La última temporada de Stranger Things, que llegó a la plataforma de Netflix este 26 de noviembre, marca el cierre de una de las series más lucrativas en la historia del streaming. Desde su estreno en 2016, el thriller de ciencia ficción creado por los hermanos Duffer ha generado cifras que rivalizan con las franquicias cinematográficas más exitosas de Hollywood.
Un imperio financiero de más de $2.000 millones
Según análisis de la firma Parrot Analytics, Stranger Things ha generado para Netflix más de $1.000 millones en ingresos de suscripciones solo desde 2020. Lo notable de esta cifra es que representa únicamente el período en que la plataforma transmitió una temporada completa: la cuarta en 2022. Considerando que la primera temporada debutó cuatro años antes y causó un impacto inmediato en el crecimiento de suscriptores, los expertos estiman que al concluir la quinta temporada, los ingresos totales de la franquicia superarán los $2.000 millones.
El impacto en la base de suscriptores ha sido igualmente impresionante. Parrot Analytics calcula que la serie ha atraído aproximadamente dos millones de nuevos suscriptores a Netflix, mientras que en 2019, ayudó a llevar la plataforma a 158,33 millones de suscriptores globales cuando aproximadamente 64 millones de cuentas vieron la serie en sus primeras cuatro semanas.
La temporada más cara de la historia de la televisión
Netflix invirtió entre $50 y $60 millones por episodio en la quinta temporada, lo que eleva el presupuesto total a aproximadamente $400-$480 millones para los ocho episodios finales. Esta cifra supera los presupuestos de superproducciones cinematográficas como Avengers: Endgame ($400 millones) y Avatar: The Way of Water ($400 millones). Para poner en perspectiva, la primera temporada en 2016 costó apenas $48 millones en total.
Los salarios de las estrellas también reflejan el éxito de la serie. David Harbour, Millie Bobby Brown y Winona Ryder recibían $350.000 por episodio en las temporadas 3 y 4, pero para la temporada 5, Winona Ryder y David Harbour recibieron aproximadamente $1.187.500 por episodio (cerca de $9,5 millones por la temporada).
Más allá de la pantalla: licencias y merchandising
El impacto financiero de Stranger Things trasciende las suscripciones de streaming. Netflix ha desarrollado un robusto negocio de licencias y merchandising que incluye colaboraciones con marcas globales. En 2022, la colocación de productos en la cuarta temporada generó un valor combinado de más de $27 millones, con Coca-Cola recibiendo $3,4 millones en valor de exposición.
El imperio de merchandising abarca desde calzado Nike hasta joyería Pandora, juguetes Squishmallow, y productos de Hasbro y Mattel. Netflix también firmó un acuerdo con Jazwares en enero de 2025 para producir figuras de acción, sets de juego, vehículos de juguete y disfraces relacionados con la quinta temporada.
En el sector de videojuegos, Netflix adquirió en 2022 a la desarrolladora finlandesa Next Games por $72 millones, creadora de Stranger Things: Puzzle Tales. Los juegos de la franquicia han alcanzado casi dos millones de descargas solo para Stranger Things: 1984.
La expansión teatral también ha sido exitosa. La obra Stranger Things: The First Shadow se convirtió en una obra con Tony Awards, incluida una mención especial por efectos técnicos e ilusiones.
Las claves del éxito
El fenómeno de Stranger Things se explica por una combinación única de factores creativos y de mercado que resonaron con múltiples generaciones de espectadores.
Nostalgia perfectamente ejecutada: La serie capturó magistralmente la estética de los años 80, evocando las películas de Steven Spielberg, particularmente E.T. y Close Encounters of the Third Kind. Ross Duffer, cocreador de la serie, explicó que eligieron a Winona Ryder tras una conversación de cuatro horas y media. El guion fue reescrito basándose en la propia Ryder para dar autenticidad al personaje.
La serie no solo recreaba la época visualmente, sino que incorporaba productos icónicos como los waffles Eggo de Kellogg’s, que vieron un aumento de más del 10% en ventas en el cuarto trimestre de 2017 tras su aparición orgánica en la primera temporada. La colaboración con Coca-Cola para resucitar “New Coke” en la tercera temporada fue especialmente ingeniosa, integrando el producto directamente en la trama ambientada en el verano de 1985.
Química auténtica del elenco: La directora de casting Carmen Cuba revisó más de 1.000 audiciones presenciales y en video para encontrar a los niños protagonistas. “Después de hacer pruebas de química con varios grupos de personajes y múltiples actores para cada papel, eso selló el trato”, explicó Cuba.
Accesibilidad multigeneracional: Stranger Things logró atraer simultáneamente a espectadores de diferentes edades. Para los adultos, ofrecía un viaje nostálgico a la cultura pop de los 80, con referencias a Stephen King, Steven Spielberg y John Carpenter. Para la Generación Z, presentaba protagonistas jóvenes con los que podían identificarse, junto con una estética retro que resultaba cool incluso para quienes no vivieron esa época.
Momento perfecto en el mercado: El estreno coincidió con un período en que Netflix dominaba el mercado de streaming antes de la fragmentación actual. La plataforma se había consolidado en más de 190 países, y Stranger Things se convirtió en un fenómeno global cuando aún no existía la competencia feroz de Disney+, HBO Max y otros servicios.
El productor ejecutivo Shawn Levy resumió la filosofía del programa: “Ninguno de nosotros quería quedarnos más tiempo del necesario”. Los hermanos Duffer sabían desde hace tiempo cómo terminaría la serie y “no querían alargarla” para evitar “repetirse o quedarse más tiempo del bienvenido en su historia”.

Con la quinta temporada lanzándose en tres partes (cuatro episodios el 26 de noviembre, tres el 25 de diciembre y el final el 31 de diciembre), Netflix busca maximizar el impacto de su franquicia más valiosa. Aunque la serie principal llega a su fin, el universo de Stranger Things continuará expandiéndose con una serie animada spinoff, Tales From ’85, programada para 2026, y un misterioso proyecto live-action en desarrollo.
La historia de Stranger Things demuestra cómo una apuesta creativa arriesgada —una serie sobre niños en los 80 perseguidos por monstruos interdimensionales— puede transformarse en un fenómeno cultural y financiero que redefine las posibilidades del contenido para streaming.
