El anuncio de que el 2013 registró el crecimiento en los precios al consumidor más bajo en las últimas cuatro décadas llegó el 3 de enero como regalo de Navidad atrasado para el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
El 3,68% de variación interanual registrado en diciembre pasado remató un año que inició con crecimientos en los precios por encima del rango meta establecido por el Central, de entre 4% y 6%.
Si bien la tendencia del primer trimestre comenzó a revertirse en mayo, el daño a las expectativas ya estaba hecho. Las proyecciones de inflación a 12 meses medidas por las encuestas del BCCR se mantuvieron hasta final del 2013 por encima del 6%.
Pese a que esta es la primera ocasión en que la inflación cierra el año por debajo del rango meta del Central, las proyecciones para finales del 2014 siguen cerca del límite superior de ese año.
Una consulta realizada en diciembre por EF, como parte del proyecto Inteligencia Financiera, reveló que, en promedio, los economistas esperan que el año recién iniciado finalice con crecimiento del 5,4% en los precios.
Con los resultados y las proyecciones separadas por varios puntos porcentuales, las grandes interrogantes son si se repetirá el bajo registro en el 2014 y si ha llegado la hora de bajar el rango meta de la inflación.
Viento a favor
Entre los elementos que podrían ayudar a la autoridad monetaria en su misión destaca la esperada devaluación del colón en el 2014.
Los primeros meses del 2013 estuvieron marcados por el influjo de capital extranjero que buscaba aprovechar los elevados rendimientos de instrumentos de inversión en moneda local.
Su ingreso a la economía local presionó a la baja un tipo de cambio que estaba de todas formas cercano al piso de la banda cambiaria. Durante los primeros cuatro meses del año pasado, el BCCR debió adquirir $605 millones para mantener el valor del dólar encima de los ¢500.
El monto representa un 67% del total de $910 millones a que ascendieron las compras de la autoridad monetaria en el 2013.
Rodrigo Bolaños, presidente del Banco Central, encendió las alarmas ante el exceso de liquidez y aplicó medidas monetarias restrictivas que en parte explican el bajo nivel de la inflación en el 2013.
Esa poderosa presión a la baja sobre el tipo de cambio se ha disipado. De hecho, la tendencia es ahora al alza.
Bolaños aseguró que esperan un incremento en el precio local del dólar conforme la Reserva Federal de Estados Unidos reduzca el tamaño de su programa de estímulo a la producción.
“Para mí (el nivel de inflación) es perfectamente sostenible. Sin embargo, para ello debería avanzarse más decididamente en poner en su lugar las piezas que faltan para consolidar el esquema de metas de inflación que el Banco Central ha venido anunciando y que ha pospuesto más de la cuenta”, opinó Jorge Madrigal, exdirector de la División Económica del Banco Central.
Nublados en el horizonte
Mientras las fuerzas en el mercado cambiario podrían darle un empujón al Central, el panorama en otros frentes de acción es menos favorable.
El principal escollo es el tamaño del déficit fiscal que aqueja al Gobierno. Las proyecciones del Ministerio de Hacienda apuntan a que el faltante en las finanzas públicas cerraría el año pasado en un monto equivalente al 5% de la producción nacional.
“No se puede exagerar y pensar que vamos a lograr metas más bajas pues tenemos un problema fiscal sin resolver”, aseveró el economista Ronulfo Jiménez.
Por otro lado, se espera que la actividad económica experimente un leve repunte durante el año, estimulando la adormilada demanda interna.
La previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2014 está en revisión y Bolaños espera que se ubique más cerca del 4% que del 3,7% proyectado en junio pasado en la revisión del Programa Macroeconómico 2013-2014.
Pese a que tradicionalmente se asume que un aumento en la producción y en la demanda interna presionan al alza los precios, hay opiniones discordantes.
“El BCCR tiene que hacer crecer la oferta monetaria conforme crece la demanda. Los enfoques modernos mantienen la tesis de que es el desequilibrio entre oferta y demanda de dinero lo que provoca inflación”, explicó el economista Melvin Garita.
¿Momento preciso?
Con esos elementos a favor y otros en contra, es momento de decidir si Costa Rica debe aspirara una meta de inflación menor a la que se ha trazado en los últimos años.
“Desde mi punto de vista, lo es. El Central ha generado la suficiente confianza en el público de un sólido compromiso con la meta de inflación”, dijo Madrigal.
En el 201 0, la meta de la entidad fue una inflación de 5,8%. Un año más tarde el objetivo pasó a ser rango de entre 4% y 6%. Este se mantiene hasta hoy.
Solo en el 2013, la inflación terminó siendo menor a ese rango meta. Si bien este resultado parece ser un augurio propicio, hay quienes ven dificultades.
“El cercano cambio de Gobierno y relevo en el Central llamaría a no dejarle las manos amarradas a las nuevas autoridades y la fragilidad en la actividad económica”, enumeró Alberto Franco, economista de Ecoanálisis.
Ser ambiciosos o prudentes es la disyuntiva que enfrentan en estas semanas los miembros de la Junta Directiva del Central, quienes elaboran el nuevo Programa Macroeconómico, que se publicará a finales de este mes.