Lab de Ideas con apoyo de RIU — Reducir a lo económico el impacto que la operación de un complejo hotelero tiene sobre la comunidad en la que opera, es simplista: Sardinal, en Carrillo, es el ejemplo de ello.
Allí, en Playa Matapalo, es donde están los hoteles Riu Guanacaste y Riu Palace Costa Rica, de la cadena RIU. Tras más de 15 años en el país, el complejo emplea a más de mil personas y gestiona proyectos sociales y ambientales, con huella directa en la comunidad.
Según Alma Lidia Tecillos, Directora de Responsabilidad Social para RIU Hotels & Resorts las Américas, estas acciones se gestan a partir de Proudly Committed, su estrategia de sostenibilidad:
“Para RIU, este tipo de proyectos son fundamentales porque son las personas u organizaciones locales los que conocen el destino y por supuesto que debemos contar con su respaldo, pero sobre todo con ese conocimiento de la zona que a veces a nosotros se nos escapa de las manos. Por eso es tan valioso identificarlos como potenciales aliados y realizar esas proyectos con ellos”.
La clínica de Artola
Carol Cortés asiste, desde hace 4 años y con su hijo pequeño, a la Clínica de Artola, un espacio de medicina mixta que RIU gestiona con la ADI de la comunidad y la CCSS.
Aquí se atiende a menores y a adultos mayores con medicina general de lunes a viernes; Nutrición y Psicología una vez a la semana; y laboratorio una vez al mes.
“Si la clínica no estuviera yo tendría que ir hasta Liberia a hacerle exámenes”, dijo Cortés en referencia a su hijo, un niño autista: “aquí me lo atienden en Pediatría y Psicóloga y la doctora me lo ve seguido”.
“Los pacientes se benefician porque es más fácil y rápido acceder al servicio”, agregó Jeacqueline Canales, coordinadora de la clínica. Según la doctora, mensualmente atienden a unos 170 pacientes pues también visitan escuelas y guarderías para tamizar a menores.
“Aquí hay mucho adulto mayor y no tener que trasladarse es muy bueno”, agregó José Navarro, paciente de 77 años.
Corales y árboles endémicos
RIU también comanda proyectos de jardinería de corales y siembra de árboles endémicos en Sardinal.
El primero se trabaja con Fundecodes y con la Alianza Mar y Tierra, con quienes se restaura el ecosistema de Rocket Frog, un importante punto de buceo en Playa Blanca.
En una entrevista con EF la coordinadora de proyectos en Fundecodes, Elsiana Pastrana, detalló que el proyecto empezó hace 3 años y que ya ha sembrado 2.500 fragmentos de coral.
“Nosotros recolectamos arrecife sano para sembrarlo en unas estructuras de metal que están colocadas sobre el arrecife degradado”, explicó. “Ahí empieza a crecer de nuevo el arrecife y nosotros le damos mantenimiento”.

Cuando el coral y la estructura se llenen del nuevo arrecife —esto tarda unos dos años— las piezas se pueden trasladar a otra zona degradada y replicar el proceso.
El segundo proyecto opera en las escuelas de Artola y Obandito, junto a la Fundación Parques Nacionales.
Allí tienen viveros para la siembra de árboles endémicos, en los que los mismos estudiantes reproducen las especies para llevarlas a fincas.
“En Guanacaste hay muchas extensiones ganaderas y para ellas se necesita talar un montón de árboles”, explicó Harold González, docente de la escuela de Artola: “la idea con los chicos es remediarlo y sembrar en ellos el cuido a la naturaleza”.
Melania Díaz, directora de la escuela de Obandito, concordó: “el proyecto se llama ‘Sembrando Agua’ porque los árboles son fuente de vida. Es una manera de incentivar en ellos el amor a la naturaleza y lo autóctono”.

Turismo y empleo
Además, y para dimensionar el impacto económico, EF conversó con Leticia Rodríguez, dueña de “Bigote Tours”, una empresa que ofrece cabalgatas en Playa Matapalo desde hace 12 años, tras la apertura del hotel.
Rodríguez ha vivido en la zona toda su vida y aseguró que antes de RIU todo “era muy rural: no había agua ni luz y las calles eran trochitas, uno tenía que ir a caballo a la escuela. Cuando el turismo llegó cambiaron las cosas”.
“Bigote Tours” empezó con caballos prestados y ya tiene casi 20 animales que ofrecen el servicio. Además, acaban de agregar masajes a la cartera de su negocio, uno en el que casi el 60% de los clientes son huéspedes de RIU.
Manuel Robleto, Luigi Ampié y Mónica Hernández —segundo jefe de jardinería, jefe de bares y maitre de restaurantes en Riu Palace Costa Rica— también son parte del impacto.
Robleto tiene 16 años en el hotel: toda su vida laboral. Empezó en la construcción de Guanacaste y luego se quedó trabajando los jardines.
Según contó a EF, “yo aquí saqué la secundaria y cursos en primeros auxilios, diseño de jardines y me certifiqué como bombero, por eso me encargo del cuido de la reserva forestal que está al lado del hotel. Ahí hacemos rondas con cortafuegos, cortamos maleza y protegemos el suelo mineral”.
Ampié, de su lado, trabaja en RIU desde hace 12 años y, tras empezar “desde cero, botando basura y jalando licores como asistente”, ha podido crecer:
“Me capacité con las oportunidades que me dio la empresa sobre coctelería, servicio e inglés. Yo vendía periódicos en El Coco y limpiaba los buses de Artola: esto me cambió la vida y es bonito ver como mucha gente nueva viene a superarse“.
Finalmente, la historia de Hernández pasó de una escuela en Limón, donde era maestra, a RIU donde incursionó en hotelería hasta convertirse en jefa:
“Yo me vine de Limón en 2014 con mis dos hijos. Me vine porque me cesaron como educadora y por la dificultad de volver a ingresar en ese ámbito. En mi vida había trabajado en un hotel pero la empresa nos da el chance de crecer”.
RIU cumplió 15 años de operación en el país el año pasado.
Artículo realizado con el apoyo de RIU. ‘Lab de Ideas’ es una sección que destaca iniciativas de marcas y empresas en Costa Rica. El contenido editorial está diseñado para ser útil, y también hay espacio para mensajes comerciales curados, acompañados; diferentes.