Las dos tareas que se incumplieron para ejecutar el apagón de televisión analógica

La fecha establecida en el 2010 era el 15 de diciembre de 2017

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En las próximas semanas el Gobierno deberá decidir la nueva fecha para el apagón de la televisión analógica, con lo que quedaría sólo el nuevo formato digital bajo el estándar ISDB-Tb.

Muchas son las razones de atraso, pero hay dos que parecen ser las de mayor peso: el otorgamiento de los permisos para que las televisoras realicen pruebas en el nuevo estándar y la habilitación de los títulos de los concesionarios, que implica que estos deben tener ya diseñada la red de televisión digital para dar el servicio de señal abierta y gratuita.

La recomendación de la Comisión Mixta de Televisión Digital es que el nuevo plazo no sea superior a los 20 meses. El apagón estaba previsto para el 15 de diciembre próximo, pero el anterior 3 de noviembre ese organismo aconsejó la postergación.

Oficialmente se alegó que el proceso se vio afectado por los deslizamientos de terrenos en el Volcán Irazú que afectan las torres de televisión ubicadas ahí, el impacto del huracán Otto y la tormenta Nate a población usuaria de la televisión abierta (y la conscuente recomendación del Tribunal Superior de Elecciones) y el desconocimiento de buena parte de los usuarios de televisión sobre la nueva tecnología.

Esos son algunos de "los detalles". En el fondo hay dos tareas que no se implementaron a tiempo: los permisos para pruebas experimentales de televisión digital y especialmente la adecuación de títulos habilitantes a los concesionarios.

En el primer caso, hasta setiembre del 2015 se aprobaron 11 permisos experimentales. Desde entonces sólo se otorgaron dos autorizaciones adicionales.

La tarea no parecía complicada. El total de permisos a otorgar eran 21, había informado el Viceministerio de Telecomunicaciones a principios del 2017.

La buena noticia es que la audiencia de los concesionarios que están realizando estas pruebas ya pueden disfrutar de la señal digital, si cuentan con un televisor que reciba el estándar o que hayan comprado el convertidor.

"Conforme se continúe ampliando el despliegue de las redes de televisión digital por parte de los concesionarios, más personas podrán obtener el servicio digital", dijo el viceministro Edwin Estrada.

La otra tarea era la adecuación de los títulos habilitantes, necesaria para que los concesionarios tengan el contrato con el Estado para brindar televisión digital.

Aquí sucedió que hasta mayo del 2017 el Gobierno reformó el Plan Nacional de Atribución de Frecuencias y se establecieron los parámetros técnicos para las transmisiones bajo el estándar ISDB-tb, exigidos para la adecuación de los títulos.

Los parámetros son los que deben utilizar los operadores de televisión digital en las transmisiones.

Hasta el 3 de octubre del 2017, es decir hace apenas un mes, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) definieron las fases y los lineamientos para las adecuaciones.

Y el pasado 7 de noviembre, es decir: hace dos días, "se inició la solicitud a los operadores de televisión" de la información relativa al diseño final de sus redes de televisión digital, la cual debe estar en el escritorio de las autoridades en diez días hábiles a partir de esa fecha.

Ciertamente, el recorte de ¢600 millones al presupuesto del Micitt afectó la divulgación; los fenómenos naturales tuvieron un impacto enorme y trágico; y los deslizamientos en el Irazú fueron un ingrediente adicional.

La agilidad institucional, sin embargo, es una dimensión que tiene otro peso.

"Ha habido mucho ruido", advirtió Saray Amador, presidenta de la Cámara Nacional de Radio y Televisión (Canartel). "En todos los países la transición a la televisión digital ha sido dura, difícil y con muchos problemas burocráticos"