Las zapatillas deportivas venían en colores dignos de una bebida tropical, verde limón, anaranjado y rosa, como si el logotipo debiera ser una pequeña sombrilla en vez de una “palomita” de Nike. Uno medio esperaba que las suelas olieran a ron y coco.
Si el esquema de color sugirió frivolidad, los resultados en la carrera no. Los zapatos acolcharon los pies de los tres medallistas en el maratón varonil de la Olimpiada de Río de Janeiro el verano pasado. Posteriormente, en el otoño, fueron usados por los ganadores de importantes maratones en Berlín, Chicago y Nueva York.
Los diseños más recientes de las zapatillas deportivas han producido tiempos más rápidos y resultados impresionantes en las carreras internacionales. Pero también han despertado otro debate más sobre el avance de la tecnología y el área gris donde la innovación se topa con reglas extremadamente vagas sobre lo que se considera un injusto mejoramiento del desempeño para los pies.
¿Dónde trazar la línea de la asistencia permisible?
Muchos deportes han pasado apuros con la respuesta. La natación permitió trajes de baño enteros que ayudaron a establecer récords, luego los prohibió después de la Olimpiada de Pekín en 2008 porque daban una ventaja injusta en la capacidad de flotar y la velocidad. Y el atletismo lidió con el tema de las paletas prostéticas usadas por el velocista sudafricano Oscar Pistorius.
El tema más reciente son las zapatillas deportivas. El organismo que rige al atletismo, la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas (IAAF, por su sigla en inglés), afirmó en un correo electrónico que había recibido varias preguntas sobre los corredores de élite que usaban los diseños nuevos hechos por varias compañías.
Bret Schoolmeester, director mundial de calzado para correr de Nike, declaró: “Confiamos en que estamos haciendo las cosas dentro de las reglas y legalmente”.
¿Audaz o efectista?
El 7 de marzo, Nike dio a conocer una nueva zapatilla deportiva, una versión personalizada de la usada por los ganadores del maratón en Río de Janeiro y otras carreras recientes de alto perfil, como parte del intento audaz, algunos dicen efectista, de la compañía por romper en mayo la barrera de las dos horas en el maratón.
Adidas, cuyos zapatillas deportivas han sido usadas por los últimos cuatro hombres que establecieron el récord mundial en maratón, también dio a conocer recientemente un modelo propio, un intento menos publicitado de reducir el récord actual de 2 horas 2 minutos 57 segundos a 1:59:59 o menos.
George Hirsch, presidente de New York Road Runners, que organiza el Maratón de la Ciudad de Nueva York y más de 50 carreras más, dijo que todo, desde las carreras de élite hasta las competencias por grupos de edad, pudiera verse afectado por la más reciente tecnología en el calzado. “Sería imposible verificar los zapatos de cientos de miles de corredores antes de cada competencia”, dijo.
“Esto está cambiando el juego, en el sentido de que si las compañías de calzado deportivo reciben patentes y estas zapatillas llegan al mercado, y se empiezan a usar ampliamente, eso le hace a uno preguntarse si habrá igualdad de oportunidades si la gente puede usar estas ventajas”, dijo Hirsch.
Se considera que todas las zapatillas deportivas mejoran el desempeño. De otro modo, todos correrían descalzos. Pero ¿en qué punto se cruza la línea de la ventaja injusta? Nadie parece saberlo con precisión.
Las zapatillas Nike usadas por los medallistas en la Olimpiada, que se venderán al menudeo en junio por $250, son llamadas Zoom Vaporfly. El calzado que será usado para el proyecto Breaking2, como llama Nike a su esfuerzo de romper la marca de las dos horas en los maratones, es una versión personalizada llamada Zoom Vaporfly Elite, a la cual la compañía se refiere como un modelo de “auto concepto”.
Tres maratonistas de África Oriental patrocinados por Nike, que incluyen al campeón olímpico Eliud Kipchoge de Kenia, intentarán romper las dos horas en una pista de carreras de la Fórmula Uno en las afueras de Monza, Italia. Y Nike ha dicho que el intento no satisfará todos los requerimientos necesarios para obtener un récord certificable.
Voces críticas
Algunos críticos han acusado a Nike de organizar una ardid publicitario, o campaña de mercadotecnia, en vez de un evento deportivo creíble.
Los corredores usarán zapatillas deportivas que han sido ajustadas individualmente. El interrogante es si el modelo de los zapatos usados en la Olimpiada, y en maratones de grandes ciudades, junto con la nueva versión, cumple con los estándares para el calzado de la IAAF, los cuales son imprecisos.
Los zapatos pesan unos 180 gramos e incluyen una media suela gruesa pero ligera que se dice regresa 13 % o más energía que las medias suelas de espuma más convencionales.
Kipchoge dijo que le gusta el acojinamiento y se redujo el dolor en sus piernas al recuperarse de largas carreras.
Incrustada a lo largo de la media suela hay una placa delgada y firme de fibra de carbono que tiene forma de cuchara. Imaginada de otra manera, está un poco curvada como una pala.
La placa está diseñada para reducir la cantidad de oxígeno necesaria para correr a un ritmo veloz. Almacena y libera la energía con cada zancada y debe actuar como una especie de resortera, o catapulta, que impulse a los corredores hacia adelante.
Nike dice que la placa de fibra de carbono ahorra 4 % de la energía necesaria para correr a una velocidad determinada en comparación con otras de sus populares zapatillas para correr.
“Enorme diferencia”
Si es preciso, dijo Tucker, el científico deportivo sudafricano, eso es “el equivalente de correr colina abajo en una gradiente bastante empinada” de 1 a 1,5 %.
“Eso es una enorme diferencia”, añadió.
La Regla 143 de la IAAF ahora dice que el calzado “no debe ser construido como para dar a un atleta alguna asistencia adicional injusta, incluida la incorporación de cualquier tecnología que dé al usuario alguna ventaja injusta”.
¿Qué constituye una ventaja injusta? No se explica.
Funcionarios de Nike dijeron que estaban trabajando de cerca con la IAAF en el diseño de la trayectoria y las pruebas de detección de drogas para el proyecto Breaking2 y estaría “compartiendo” las zapatillas con el organismo rector. También señalaron que las suelas de fibra de carbono han sido usadas antes en la industria del calzado para correr.
“Estamos dando a nuestros atletas un beneficio dentro de las reglas según están escritas”, dijo Schoolmeester, el ejecutivo de Nike, y añadió: “No estamos usando ningún tipo de resortes especiales ni nada como eso”.