Llega julio de 2025 y el cierre de la primera mitad del año abre la puerta al análisis y comparación del comportamiento de la volatilidad del tipo de cambio. La finalización de un semestre completo permite tener periodos iguales para juzgar el pasado, claro está, sin que eso sea una herramienta predictiva.
En esta oportunidad comparamos los datos del tipo de cambio de enero a junio del 2023, 2024 y 2025.
Verificamos la volatilidad de manera absoluta, es decir en la cantidad de colones de diferencia entre dos fechas. Para este caso aplicamos el plazo de dos semanas hábiles completas. El Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) opera de lunes a viernes.
Entre esos tres semestres se perciben diferencias marcadas: mientras un año se vio atravesado por episodios de fuerte inestabilidad y fluctuaciones abruptas, otro destacó por mostrar escasa variación y una relativa calma en el mercado cambiario.
En El Financiero, le explicamos estas cifras y las causas detrás de los movimientos más drásticos.
Intervenciones y eurobonos provocaron fluctuación
A inicios de 2023, hubo movimientos pronunciados con diferencias sostenidas de alrededor de ¢20 de una quincena a la otra. Por ejemplo, el 10 de febrero de ese año, se registró un aumento de ¢21,83 en comparación con dos semanas atrás, pero cayó drásticamente con ¢21,44 el 21 del mismo mes.
La desviación estándar en esa última fecha se situó en ¢8,33, lo cual indica la variación sobre la cifra promedio durante ese grupo de días.
Si se analiza de forma diaria, el día que tuvo una mayor diferencia con respecto al anterior fue el 2 de febrero por ¢6,24.
Daniel Ortiz, economista de Cefsa, señaló que ese comportamiento no fue un fenómeno aislado, sino que tuvo su origen desde mediados de 2022.
“En 2022, hacia la mitad del año, el tipo de cambio alcanzó su máximo punto histórico y se empiezan a dar una serie de eventos. Entre estos, destaca la intervención del Banco Central de Costa Rica (BCCR), la solicitud de un crédito al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), así como la colocación de eurobonos en 2023″, aseguró.
En ese momento, Costa Rica mantenía una tasa de política monetaria muy superior a la de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), lo que generó un “premio” elevado por tener colones. Esto incentivó la entrada de divisas y aumentó la oferta de dólares en el mercado, incluso mientras ya se daba una apreciación de la moneda nacional.
“La oferta de dólares en el país se volvió muy grande respecto a la demanda, y como el tipo de cambio es un precio, si la oferta crece más que la demanda hay presiones para que baje”, dijo el economista.
A lo anterior se sumó una menor demanda por parte del Gobierno, que necesitaba menos divisas debido al acceso a financiamiento externo. Estos factores explican, según Ortiz, la apreciación sostenida del colón hasta inicios de 2024, cuando el comportamiento del tipo de cambio se tornó más estable.

Los estragos no se fueron de inmediato
Durante ese periodo se observó una mayor calma que se quebró el 31 de mayo cuando la diferencia quincenal alcanzó los ¢19,67 (¢6,11 de desviación sobre el promedio de ese lapso) y la mayor diaria registrada de ¢8,06 el 17 de mayo. Es decir, a pesar de la aparente serenidad, todavía había indicios de sacudidas en el mercado cambiario, aunque sin ser tan abruptas como el año anterior.
Así lo respaldó el también economista Jorge Benavides, quien afirmó que el 2024 aún tenía tendencia bajista y sus respectivos repuntes.
“El Banco Central empezó a recuperar sus reservas económicas y el turismo siguió creciendo. Por lo tanto, estábamos inundados de dólares, la tasa de interés continuó hacia abajo y ahorrar en colones se hizo más atractivo que ahorrar en dólares”, agregó.
Lo anterior también se refleja en un tipo de cambio aún inestable si se compara con el 2025.
Desaceleración contribuyó a estabilidad
Las condiciones en 2025 mostraron una constancia aún más sólida. La mayor variación entre dos semanas fue de ¢11,16 el 7 de abril, o ¢3,86 de movimiento con respecto al promedio cuando en días previos iban de ¢0,38 a ¢2,51. La diaria ¢2,57 el 3 de ese mismo mes.
Según Ortiz, influyeron las compras privadas de las Operadoras de Pensiones Complementarias (OPC) y del sector público no bancario. Además, a pesar de que la oferta ahora es objetivamente alta, ya no alcanza para que el BCCR acumule reservas al mismo ritmo de antes. Agregó que las reservas monetarias internacionales muestran un menor saldo acumulado e incluso ventas.
Ortiz aseguró que actualmente existe un “premio muy negativo” por tener dólares y se observa en una desaceleración en las exportaciones de bienes y servicios. El turismo también muestra una caída en el ingreso de divisas, y el gobierno no cuenta con autorización para colocar nuevos eurobonos ni tiene un convenio vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ni créditos de apoyo presupuestario aprobados.
“Todo esto hace que la oferta de dólares sea más baja, y en alguna medida también hay expectativas de devaluación. Ya desde hace algunos meses se espera que el tipo de cambio se deprecie en los próximos 12 meses”, dijo.
Aunque se identificaron movimientos ligeros en algunos meses previos, aclaró que se trató de la interacción normal entre la oferta y la demanda, por lo que no fue motivo de preocupación al estar influenciado por factores como pagos de quincena, renta, aguinaldos y macroestacionalidades exportadoras y turísticas.
El primer semestre de 2025 mostró una mayor estabilidad en el tipo de cambio negociado en el Monex en comparación con los dos años anteriores. Las variaciones más abruptas, medidas en periodos de dos semanas alcanzaron los ¢11,16 este año, en 2024 los ¢19,67 y en 2023 llegó a ¢21,44.
Es notorio que el tipo de cambio mostró una tendencia hacia menores niveles; en 2023, alcanzó un máximo de ¢596,73 y un mínimo de ¢534,72, lo cual significa que se movió en un rango de ¢62,01.
El máximo de 2024 fue ¢535,02 y casi igualó el mínimo de 2023, lo cual refleja que los valores altos en 2024 se ubicaron cerca de los niveles más bajos del año anterior. A su vez, el mínimo de ese año por ¢501,89 resultó mucho más bajo que cualquier cifra registrada en 2023. En esta ocasión, el margen de movimiento fue de ¢33,13.
En 2025, la reducción y la estabilidad se hicieron más evidentes. Su valor máximo de ¢511,43.
Además, el mínimo de 2025 por ¢499,72 resultó el más inferior de los tres años contemplados. Para este periodo, el rango de desplazamiento del precio del dólar tuvo un ancho de ¢11,71. El régimen cambiario es la flotación administrada, aunque es posible establecer rangos con valores mínimo y máximos, estos no constituyen ningún límite para que el precio se mueva libremente o de acuerdo a las reglas del Banco Central.
Es decir, los máximos se fueron ubicando cada vez más cerca de niveles que antes figuraban como mínimos, lo que señala una tendencia hacia un valor del dólar más bajo y por más días. También el mercado presentó más estabilidad dado el rango en que se movió el tipo de cambio.