El informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señaló cuál es el país más desigual de Latinoamérica.
Colombia continúa siendo el país con la mayor concentración de ingresos en América Latina, superando a economías históricamente desiguales como Brasil y Panamá, según los datos más recientes presentados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De acuerdo con el informe, el índice de Gini de Colombia se situó en 0,559 en 2024. Este indicador, que mide la desigualdad (donde 0 es perfecta igualdad y 1 es perfecta desigualdad), coloca al país andino en la cima de la disparidad regional entre los 12 países con datos actualizados para este año, seguido por Panamá (0,506) y Brasil (0,504).

Concentración extrema en el decil más rico
La brecha entre los estratos sociales en Colombia es la más pronunciada de la región. El informe detalla que el decil más rico de la población colombiana (el 10% con mayores recursos) concentra el 44% del total de los ingresos nacionales. Esta cifra es significativamente superior al promedio regional, donde el decil superior capta un tercio del ingreso.
En contraste, el 10% más pobre de la población colombiana percibe apenas una fracción marginal de la riqueza, lo que evidencia una estructura distributiva rígida.
Evolución reciente y pobreza
Si bien el índice de Gini de Colombia mostró una leve disminución respecto a 2021 (cuando se ubicaba en 0,566) , el cambio en el último año fue mínimo, manteniéndose prácticamente estancado frente al 0,560 registrado en 2023. La CEPAL señala que las variaciones observadas en el país se explican por mejoras distributivas asociadas al mercado laboral y al factor demográfico (reducción del tamaño del hogar), aunque estas no han sido suficientes para alterar su posición en el ranking regional.
En términos de pobreza monetaria, el país logró una reducción de 2,5 puntos porcentuales en 2024. Sin embargo, la persistencia de altos niveles de desigualdad limita la capacidad del crecimiento económico para traducirse en un mayor bienestar generalizado, confirmando la “trampa de alta desigualdad” que alerta el organismo internacional.
