosotros ya, a la hora de hacer el planteamiento relativo a la primera y segunda revisión con el Fondo, hicimos proyecciones que indican un superávit primario del 0,7% del PIB para 2022 y de 1,3% para 2023, sin ingresos nuevos, tal y como estamos a hoy. Entonces si hablamos de ingresos nuevos, tal como ha hecho referencia el señor presidente electo sobre reducir exoneraciones, ya eso dependerá del impulso que le quiera dar el gobierno a ese tema. A partir de ahí vendrá un esfuerzo del gobierno por cumplir el acuerdo con el Fondo y las metas que están diseñadas, más allá de si se hace o no a partir de ese tipo de nuevos ingresos; aunque ya las metas que están ahí negociadas no los incorporen.

¿Qué proyectos, en general, quedan en curso que considere deban ser continuados primordialmente?

— Un tema tiene que ver con el crecimiento del mercado de valores. El Ministerio de Hacienda necesita que el mercado de valores costarricense sea más desarrollado para poder tener más liquidez y profundidad en sus emisiones. Para eso se está trabajando en creadores de mercado, que es un decreto que esperamos dejar firmado nosotros. Lo que permitiría es una forma distinta de realizar las colocaciones en el mercado primario y luego la forma de hacer el traslado al mercado secundario. Eso es muy importante y se utiliza en muchos otros mercados. Es importante para el país y para el emisor principal, que es el Ministerio de Hacienda.

Luego, también hay un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa que tiene que ver con facilitar el acceso y diversificar la base inversora del Ministerio de Hacienda. Eso quiere decir que queremos facilitar la posibilidad de que inversionistas institucionales de otras partes del mundo compren bonos de Costa Rica en Costa Rica bajo las mismas condiciones que los inversionistas institucionales costarricenses. Eso permitiría que, en lugar de tener un grupo pequeño de inversionistas institucionales que son los que actualmente compran los bonos de Costa Rica, tengamos todo el mundo de inversionistas institucionales a que compren nuestros bonos, para más profundidad y liquidez. Ese proyecto está presentado y es importante.

¿Qué considera lo más difícil de ser ministro de Hacienda en Costa Rica?

— Lo más difícil, no sé si en Costa Rica o en todo lado, probablemente por la estrechez de espacio fiscal que nosotros tenemos, es que el ministro de Hacienda tiene que luchar y llevar adelante negociaciones internas dentro del Ministerio, dentro del gabinete y fuera del gabinete, en la Asamblea Legislativa, y que le cuesta tener esos espacios de soporte. Esta es una posición bastante sola y en la que es fundamental contar con el apoyo del presidente de la República. La dificultad más grande es saber que es una ruta solitaria y es más difícil pedalear en solitario.