Invertir es una práctica que puede ser intimidante para aquellas personas que no tienen un conocimiento previo sobre el tema y sobre los productos de inversión, sus características y beneficios.
Por ello, en este artículo le traemos una guía para que sepa por dónde empezar su camino en este mercado.

¿Qué es una inversión?
A diferencia de un ahorro convencional, una inversión es un proceso en el que el interesado compra activos con el objetivo de generar valor y recibir rendimientos, según señala BAC Credomatic en su canal ‘Finanzas Positivas’.
Estos activos pueden ser de muchos tipos pero entre los principales destacan las acciones, los bonos, los fondos de inversión y los certificados a plazo.
Estos instrumentos se negocian en mercados organizados como las bolsas de valores en las que intermediarios ejecutan las acciones.
El mercado ofrece múltiples opciones de inversión con montos de entrada que pueden ir desde los $50 en adelante.
¿Por dónde empezar?
El primer paso para empezar es entender que toda inversión conlleva algún tipo de riesgo: es decir, la probabilidad de que esta pierda valor en el tiempo.
Ese riesgo se puede reducir diversificando las alternativas de inversión pero para ello es importante que la persona interesada conozca cuál es su perfil como inversionista.
Este proceso se puede realizar directamente en un puesto de bolsa o en una sociedad administradora de fondos de inversión (SAFI). Allí a la persona se le realizará un estudio para determinar cuál es su perfil o se le asignará un corredor de bolsa para que le ayude a invertir en el mercado, acorde a los objetivos previamente definidos que tenga.
Estos pueden ir desde la compra de una casa o el pago de un viaje, por ejemplo, hasta un ahorro para retiro o para estudios de los hijos.
En general existen tres perfiles de inversionistas:
- El conservador que se caracteriza por ser menos tolerante al riesgo y por valorar la seguridad optando por invertir en instrumentos de deuda o en certificados a plazo, donde puede saber la rentabilidad que obtendrá desde que los adquiere.
- El moderado que toma sus decisiones con cautela pero que sí está dispuesto a asumir más riesgos para aumentar sus ganancias en portafolios o carteras de inversión que combinen instrumentos de deuda y capitalización.
- Y el agresivo que es un inversionista que asume riesgo en los mercados y opta por instrumentos que generan mayores ganancias. Como se ha señalado, cuanto mayor es el riesgo, mayores podrían ser los réditos obtenidos.
Una vez definido lo anterior, el siguiente paso es escoger dónde invertir el dinero, lo cual puede trabajarse mediante instrumentos colectivos y mediante opciones individuales.
Entre los primeros destacan los fondos de inversión que reúnen el dinero de muchas personas que delegan la administración de sus activos a un profesional; en el segundo resaltan los certificados de depósito a plazo, los cuales otorgan un rendimiento definido de acuerdo a la tasa de interés y a un periodo de tiempo previamente acordado entre el cliente y la entidad que los resguarde y los bonos, que son instrumentos de deuda que representan un préstamo que los inversores hacen a diversas entidades a cambio del pago de intereses periódicos y que devuelven el capital original al vencer.
La recomendación principal de los especialistas es que la persona interesada se asesore con entidades expertas en el tema y defina, a partir de información confiable, sus objetivos para empezar a invertir.