Si hay algo que las personas descuidan, y en ocasiones desprecian, son sus pies.
Diferentes estudios demuestran que esta parte del cuerpo no es una prioridad en términos de cuidado, higiene y salud, a ninguna edad. Pero cuando duelen, molestan o se asoman en ellos signos de anormalidad, la situación cambia abruptamente.
Esto ocurre, por lo general, cuando las alteraciones, cambios o daños están muy avanzados.
Y el cuidado de los pies pasa también por escoger el calzado.
Según la médica diabetóloga podiatra, Yamile Júbiz Pacheco, presidenta del Grupo Latinoamericano para el Estudio del Pie Diabético y jefa de esta unidad en la Asociación Colombiana de Diabetes, “los pies son el órgano al que menos le prestamos atención, tal vez porque no están a la vista y podemos ocultarlos con facilidad. Las mujeres, particularmente, tienden a ser más descuidadas con la salud de los pies “por el tipo de calzado que usan a diario”.
Cuando duelen
Los hongos, los callos y las verrugas son las lesiones que con mayor frecuencia afectan esta zona.
Sin embargo, no todas las molestias se relacionan con hongos, infecciones o simple cansancio. Según el ortopedista Javier Pérez, es importante revisar los pies de manera exhaustiva al menos una vez por semana, y ante cualquier dolor, consultar a un especialista.
Algunos expertos recomiendan una consulta cada cuatro meses para descartar cualquier tipo de lesión en la piel y en la función anatómica de los pies.
Con respecto a la piel, explica el dermatólogo Elías Páez, es necesario revisar cualquier cambio de coloración, así como la aparición de lunares o manchas, que pueden corresponder a enfermedades graves, como melanomas.
Elija mejor
Cuando uno pierde de vista que los zapatos deben acomodarse a los pies y no al revés, el calzado puede convertirse en una tortura. Tenga en cuenta estas recomendaciones a la hora de comprar zapatos.
Las tallas varían entre sí. Lo ideal es medir los pies a lo largo y a lo ancho y relacionarlos con el zapato que va a comprar.
Por perfecto que uno parezca, siempre hay un pie más grande que el otro. Compre un tamaño que se ajuste al más grande.
Asegúrese de que en los zapatos haya de medio a un centímetro de distancia entre el dedo más largo y la punta del zapato. Menos de eso, le quedarán apretados.
Al comprar zapatos, cálcelos juntos, analice si son cómodos y cerciórese de que los talones no se salgan. Si experimenta algún área de presión o molestia, no los compre.
Compre zapatos preferiblemente después de terminar la jornada de trabajo. Recuerde que con el transcurso del día los pies se expanden o hinchan un poco, lo que exige un tamaño más grande en el calzado.
Revise que el interior no tenga costuras, etiquetas o deformidades que hagan presión y evite las suelas rígidas.
Estructura valiosa
El papel de los pies va más allá de soportar el peso del cuerpo. Son un centro de percepciones, estímulos e información que hace posible, por ejemplo, la posición en pie (bipedestación), algo que diferencia a las personas de otras especies, desde el punto de vista evolutivo. Son más que un conglomerado de huesos, ligamentos, articulaciones y músculos. Son una máquina perfecta donde confluyen principios mecánicos, hidrodinámicos (a través de los vasos sanguíneos) y eléctricos (a través del sistema nervioso). Pero el valor de todo este andamiaje anatómico, tan vital para el ser humano, contrasta con el poco cuidado y aprecio que la gente tiene hacia sus pies.
Fuente El Tiempo / GDA / Colombia.