La pelota empezó a rodar en algunas de las principales ciudades de Estados Unidos (EE. UU.) bajo un calor abrasador y en estadios que, al principio, rozaron el lleno, pero después mostraron una significativa reducción de público.
En medio de extensas jornadas de protestas por la política migratoria de Donald Trump, el país norteamericano es sede de dos grandes eventos futbolísticos en simultáneo: el Mundial de Clubes y la Copa Oro 2025.
Desde hace varios meses, tanto FIFA como Concacaf esperaban estadios a reventar, sobre todo en el Mundial de Clubes, un renovado evento que reúne a grandes equipos de cinco continentes en una suerte de ensayo para la Copa del Mundo 2026, que tendrá lugar en EE. UU., México y Canadá. Sin embargo, luego de varias jornadas de ambos torneos, lo común ha sido observar miles de butacas vacías durante las transmisiones televisivas.
El sábado 14 de junio, terminado el partido inaugural entre el Al Ahly y Inter de Miami (0-0), la FIFA presumió en sus redes sociales: “Fuimos testigos de un gran encuentro inaugural, disputado en un ambiente espectacular en Miami, en un Hard Rock Stadium colmado. Ante 60.927 espectadores y una audiencia televisiva global, el fútbol se celebró en todo su esplendor”.

Rebajas históricas
Lo que la FIFA no mencionó es que tuvo que bajar los precios de las entradas de los $332 iniciales a $54, días antes de empezar el torneo, para alcanzar ese histórico 93% de aforo.
En Ticketmaster, el socio oficial de venta de boletos de la FIFA para el Mundial de Clubes, las entradas más baratas para el partido inaugural costaban $349 en diciembre. Hasta el jueves, había entradas disponibles por poco menos de $80, un precio inédito para observar un partido del Inter Miami desde que cuenta en sus filas con el astro argentino Lionel Messi.
Según el medio The Athletic, FIFA prácticamente regaló las entradas con descuentos especiales para estudiantes del Miami Dade College, con precios populares que no superaban los $20 y les permitirían asistir al encuentro inaugural en el Hard Rock Stadium y a otros juegos del torneo.
Además, para incentivar la venta, la FIFA publicó entradas para semifinales a un precio de $135.53 (que en diciembre costaban $498). Hizo lo mismo para la final, con boletos que parten desde $287 por entradas por las que antes pedían más de $2.100.
La estrategia cosechó dividendos para el partido inaugural, con una asistencia de 60.927 personas a un estadio con capacidad de 65.326; sin embargo, los números variaron a la baja para el resto de juegos.
Si bien el París Saint-Germain contra Atlético de Madrid llevó una cifra récord de 80.619 personas al Rose Bowl, en Pasadena (un 87,1% de aforo), decenas de miles de asientos quedaron vacíos para los otros dos partidos ese domingo 15 de junio. El Palmeiras-Porto se quedó en un 55% de aforo (46.275 espectadores, en el Stadium MetLife de 82.500) y el Seattle Sounders-Botafogo, en un 45,30% (30.151 en el Lumen Field, que posee 68.740 butacas).
Otras de las notables bajas asistencias se dio en el juego Chelsea vs. Los Ángeles FC, que solo logró reunir a 22.137 espectadores en un Mercedes-Benz Stadium para 71.000 personas; así como el duelo entre Manchester City y Wydad AC, con 37.446 espectadores en un estadio para 67.000 aficionados (Lincoln Financial Field).
Según la agencia de noticias AP, el desinterés de los aficionados por comprar entradas para el Mundial de Clubes, provocó que los asientos en la parte superior para ciertos partidos en el Lumen Field, de Seattle, y el Lincoln Financial Field, de Filadelfia, fueran sacados de la venta. AP confirmó que los enlaces a algunas entradas de reventa en esas secciones no funcionaban y algunos poseedores de entradas, en Filadelfia, recibieron mensajes que indicaban que habían sido reubicados.
Mientras se cerraban secciones de algunos estadios, FIFA debió de revisar su estrategia de precios para adoptar un modelo dinámico que basó en la demanda. Según el diario, As de España, el sistema de venta de entradas es tipo puja, con precios altos al principio para aquellos que pueden pagarlos y descenso paulatino según se acerca el evento para provocar una última oleada que permita llenar el estadio.
Redadas afectan la Copa Oro
Un fenómeno parecido está ocurriendo en la Copa Oro 2025, que también se realiza durante este mes de junio en Estados Unidos. El principal torneo interselecciones de Concacaf, que en ediciones pasadas ha colmado estadios en ese país, luce este año con miles de butacas vacías.
La Concacaf es la confederación que reúnes a las selecciones de Norte, Centroamérica y el Caribe.
Si bien el partido inaugural entre las selecciones de México y República Dominicana logró reunir a 54.309 espectadores en el SoFi Stadium, de California (el reducto tiene capacidad para 70.000 personas), los restantes juegos han estado muy lejos de alcanzar esa cifra.

El duelo Estados Unidos vs. Trinidad y Tobago fue presenciado por 12.610 personas en el Parque PayPal, con capacidad para 18.000 espectadores; y el partido Panamá vs. Guadalupe tuvo 18.262 espectadores en el Parque deportivo Dignity Health, con capacidad para 27.000 personas.
Y una de las peores muestras se dio en el juego entre Costa Rica y Surinam, que reunió apenas a 7.736 espectadores en el Snapdragon Stadium, un reducto con capacidad para 35.000 personas.
Diferentes medios de comunicación han afirmado que, más allá de la competencia con el Mundial de Clubes, la asistencia de aficionados a los primeros partidos de la Copa Oro, se ha visto afectada por las redadas realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE por sus siglas en inglés).
Seguidores de selecciones como México, El Salvador y Guatemala, que han llenado los estadios en ediciones anteriores de la Copa, desistieron esta vez de acercarse al estadio, por temor a ser deportados por el gobierno estadounidense.
“Los de Siempre”, un grupo de aficionados salvadoreños que siguen a la Selecta cada vez que juega en Estados Unidos, confirmó en un comunicado que no estarán en ninguno de los partidos de la selección para resguardar la seguridad de sus miembros y de la comunidad salvadoreña.
“Debido a la situación que se vive en estos momentos con nuestra comunidad, con las redadas de ICE, la seguridad de nuestras familias y miembros es primero. Pedimos a todos mantenerse seguros para volvernos a ver en un futuro en las gradas”, dice el comunicado.
La Selección Mexicana debutó en la Copa Oro 2025 sin el respaldo de sus principales grupos de animación. El Ejército de Pancho Villa y Cielito Lindo, dos de las barras organizadas más representativas del Tri, no asistieron al juego del sábado 14 de junio, contra República Dominicana, en el SoFi Stadium de Los Ángeles, debido al contexto que se vive en esa ciudad por las recientes redadas.
“El Ejército de Pancho Villa anuncia la cancelación de todos los eventos programados para este sábado 14 de junio en la ciudad de Los Ángeles, debido a las protestas que actualmente se llevan a cabo en la zona”, señalaron en un comunicado
Por su parte, Cielito Lindo compartió en redes sociales: “No podríamos estar en las gradas si no podemos estar todos. Nuestra única prioridad será siempre nuestras familias y su seguridad”.
Los Angeles Times reportó que el sábado, a pocos kilómetros del estadio, se realizó una nueva protesta frente a la policía, la Guardia Nacional y la Infantería de Marina que vigila las instalaciones en Los Ángeles.
El medio entrevistó a Sergio Tristán, líder del Ejército de Pancho Villa, quien compartió que muchos migrantes no pudieron ir al partido y celebrar como normalmente lo hacen porque están en la mira del ICE.
“No nos parece bien celebrar con música y comida cuando nuestros hermanos, hermanas, primos y madres están sufriendo por lo que está pasando. Mientras otros sufren, simplemente no nos parece correcto”, declaró Tristán.
Según Los Ángeles Times, en los últimos tres partidos de la Selección Mexicana en el SoFi Stadium, lograron reunir a más de 64.000 personas, pero el sábado se registraron alrededor de 54.300 (el estadio tiene capacidad para 70.000 personas).