Al corte del primer semestre del año, las finanzas públicas del Gobierno continúan una tendencia favorable en el manejo de algunos gastos, mientras los ingresos totales levantan apoyados por la amnistía.
Los egresos muestran menores crecimientos en algunas categorías, en particular, transferencias, remuneraciones y el pago de intereses (aunque este crece todavía a un ritmo de dos dígitos, 17,95%).
El gasto total sí crece más que el año pasado, pero el gasto de capital explica parte de este desempeño,
Los ingresos tributarios, por su lado, crecieron 7,37% a junio, y de ese crecimiento el 6,44% fue aportado por la amnistía, lo que permitió concluir el periodo con una cifra muy lejana al 1,04% mostrado hace un año.
Todo esto dio como resultado un déficit primario (sin intereses de la deuda) de 1,11%, como porción del Producto Interno Bruto (PIB), y un déficit financiero de 2,99%.
El balance primario se redujo en 0,03 puntos porcentuales (p.p.) del PIB, mientras que el financiero aumentó en 0,13 p.p.
“Mientras que la amnistía tributaria ha sido una herramienta que nos ha dotado de recursos frescos para enfrentar nuestras obligaciones, la contención del gasto ha sido vital para disminuir nuestras necesidades de financiamiento”, explicó Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.