La decisión de postergar la maternidad —una tendencia reflejada en la caída de la fecundidad en Costa Rica y la edad promedio en la que se da a luz— impulsa la demanda por técnicas de reproducción asistida.
Entre ellas el congelamiento de óvulos (vitrificación) se consolida como una herramienta accesible que permite a las mujeres preservar su fertilidad y mantener la edad biológica de sus óvulos, disminuyendo los riesgos asociados a embarazos tardíos.
Así, lo que antes parecía lejano, es hoy una práctica en crecimiento y cada vez más popular en el país, que está disponible tanto en el sector público para casos oncológicos, como en el privado de forma general.
Maternidad postergada
Los indicadores demográficos del periodo 2013–2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelan una caída sostenida en la tasa global de fecundidad en Costa Rica.
Hace una década, las mujeres tenían en promedio 1,76 hijos al finalizar su etapa fértil.
“Para 2023, este promedio se redujo a 1,19: es decir, aproximadamente un hijo menos en los últimos once años. Desde 2021, el país presenta niveles de ultra baja fecundidad, por debajo de 1,50 hijos por mujer”, constató la institución en sus observaciones tras la publicación del informe.
Por su parte, y según el Panorama de la Sociedad 2024 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Costa Rica la edad media del primer parto se sitúa entre los 28 y los 30 años. En contraste, y en el 2000, las costarricenses tenían en promedio 26,5 años al momento de dar a luz.
Como resultado, el país se une a la tendencia observada a nivel internacional: un aumento sostenido en la edad de inicio de la maternidad.
Paso a paso del proceso médico
El Financiero conversó con el director médico de la clínica Azul Fertility Experts, Marcos Azulay, para detallar cómo funciona el procedimiento de vitrificación:
“Esta una herramienta vanguardista que permite a las mujeres que no pueden o no desean ser madres en un momento determinado —ya sea por razones oncológicas, de desarrollo profesional o personales— preservar la posibilidad de tener una familia en el futuro”, explicó.
El tratamiento comienza con una serie de exámenes médicos básicos y una evaluación ecográfica de la reserva ovárica. Una vez completados esos estudios, se inicia un proceso de estimulación de los ovarios que dura entre 10 y 12 días.
Durante ese tiempo, se aplican hormonas folículo estimulantes mediante inyecciones similares a las de insulina.
“Después hacemos controles ecográficos sucesivos hasta determinar el momento exacto para administrar la medicación final, que provoca la maduración de las células reproductivas”, detalló Azulay.
Alrededor de 36 horas después, y bajo anestesia, se realiza la recolección de los óvulos.
En el laboratorio, los biólogos examinan cada uno y seleccionan los que se encuentran en la fase de madurez óptima, ya que solo estos pueden ser congelados mediante el proceso de vitrificación.
Desde la primera consulta y hasta el congelamiento, el proceso dura unas tres semanas, aproximadamente: los exámenes preliminares se resuelven en pocos días y la estimulación ovárica se extiende por alrededor de dos semanas.
Finalmente, el óvulo puede mantenerse congelado de forma indefinida, siempre que se almacene bajo las condiciones adecuadas.

Perfil del paciente y precios
El especialista recomendó realizar este procedimiento entre los 25 y 35 años edad, pues en esta etapa la cantidad y calidad de los óvulos ofrece los mejores resultados.
“Después de los 40 años, la tasa de éxito disminuye porque la estimulación produce menos óvulos y de menor calidad”, advirtió.
No obstante, el procedimiento sí puede realizarse a cualquier edad cuando exista una necesidad médica urgente, como el inicio de una quimioterapia que comprometa la fertilidad.
El médico Gerardo Escalante, quien labora en el centro especializado en fecundidad Clínica La California, explicó que las pacientes oncológicas figuran entre los grupos más interesados en este tipo de tratamientos.
En estos casos, una gran parte de las consultas corresponde a mujeres con diagnósticos de cáncer de mama avanzado que requieren no solo cirugía, sino también quimioterapia, un tratamiento que puede afectar gravemente la fertilidad tanto de mujeres como de hombres.
Esto se debe a que los medicamentos utilizados, especialmente los llamados alquilantes, son tóxicos para los ovarios y los testículos, por lo que terminan destruyendo los gametos y reduciendo de forma significativa la capacidad reproductiva.

Para quienes inician el tratamiento con un poco más de anticipación que en los casos de enfermedad, es posible realizar una inducción de ovulación múltiple, con el objetivo de recuperar la mayor cantidad de óvulos posible —idealmente entre 20 y 40—.
Esto se debe a que no todos los óvulos fertilizados llegan a desarrollarse como embriones viables, por lo que se necesita una “reserva” amplia para aumentar las probabilidades de éxito en el embarazo.
Escalante indicó que el porcentaje de éxito en el procedimiento es alto, ya que el descongelamiento de los óvulos tiene una tasa de efectividad superior al 98% y agregó que una vez fertilizados, los embriones se desarrollan hasta el día cinco antes de que sean transferidos al útero o de que se almacenen, nuevamente, a temperaturas extremadamente bajas.
Sin embargo, añadió, el proceso no garantiza ni el embarazo ni la salud absoluta del bebé —especialmente en casos de mujeres de edad avanzada— pues en esos procesos intervienen factores naturales de la fertilidad y la genética.
En Clínica La California el procedimiento requiere un desembolso inicial de $5.720 para la extracción de los óvulos y su congelamiento durante cinco años. Una vez cumplido ese periodo deben pagarse $624 anuales para mantenerles congelados.
En caso de no hacerlo, la clínica da seguimiento a las pacientes para confirmar si desean continuar con el servicio y, si declinan, los óvulos son desechados.
Por su parte, en Azul Fertility Experts el costo promedio de un ciclo de vitrificación es de $3.000, con una cuota anual de mantenimiento de $600, independientemente del número de óvulos almacenados.
La experiencia de los pacientes
Al hablar de las experiencias de las pacientes, Azulay refirió al caso de una mujer menor de 20 años que fue diagnosticada con cáncer de mama y que, antes de iniciar la quimioterapia, coordinó bajo vigilancia de su oncólogo la realización inmediata del proceso.
Tras completar el tratamiento contra la enfermedad de forma exitosa, la mujer pudo acceder a los óvulos guardados y actualmente los tiene a su disposición para iniciar con la fertilización in vitro, una vez que decida convertirse en madre.
Otra historia es la de una paciente que viajó 17 horas desde Nueva Zelanda hasta Costa Rica para realizar el congelamiento, debido a que buscaba acceder a la tecnología y protocolos que no encontraba en su país de origen.
El procedimiento incluyó la estimulación ovárica, la extracción de los óvulos y la vitrificación, como es usual. Tres semanas después, la mujer regresó a su país dejando los óvulos guardados aquí, con la posibilidad de utilizarlos en el futuro para planear su maternidad.

Fuera de Costa Rica los testimonios son múltiples, sobre todo en España donde las clínicas de fertilidad promueven con fuerza el tratamiento por medio de redes sociales.
Una de las que destaca es la clínica HC Marbella International Hospital, donde en su sección de testimonios aparece el de una mujer de 39 años, soltera, que desea ser madre en el futuro.
Según afirmó, es consciente de que el congelamiento de óvulos no garantiza la concepción por medio de fertilización in vitro, pero le ofrece un plan alternativo en caso de no encontrar pareja o decidir postergar más su maternidad.
La mujer comenzó con la administración de hormonas para estimular la producción de múltiples óvulos y el seguimiento incluyó revisiones cada dos días para controlar el desarrollo de los folículos.
El día de la extracción, el procedimiento se realizó bajo sedación, de manera ambulatoria con una aguja larga para aspirar los óvulos de los ovarios.
“La intervención duró entre 10 y 15 minutos y el total de óvulos recuperados fue de nueve, todos maduros y aptos para ser preservados por tiempo indefinido”, comentó.
El precio de la vitrificación en esta clínica española es de 2.900 euros con cuatro años de mantenimiento.
Congelar óvulos en la CCSS
El sistema de salud pública de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) también dispone del servicio de congelamiento de óvulos, si se cumplen ciertos criterios.
La Unidad de Medicina Reproductiva de Alta Complejidad (Umrac), ubicada en el Hospital de las Mujeres Dr. Adolfo Carit Eva, tiene a disposición un programa que permite a personas con cáncer preservar su fertilidad de esta forma, antes de someterse a cirugías, quimioterapia o radioterapia.
El servicio en la CCSS es gratuito y se brinda de forma individual, por lo que no es necesario tener pareja para acceder al tratamiento.
El programa también ofrece la posibilidad de donar gametos de manera anónima, con el fin de contribuir a que parejas o mujeres con dificultades de fertilidad puedan cumplir su deseo de tener hijos.
Demanda en crecimiento
A juicio de Escalante, Costa Rica cuenta con centros de reproducción asistida de alta calidad, equiparables a los de países de primer mundo.
Además de la preservación ovárica, estos centros también ofrecen estudios genéticos avanzados en embriones, lo que permite detectar enfermedades hereditarias graves antes de la implantación.
“Cuando abrimos la clínica, hablar de congelación de óvulos sonaba casi extraterrestre. Hoy realizamos entre 60 y 70 ciclos anuales, lo que representa cerca del 25% de todos nuestros tratamientos. Hace dos años era la mitad”, agregó, por su parte, Azulay.
Según sus observaciones, la mayor parte de las pacientes son costarricenses pero el número de mujeres extranjeras está creciendo considerablemente:
“Hoy el 20% de nuestras pacientes viene del exterior. En Estados Unidos un ciclo cuesta varios miles de dólares más, así que muchas prefieren venir a Costa Rica”, afirmó.
Esta apreciación es respaldada por la información pública de varias clínicas estadounideses, donde los precios del tratamiento superan los $9,000. Por ejemplo, en Tree of Life Fertility Center el costo es de entre $10,000 y $12,000.
A su vez, en la clínica Washington Fertility Center el precio del ciclo de congelamiento ronda los $9,900 dólares pero después se deben pagar $8,900 por cada óvulo adicional que se guarde como “respaldo”.
Entre las nacionalidades que atraviesan las puertas de Azul Fertility Experts se encuentran parejas y mujeres de Nueva Zelanda, África, Austria, Bélgica y Canadá.
Aunque parece un mercado incipiente, lo cierto es que en pocos años este se ha logrado consolidar y hacer competencia a grandes países en la industria médica. Por ello los dos especialistas prevén avances a pasos agigantados para los próximos años y califican el progreso logrado hasta ahora como exitoso.
