La adopción de un Impuesto al Valor Agregado (IVA) produciría la mayor cantidad de nuevos ingresos de todas las propuestas que el Ministerio de Hacienda planteó en el proceso de construcción de la nueva reforma fiscal.
Solo ampliar el radio de acción del gravamen para incluir servicios, considerando tasas diferenciadas para la educación y salud privadas, representaría fondos adicionales para el Estado equivalentes a un 0,66% del Producto Interno Bruto (PIB).
Junto a ser el peso pesado de los ingresos, el IVA logra despertar consensos; no son universales pero incluyen a varios expertos en derecho tributario y a representantes empresariales.
La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) ha apoyado la adopción de un Impuesto al Valor Agregado que respete los términos pactados en el fallido proyecto de “Ley de solidaridad tributaria”.
Aparte del cambio de nombre, la mayor recaudación y el final del actual rosario de exenciones, la adopción del IVA traería pocos cambios en la mecánica y la lógica del tributo que ya existe sobre el consumo.
Valor agregado
“En su forma de pago, el IGV de la actualidad no se diferenciaría mucho del IVA, se cobra por etapas de producción o de agregación de valor. La diferencia en este momento básicamente se queda en temas de amplitud de la base imponible”, explicó Fernando Rodríguez, exasesor del Ministerio de Hacienda.
El impuesto de ventas grava toda comercialización de bienes, no solo la venta al consumidor final sino también la de materia prima a productores.
La diferencia estriba en que los contribuyentes ubicados en los eslabones intermedios de la cadena productiva reciben créditos fiscales por los impuestos de ventas que pagaron en la compra de sus insumos.
Por ejemplo, un fabricante de chocolates paga impuesto de ventas al comprar bienes como la manteca de cacao. Este empresario, al comercializar su producto, cobra, a su vez, un impuesto de ventas.
Al momento de declarar ante la Dirección General de Tributación (DGT), el fabricante puede restar los impuestos que pagó por insumos a los que recaudó al vender sus productos. La diferencia es el monto que debe girar al erario público.
“Este es un impuesto que se autocontrola porque yo voy a estar celoso de tener los comprobantes que necesito para deducir los impuestos de ventas que pagué por mis insumos”, comentó Carlos Vargas, director general de Tributación.
La labor de control de la DGT se realiza mediante sistemas informáticos alimentados por las propias declaraciones de los contribuyentes. Los funcionarios revisan que las ventas de unos coincidan con las compras reportadas por otros.
La red de control se ve debilitada por la cantidad de bienes y servicios exonerados.
Punto de negociación
Eliminar algunas de las exenciones vigentes es un punto clave en la adopción del IVA. No solo significa más dinero, sino también más control.
Durante la negociación de “Solidaridad tributaria” muchos sectores pugnaron por lograr una exoneración, una tasa diferenciada o bien una aplicación gradual del impuesto a su actividad.
Las concesiones del Gobierno fueron achicando la recaudación esperada de un 2,5% del PIB inicial al 1,5% final. Un 70% de este porcentaje correspondía a la adopción del IVA.
La exoneración que representa un mayor gasto tributario para el erario público es la otorgada a los bienes de la canasta básica y los insumos utilizados en la fabricación de estos como la harina. Un monto equivalente al 1,7% de la producción deja de ingresar a las arcas de Hacienda.
En “Solidaridad tributaria” la exoneración se mantenía, aunque la canasta básica se reformó y se agregó la obligación de revisarla cada vez que se realizara la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos.
Ahora Hacienda plantea entre las opciones gravar la canasta y sus insumos, e instalar un mecanismo de compensación para los hogares de menores recursos.
Bajo revisión volverán a estar las exoneraciones a reencauches y llantas para equipo agrícola, queroseno y diesel para pesca no deportiva, entre otras.
La exención de los servicios representa un 1,57% del PIB.
En la más reciente negociación de una reforma fiscal, varios sectores productivos lograron pellizcar un tratamiento especial.
Por ejemplo, la tasa diferenciada del 2% para la venta de los servicios de educación y salud privados. La tarifa propuesta era de un 14%. Entre las opciones propuestas en el documento “En ruta hacia la consolidación fiscal: agenda para un diálogo nacional” se contempla también una tasa diferenciada para estos servicios.
Lo que no contempla el documento de Hacienda es rescatar las escalas de gradualidad pactadas para la prestación de servicios turísticos o de ingeniería.
Si bien existe concordancia en la necesidad de adoptar el IVA, reconstruir las negociaciones anteriores y conciliarlas con el deseo de Hacienda de cerrar los agujeros en su red de control es la tarea pendiente.
Las muchas versiones de un mismo impuesto
La negociación de un IVA pasa por revisar exoneraciones y pactos previos:
Impuesto General de Ventas
- Grava la venta de mercancías y los siguientes servicios: restaurantes y cantinas, servicios telefónicos, espectáculos públicos excepto los deportivos; servicios publicitarios a través de radio, prensa y televisión, entre otros.
- Fija una tarifa general del 13%.
- Exime del impuesto a los artículos definidos en la canasta básica alimentaria; reencauches y llantas para maquinaria agrícola; productos veterinarios e insumos agropecuarios; medicinas, queroseno, diesel para la pesca no deportiva, libros, composiciones musicales, cuadros y pinturas creados por pintores nacionales o extranjeros; cajas mortuarias y el consumo residencial de electricidad que sea igual o inferior a 250 kW/h, productos orgánicos.
- No contempla tarifas diferenciadas.
- No hay vigentes escalas de gradualidad.
“Solidaridad tributaria” original
- Grava la venta de mercadería y la prestación de servicios en el territorio nacional.
- Proponía una tarifa general del 14% para la venta de bienes y servicios. Especificaba una tasa reducida de 2% para la venta de servicios de educación y salud privada.
- Mantiene la exoneración a la canasta básica y obliga a su revisión al realizarse una nueva Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos. Exonera reencauches y llantas para maquinaria agrícola, medicinas, exportaciones, ventas de bienes y servicios a empresas de zona franca o entre ellas, servicio de transporte de pasajeros, la compra y venta de bienes de los concesionarios de transporte; los créditos y arrendamiento de vivienda; y el consumo residencial de agua y electricidad.
- Contempla una tarifa especial del 2% para los servicios de educación y salud privada.
- No incluye transitorios dictando la imposición gradual del IVA.
“ Solidaridad tributaria” final
- Grava la venta de mercadería y la prestación de servicios en el territorio nacional.
- Proponía una tarifa general del 14% para la venta de bienes y servicios. Especificaba una tasa reducida de 2% para la venta de servicios de educación y salud privada.
- Mantiene la exoneración a los bienes de lo que bautiza como “Canasta básica tributaria”. Establece la obligación de actualizarla con la Encuesta de Ingresos y Gastos. Mantiene exenciones anteriores sobre medicinas, libros, exportaciones, etc. Extiende exoneración del transporte público a la compra o arriendo de terminales. Exime del impuesto a las loterías y compras de la Junta de Protección Social, las actividades deportivas, culturales y científicas, etc.
- Fija tarifa del 2% para la salud y educación privadas, insumos y empaques de bienes de la canasta básica, comisiones pagadas a las operadoras de pensiones y del 4% a boletos aéreos.
- Estipulaba la imposición gradual del impuesto a los servicios de ingeniería, arquitectura y topografía; así como a la venta de servicios turísticos.
Propuestas de “Consolidación fiscal”
- Propone eliminar la exención sobre la venta de servicios gravándolos con un 13% al igual que la comercialización de bienes.
- Se plantea la posibilidad de aumentar en 1% la tasa de impuesto sobre la base actual, gravar todos los servicios al 13% con excepción de salud y educación.
- Entre las propuestas está gravar la canasta básica tributaria y sus insumos, y crear un sistema de compensación para los hogares debajo de la línea de pobreza. Se propone la revisión de todas las exoneraciones.
- Contempla la posibilidad de crear una tarifa diferenciada solo para educación y salud privadas.
- No se especifican posibles escalas de gradualidad en la imposición del IVA.
Fuente. Deloitte y “En ruta hacia la consolidación fiscal: agenda para un diálogo nacional”.