Cerrar la brecha entre gastos e ingresos del Gobierno Central, que se proyectaba llegaría a representar un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales del 2013, es el reto más importante que enfrentará la próxima administración, según una consulta entre economistas realizada por el proyecto Inteligencia Financiera.
Un 65,2% de los participantes señaló al déficit fiscal como el reto número uno, que supera a la reactivación de la economía (21,7%) y a la inversión en infraestructura pública (8,7%).
Otros retos, como reducir la inflación, aparecen de últimos en la lista de prioridades. Algo lógico cuando el aumento en los precios a los consumidores durante el 2013 fue de un 3,68%, la menor variación anual en las últimas cuatro décadas, según los registros históricos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec).
Si bien la inflación luce controlada, el panorama con el déficit fiscal es completamente distinto.
A noviembre del 2013, los gastos del Gobierno registraban un incremento interanual del 12,3%, mientras que los ingresos habían crecido un 8,2%.
“No hay más remedio que meter el freno y cortar gastos, aunque se perdió parte de la flexibilidad que el Ministerio de Hacienda tenía”, comentó Alberto Dent, exministro de Hacienda.
Actualmente, esa cartera impulsa un proceso de diálogo nacional para construir un nuevo proyecto de reforma fiscal que reduzca los gastos y aumente los ingresos.
Edgar Ayales, jefe de ese ministerio, ha asegurado que antes del 15 de enero tendrán listo un documento con las iniciativas concretas para resolver el equilibrio a las finanzas del Gobierno.
Manos a la obra
Acelerar las revoluciones del motor productivo y la inversión en obra pública son prioridades que se complementan.
De hecho, la ejecución de obras que modernicen la infraestructura nacional es la medida que los economistas consultados recomiendan para acelerar la actividad económica.
Costa Rica tiene $1.242 millones en créditos con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BICE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Corporación Andina de Fomento, para financiar obras de infraestructura.
De ese monto, unos $360 millones ya se están ejecutando y $52 millones están destinados a la carretera Chilamate–Vuelta de Kopper.
Poco margen de acción
Más allá de ejecutar el dinero disponible, el margen de acción del próximo Gobierno pinta limitado por el tamaño del déficit fiscal.
De los consultados por EF, un 69,6% estima que existe poco espacio para que la nueva administración reduzca la inflación de manera sostenida por debajo del nivel actual.
De igual forma, la mayoría (56,6%) piensa que es poco lo que puede hacerse para reducir la Tasa Básica Pasiva (TBP) por debajo del 6,50% de finales del 2013.
De hecho, la proyecciones apuntan a un alza en las tasas.