La religión no es solo un asunto de fe; en la carrera electoral de 2026, se podría convertir en un predictor clave de la intención de voto.
La más reciente encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo-UNA) revela que, aunque la indecisión reina en el panorama general (43,9%), las preferencias se definen con claridad cuando se pasa el filtro de la creencia religiosa.
Mientras los evangélicos consolidan el piso político del oficialismo, los católicos se inclinan por opciones tradicionales y los no creyentes impulsan con fuerza a la izquierda del espectro.
A continuación, detallamos cómo se comporta el apoyo a cada candidato según el credo de los votantes.

Laura Fernández: El bastión evangélico
La candidata oficialista, Laura Fernández, encuentra su mayor fortaleza en el electorado evangélico. Según el estudio, el 38,4% de los votantes evangélicos apoya su candidatura, un respaldo significativamente superior al que recibe del sector católico (30,1%) o de los no creyentes (20,6%).
De hecho, la afinidad es tal que, dentro del grupo de votantes evangélicos, ninguna otra candidatura logra superar el umbral del 5% de apoyo; el oficialismo corre prácticamente solo en este segmento. Al analizar la composición de su base de seguidores, se observa que el 32,1% de quienes votan por Fernández son evangélicos, una proporción alta en comparación con sus rivales.
Álvaro Ramos y Claudia Dobles: La apuesta católica
En la otra acera, el voto católico se perfila como el terreno más fértil para las candidaturas de oposición de centro y centro-izquierda.
- Álvaro Ramos: El candidato liberacionista recibe un 10,5% de apoyo entre los católicos, su mejor desempeño en cualquier grupo religioso. Su dependencia de este sector es total: el 83% de la base de votantes de Ramos se declara católica.
- Claudia Dobles: La exprimera dama también muestra mayor tracción en este grupo, captando el 7,2% del voto católico (frente a solo un 1,8% del voto evangélico y un 0% entre no creyentes). Al igual que Ramos, su perfil de votante es mayoritariamente católico (71,4%).
Ariel Robles: El candidato de los no creyentes
El comportamiento más atípico lo protagoniza el frenteamplista Ariel Robles. Mientras que su apoyo es marginal entre católicos (2,1%) y evangélicos (1,4%), su candidatura se dispara entre quienes se declaran no creyentes, alcanzando un 29,4% de intención de voto en este nicho específico.
Esta tendencia se refleja radicalmente en la conformación de sus simpatizantes: el 55,2% de la base de apoyo de Robles está compuesta por personas que no tienen religión (creyentes sin religión o no creyentes del todo), convirtiéndolo en el candidato con el perfil más secular de la contienda.
Indecisión: ¿Dónde están los votantes sin candidato?
La incertidumbre no golpea por igual. El grupo con mayor nivel de indecisión son los creyentes sin religión, donde el 48,7% aún no sabe por quién votar. Les siguen los evangélicos (45,2%) y los católicos (42,2%).
Curiosamente, el grupo más decidido es el de los no creyentes (ateos/agnósticos), donde la indecisión baja al 38,2%, probablemente debido a la fuerte decantación de este sector hacia opciones progresistas como la de Robles o el oficialismo, dejando poco margen para la duda.
