La segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos marcó un giro en la política educativa hacia los extranjeros: los recortes en el financiamiento a universidades y la revocación de visas a estudiantes internacionales se convirtieron en obstáculos para quienes aspiraban a cursar estudios en ese país.
Sin embargo, las restricciones no frenaron del todo a los costarricenses. Los jóvenes mantuvieron su interés en aplicar a centros académicos estadounidenses durante el presente año, aunque con una mirada más abierta hacia nuevos destinos. Europa, en particular, empieza a consolidarse como una alternativa de peso.
“Si bien es cierto, Estados Unidos ha sido uno de los destinos académicos de mayor interés para nuestros egresados, debido a la calidad y diversidad de su oferta universitaria, en la actualidad sabemos que Europa y México también forman parte de sus opciones”, explicó Sara Estrada, directora de Mercadeo y Admisiones de Lincoln School.
La tendencia se refleja en los colegios privados que cuentan con bachillerato internacional (BI) y calendario diferenciado, como Lincoln School, Blue Valley y Golden Valley. Estas instituciones logran colocar a sus estudiantes en universidades extranjeras cada año, impulsados por el prestigio del BI como una certificación que abre puertas en múltiples países.
Si bien no existen registros centralizados sobre cuántos costarricenses viajan al exterior para obtener un título universitario, la comparación entre la matrícula de estudiantes con BI y los que aplican a las universidades estatales permite vislumbrar una tendencia clara.
EF analizó los datos de 2024 en los tres colegios mencionados y los contrastó con el número de alumnos que presentaron la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Los resultados hablan por sí solos: en el Colegio Lincoln, solo el 23,9% de los aspirantes al BI también aplicó a la PAA. En Blue Valley, la cifra subió a 63,8%, mientras que en Golden Valley fue de 47,7%. La diferencia sugiere que buena parte de los estudiantes visualiza su futuro académico fuera del país.
Contar con la certificación de BI, de hecho, agiliza los procesos de admisión en universidades alrededor del mundo, pues respalda internacionalmente los conocimientos adquiridos y valida la conclusión de la secundaria.
Países de interés
El bilingüismo y la formación internacional caracterizan a estos colegios y eso les abre puertas en cientos de universidades de Estados Unidos, Canadá y Europa. La cercanía geográfica y la buena reputación de los centros estadounidenses explican por qué muchos costarricenses se decantan por esa opción.
Estados como Texas y Florida ofrecen, además, condiciones especiales para los ticos. La Universidad de Kansas permite a los costarricenses solicitar tasas diferenciadas frente a las que se cobran al resto de estudiantes extranjeros.
En el caso de Lincoln School, la generación de junio pasado sumó 97 graduados; de ellos, un 58% inició estudios en el extranjero. Universidades como Kansas y Florida, en EE. UU., estuvieron entre los destinos más recurrentes. Los mismos centros de enseñanza también recibieron a egresados de Blue Valley y Golden Valley, lo que confirma una ruta académica ya consolidada.
Nicky Esquivel, director de operaciones de Propella, empresa que brinda asesorías a estudiantes en el camino de obtención de beca, aseguró que los estudiantes a los que asesoran contiúan con interés en EE. UU. La cantidad de jóvenes colocados por esta entidad en universidades en ese país pasó de 34 en 2022 a 103 en 2025.
El Viejo Continente gana, poco a poco, más protagonismo. España y otros países europeos atraen cada vez a más jóvenes, con la Universidad de Navarra como uno de los destinos preferidos. En Latinoamérica, el Tecnológico de Monterrey en México se ha posicionado como otro de los polos de atracción más relevantes.
¿Y Costa Rica?
Pese al interés por salir, alcanzar un cupo en las universidades estatales no parece un desafío para los estudiantes de estos colegios. Los promedios institucionales obtenidos en años anteriores los han colocado dentro de los 50 centros con mejores resultados en la admisión de la UCR y el Tecnológico de Costa Rica (TEC).
En el Lincoln, quienes optaron por quedarse eligieron la UCR, TEC, UNA, Lead University, Texas Tech, Ucimed, Ulacit, Fidélitas, Libre de Derecho y Véritas. La Ulatina y la Unibe, en cambio, no figuraron entre las preferencias de este año, según informó el colegio.
En Blue Valley, las elecciones se concentraron en la UCR, TEC, Ucimed, Ulacit y Texas Tech University.
La sede de Texas Tech en Costa Rica resulta especialmente atractiva: permite iniciar la carrera en el país a un costo más bajo y concluir en el campus estadounidense, un esquema que combina cercanía, ahorro y proyección internacional.
Las restricciones de la administración Trump no han limitado el interés de los costarricenses por estudiar en Estados Unidos. Sin embargo, aún restan poco menos de cuatro años de gobierno y será en ese periodo donde se pondrá a prueba la capacidad de las universidades para sortear las políticas migratorias y educativas que Washington decida implementar.