La economía de Estados Unidos registró un fuerte crecimiento del 4,3% en proyección anual en el tercer trimestre de 2025, mucho más de lo esperado por los analistas, según datos oficiales publicados el martes que propiciaron el festejo del presidente Donald Trump.
En comparación con el segundo trimestre, el incremento fue del 1,1%.
Este repunte sorpresivo en la economía estadounidense es una señal positiva para Costa Rica, cuyo principal socio comercial sigue siendo Estados Unidos.
Un mayor dinamismo en el Producto Interno Bruto (PIB) norteamericano suele traducirse en un aumento de la demanda de exportaciones costarricenses, especialmente en dispositivos médicos y productos agrícolas, lo que podría mejorar las proyecciones de cierre de año para el sector exportador nacional.
El PIB se vio impulsado en particular por un aumento del consumo, las exportaciones y el gasto público, parcialmente compensados a la baja por una caída de la inversión, según el Departamento de Comercio.
El aumento del consumo en EE. UU. es clave para el sector turístico de Costa Rica. Si los hogares estadounidenses sienten mayor confianza financiera y gastan más, es probable que se mantenga o incremente el flujo de turistas norteamericanos hacia suelo tico durante la temporada alta que inició en diciembre, vital para la recuperación hotelera y de servicios.
No obstante, en Estados Unidos, el servicio estadístico del Departamento de Comercio (BEA) prioriza la medición trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) en proyección anual, una estimación a 12 meses si se mantuvieran las condiciones al momento de recoger los datos.
Por encima de lo esperado
Los analistas esperaban una moderación de la actividad, con un crecimiento anualizado del PIB en torno al 3,2%, frente al 3,8% del trimestre anterior, según los consensos publicados por MarketWatch y Trading Economics.
Los datos divulgados el martes -una estimación preliminar- se publican con casi dos meses de retraso debido al shutdown (cierre de gobierno del 1 de octubre al 12 de noviembre) que suspendió el trabajo de las agencias estadísticas por falta de presupuesto.
El indicador, muy bueno a primera vista, enfrió a los mercados financieros estadounidenses en la apertura aunque después recuperaron terreno.
El impacto de este retraso estadístico genera un efecto de “ceguera temporal” que repercute en Costa Rica. Aunque el cierre terminó, los mercados están reaccionando hoy a datos viejos (del tercer trimestre). Esta falta de información actualizada sobre la salud económica presente de EE. UU. presiona más al Banco Central de Costa Rica (BCCR) a ser extremadamente prudente.
Al no tener certeza de si la economía estadounidense sigue igual de fuerte en el cierre de año, el BCCR pudo optar por no realizar movimientos bruscos en sus tasas o intervención cambiaria hasta tener un panorama más claro, manteniendo una postura conservadora; sin embargo, el pasado 16 de diciembre la entidad redujo la Tasa de Política Monetaria en 25 puntos base quedando en 3,25%.
Para Wall Street, “con un PIB tan fuerte, la Fed (Reserva Federal, banco central de Estados Unidos) tiene un motivo más para preferir el statu quo (de las tasas de interés) en su próxima reunión”, explicó a la AFP Sam Stovall, analista de la firma CFRA.
Los mercados financieros todavía esperaban una bajada de los tipos de interés de la Fed el 28 de enero, para impulsar aún más el crecimiento.
Si la Fed decide mantener las tasas altas debido a este fuerte crecimiento reportado, el costo del financiamiento externo para Costa Rica seguirá siendo elevado. Esto limitaría el margen de maniobra para que las tasas de interés nacionales bajen con mayor rapidez, encareciendo el crédito para vivienda y consumo de los costarricenses a corto plazo, ya que el BCCR debe mantener un diferencial de tasas atractivo para evitar fugas de capitales.
Hasta ahora, el PIB ha evolucionado a los tropiezos. Se registró una contracción inesperada (-0,6%) a comienzos del año, debido a una avalancha de importaciones para adelantarse a los aranceles que Trump estaba poniendo en marcha.
El segundo trimestre se sorprendió en sentido contrario. Un retroceso de las importaciones y un consumo sólido dieron un impulso a la economía.

Trump celebra
El presidente Trump afirmó el martes que los nuevos datos demuestran que las políticas de su administración, en particular sus controvertidos aranceles, están funcionando.
“Los economistas se equivocaron, pero ‘Trump’, y algunos otros genios, acertaron”, dijo en referencia al crecimiento del PIB del tercer trimestre.
“El éxito se debe al Buen Gobierno y a los aranceles”, escribió en su plataforma Truth Social, y prometió que “La Edad de Oro Económica de Trump avanza a toda máquina”.
La insistencia de Trump en la política de aranceles representa un arma de doble filo para Costa Rica. Aunque el país “goza de beneficios” bajo el Tratado de Libre Comercio, un entorno global más proteccionista podría alterar las cadenas de suministro y encarecer insumos importados necesarios para la industria local, elevando indirectamente el costo de la vida en el país.
Futuro incierto
Más allá de estos vaivenes trimestrales, los responsables de la Fed esperaban que Estados Unidos cerrara 2025 con un crecimiento del 1,7% respecto a 2024. El PIB creció un 2,8% interanual a finales de 2024, es decir, antes del regreso de Trump a la Casa Blanca en enero.
Ante encuestas que muestran un descontento creciente de los electores por el costo de vida, el gobierno destaca en particular los créditos fiscales adicionales que deben recibir el año próximo.
Pantheon Macroeconomics estima que esos créditos fiscales tendrán un “impacto moderado” sobre el crecimiento en 2026, ya que “el nivel relativamente bajo de la confianza de los consumidores tiende a sugerir que numerosos hogares ahorrarán una gran parte” de ese dinero.
La preocupación por el costo de vida es un espejo de la realidad costarricense. Si la inflación en EE. UU. se reactiva por el alto crecimiento, podría exportarse inflación a Costa Rica a través de bienes importados, presionando nuevamente los bolsillos de los hogares ticos que apenas se estabilizan tras los choques económicos recientes.
Algunos economistas consideran además que el crecimiento está poco equilibrado, pues se apoya sobre todo en las inversiones en inteligencia artificial (IA) y la construcción de centros de datos, mientras que sectores más tradicionales se estancan.
Este auge en inversiones de IA en EE. UU. presenta una oportunidad estratégica para Costa Rica. Si el país logra posicionarse como un hub de servicios tecnológicos y semiconductores puede atraer parte de esa inversión en centros de datos, diversificando su economía frente al estancamiento de sectores tradicionales como el agro.
