El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido múltiples alertas de viaje sobre Costa Rica durante los últimos cinco años, la más reciente en este noviembre de 2025, reflejando una evolución significativa en las condiciones de seguridad del país.
El análisis de fuentes oficiales revela un patrón de advertencias relacionadas principalmente con el crimen, aunque la pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión temporal en estas clasificaciones.
El cambio de paradigma en enero de 2020
Hasta enero de 2020, Costa Rica gozaba de una clasificación Nivel 1, la más alta que otorga el Departamento de Estado, indicando que los viajeros debían ejercer “precauciones normales”.
Sin embargo, el 7 de enero de ese año, el gobierno estadounidense degradó a Costa Rica al Nivel 2, recomendando “ejercer mayor precaución” debido al crimen.
La Cancillería costarricense rechazó categóricamente esta decisión, calificándola de “injusta y desproporcionada”.
El presidente Carlos Alvarado solicitó personalmente al Secretario de Estado Mike Pompeo revisar la clasificación durante una reunión bilateral el 21 de enero de 2020. “El tema de la clasificación para nosotros no es tanto un impacto económico directo. Tiene que ver con la reputación”, expresó Alvarado.

La interrupción pandémica (2020-2022)
La pandemia de COVID-19 alteró dramáticamente el panorama de alertas. En abril de 2020, Costa Rica fue elevada al Nivel 4 (“No Viajar”), la clasificación más severa, uniéndose a más de 115 países con esta designación. La alerta combinaba las preocupaciones sanitarias con las advertencias sobre criminalidad: “No viaje a Costa Rica debido al COVID-19. Ejerza mayor precaución debido al crimen”.
Durante este período, Costa Rica enfrentó restricciones significativas. La Embajada de EE.UU. emitió múltiples alertas detallando requisitos de pruebas COVID-19, restricciones vehiculares nocturnas y protocolos de cuarentena obligatorios. Para agosto de 2021, el país reportaba más de 400.000 casos confirmados y unas 5.500 muertes relacionadas con el virus.
En abril de 2022, el Departamento de Estado restauró a Costa Rica al Nivel 2 pre-pandémico, separando las alertas de COVID de las evaluaciones de seguridad general. El entonces ministro de Turismo, Gustavo Alvarado Chaves, calificó esta decisión como “una señal muy positiva para nuestro mercado más importante”.
El deterioro de la seguridad (2023-2025)
A partir de 2023, las alertas de la Embajada estadounidense en San José comenzaron a intensificarse. En los primeros días de marzo de 2023, la misión diplomática emitió una alerta específica sobre crimen en San José y el país en general, advirtiendo sobre “niveles crecientes de crimen, particularmente crimen violento”.
La Embajada estableció en agosto de 2023 una política interna que identificaba áreas donde se debía ejercer mayor precaución “debido al crimen violento, lejanía y falta de acceso a servicios de emergencia”. Aunque el nivel oficial permaneció en 2, el personal diplomático estadounidense recibió recomendaciones de evitar ciertas zonas del territorio costarricense.
El 10 de diciembre de 2024, el Departamento de Estado actualizó formalmente la alerta de viaje, manteniendo el Nivel 2 pero con un resumen renovado que enfatizaba los riesgos. La Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) calificó la advertencia como “una llamada de atención para todas las autoridades” y subrayó que “el ambiente históricamente seguro de Costa Rica es una de sus principales atracciones turísticas”.
Las alertas más recientes de 2025
El año 2025 ha traído nuevas advertencias. En febrero, la Embajada alertó sobre incidentes cerca del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, recomendando precaución extrema en esa zona. Entre marzo y abril, múltiples alertas sobre actividad volcánica en el Poás llevaron a declaratorias de alerta roja por parte de la Comisión Nacional de Emergencias.
La alerta más significativa llegó el 25 de noviembre de 2025, cuando la Embajada advirtió sobre un aumento de crímenes contra extranjeros en todo el país. El documento detalla que “bandas criminales han atacado negocios y residencias de propiedad extranjera” con robos, allanamientos y extorsiones. También se reportaron casos de turistas forzados a retirar grandes sumas de dinero en cajeros automáticos bajo amenaza.
El contexto estadístico
Las cifras oficiales respaldan las preocupaciones estadounidenses. Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Costa Rica registró en 2023 su tasa de homicidios más alta en la historia: 17,2 por cada 100.000 habitantes. En 2024, la cifra disminuyó ligeramente a 16,6, pero sigue siendo la segunda más alta registrada.
El OIJ documentó 1.447 delitos contra propiedad turística solo en 2023.
El Programa Estado de la Nación reportó que entre 2022 y 2023, los homicidios aumentaron un 27%, pasando de 656 a 906 casos. El informe vincula este incremento con la expansión del narcotráfico: desde 2020, Costa Rica se ha consolidado como el principal punto de transbordo de cocaína hacia Estados Unidos y Europa.
Impacto en el turismo
Las alertas han generado preocupación en el sector turístico, que representa una de las principales fuentes de divisas del país. Representantes del gremio Turismo por Costa Rica estimaron que las llegadas de turistas podrían caer entre 15% y 20% para finales de 2025.
Costa Rica recibió aproximadamente 2,6 millones de turistas en 2024, siendo nombrada “Destino del Año” por la revista Travel + Leisure. Estados Unidos sigue siendo el mercado más importante, con más de 1,3 millones de visitantes en 2022, representando el 55% del total de viajeros extranjeros.
Así, la situación actual contrasta marcadamente con la imagen tradicional de Costa Rica como “Suiza centroamericana”.
