El nivel de endeudamiento de los hogares es un termómetro clave para medir la salud financiera de la población y su capacidad de consumo e inversión.
La Oficina del Consumidor Financiero (OCF) realiza periódicamente una Encuesta Nacional de Endeudamiento para monitorear estos comportamientos.
“Por tercera vez, la Oficina del Consumidor Financiero realiza una encuesta nacional de endeudamiento, lo que quiere decir que es una investigación que toma en cuenta una muestra de 1.200 personas con una estructura que replica cómo está la población costarricense”, explicó en un video el director general de la OCF, Danilo Montero Rodríguez.
Los resultados más recientes, correspondientes a 2025, confirman una moderación general en la carga financiera de las familias:
“En primer lugar, se va notando una tendencia a que el nivel de compromiso que las personas tienen de sus ingresos ha ido disminuyendo. En el 2020 teníamos un compromiso que iba por el orden del 50% de sus salarios, ahora bajó a un 38% en el 2023 y ahora en el 2025 un 34%”, detalló Montero.
Sin embargo, al desglosar los datos por edad, emerge un hallazgo particularmente llamativo: una brecha generacional significativa en la forma en que los más jóvenes se relacionan con el crédito, mostrando un rechazo al endeudamiento mucho mayor que la de sus padres o abuelos.
Jóvenes vs. adultos mayores
El “compromiso del ingreso” se refiere al porcentaje del salario o ingreso mensual total que una persona destina exclusivamente al pago de sus obligaciones crediticias (préstamos, tarjetas, etc.). La encuesta revela que, en promedio, los costarricenses destinan un 34% de su ingreso a este fin.
Sin embargo, el análisis por grupos de edad muestra realidades muy distintas. “El análisis de la encuesta muestra que las personas de 35 años o más tienden a mostrar niveles más altos de compromiso de sus ingresos para el pago del endeudamiento”, indica el comunicado.
Esta situación “se intensifica en el grupo de 55 a 70 años, que destinan en promedio 36,8% de su ingreso mensual al pago de créditos". Es decir, más de un tercio de sus entradas se va solo en pagar deudas.
En contraste, “las personas más jóvenes, de 18 a 24 años, muestran un compromiso mucho menor, de tan solo 14,7%“. Este porcentaje representa menos de la mitad del promedio nacional y es considerablemente inferior al de los grupos de mayor edad.
Esta diferencia sugiere nuevas tendencias en el consumo y manejo financiero de la generación más joven, quienes parecen priorizar otros destinos para sus ingresos o ser más resistentes a adquirir obligaciones crediticias en comparación con generaciones anteriores.

A pesar de la tendencia a la baja en el compromiso promedio, el endeudamiento sigue siendo una realidad extendida. El 87% de la población encuestada mantiene algún tipo de deuda, aunque esta cifra también representa una leve reducción respecto al 91% registrado en 2023.
Montero advirtió que la leve disminución general no debe interpretarse como un escenario de tranquilidad total. “Aunque estamos viendo cierta mejora en la relación de los hogares con el crédito, todavía hay un sector de la población con fuerte vulnerabilidad ante cualquier cambio en el ingreso”, señaló.
“La estabilidad financiera de muchas familias sigue dependiendo de que su salario llegue a tiempo y de mantener sus gastos controlados. Por eso, la educación financiera y el uso responsable del crédito deben seguir siendo prioridades”, concluyó el director de la OCF.
La encuesta también reveló otros hallazgos relevantes sobre el comportamiento financiero. Destaca la creciente importancia de los créditos para vehículos, que se posicionan como “el rubro que más se menciona dentro de diferentes tipos de financiamiento”, según Montero.
Además, sobresale el rol de las ayudas familiares como un componente crucial del ingreso. “Incluso la población que dice que apenas le alcanza para salir adelante con sus gastos, el 60% de las personas reciben apoyo de sus familiares”, indicó Montero.
La encuesta fue aplicada telefónicamente entre el 3 y el 29 de julio de 2025 a 1.200 personas de entre 18 y 70 años. Su cobertura es nacional y los resultados son representativos de una población estimada en 3,6 millones de personas adultas, con un margen de error de 2,8% a un nivel de confianza del 95%.
