Las tasas de interés podrían experimentar una presión a la baja en las subastas del Ministerio de Hacienda en 2026 debido a una posición fiscal más holgada con las reservas actuales.
Así lo explicó Adriana Rodríguez, economista y gerente general de Acobo Puesto de Bolsa, al analizar el comportamiento reciente del mercado y las perspectivas para 2026.
La gerente señaló que el superávit primario, que ya supera los ¢600.000 millones, “hace la diferencia” en la gestión de la deuda y de los pasivos.
Contrario a los momentos de déficit en años anteriores, cuando la urgencia por captar recursos limitaba las decisiones de Hacienda, esta vez el Ministerio pudo filtrar con mayor criterio sus fuentes de financiamiento.
“Tras una colocación internacional de €1.000 millones a cinco años y tomando en cuenta el nivel de reservas disponible, Hacienda decidió suspender el resto de subastas del año porque consideró satisfechas sus necesidades inmediatas", explicó.
Incluso, en la última subasta posterior a la emisión externa quedaron más de ¢200.000 millones sin adjudicar, lo que demuestra que el mercado “todavía tenía espacio” para comprar más deuda del Gobierno, según el criterio de Rodríguez.
Sin embargo, la institución juzgó que no era necesario asumir los plazos o tasas que se estaban ofreciendo y dio por cerrado el calendario de subastas por 2025.
Sobre el comportamiento de las anteriores, la economista indicó que transcurrieron “bastante fluidas”, a excepción de un episodio en noviembre en el que se observó una alteración de precios que no correspondía al contexto: una caída en los precios y, por ende, una subida en los rendimientos de títulos de largo plazo que generó inquietud sobre la trayectoria de las tasas.

Por eso, de cara al próximo año, Rodríguez destacó que persiste una “gran necesidad” de colocación por parte de operadoras de pensiones, inversionistas institucionales y otros agentes con excedentes en colones, mientras que las alternativas en el mercado son reducidas.
Esa combinación, sumada a la holgura fiscal de Hacienda, “probablemente haga que las subastas vayan con cierta presión hacia tasas un poquito más bajas”.

Asimismo, un eventual recorte de tasas por parte de la Reserva Federal podría empujar los rendimientos hacia abajo en Costa Rica.
La tasa promedio ya disminuyó, lo que se refleja en una caída significativa del gasto por intereses del Gobierno. Sin embargo, a juicio de Rodríguez, esa baja pudo haber sido más profunda con un Banco Central “más proactivo” dado el espacio generado por la baja inflación.
Aun así, señaló que el entorno ha sido claramente favorable para Hacienda, pero no tanto para los inversionistas.
