Los datos desagregados de Guanacaste muestran que a esta provincia no le ha costado tanto recuperar el nivel de atracción turística de la prepandemia en comparación con el Juan Santamaría. Según las cifras del Instituto Nacional de Turismo (ICT), en 2024 ingresaron casi un 50% más de viajeros en comparación con el 2019 por medio del Aeropuerto Internacional Daniel Oduber, en Liberia (ahora promocionado como Guanacaste Aeropuerto). Para poner ese número en contexto vale la pena ver el resultado del Juan Santamaría: en ese mismo periodo se concretó una reducción del 2%.
Esto tiene que ver en gran parte con el boom turístico e inmobiliario que atraviesa la provincia. Sin embargo, para este 2025 se anticipa una moderación en el crecimiento de visitantes que llegan directamente a Liberia por vía aérea: el primer semestre registró una variación interanual de tan solo un 2% y se anticipa que el año cierre con un aumento de alrededor del 5%.
El Financiero conversó con César Jaramillo, gerente de Coriport, la concesionaria del Daniel Oduber, para conocer su perspectiva sobre la atracción de nuevos turistas, la nueva terminal de vuelos privados y el rol del aeropuerto en el comercio exterior.

¿Qué diferencia al aeropuerto de Liberia del resto de rezago turístico que tiene el país?
Se ha cambiado el comportamiento estacional del turismo en Guanacaste para que pasara de seis meses de alta y seis meses de baja a cinco meses de alta, cinco meses de media y dos de baja. Y esa baja ya no es muy baja. Antes, la temporada baja representaba cada mes un 20% del volumen de pasajeros que teníamos en la temporada alta. En cambio, ahora es un 50%. Entonces la baja es más corta y es más alta.
Esa diferencia no es casualidad, es producto de planes y programas de los que trabajan en este sector. Este aeropuerto es un destino final turístico. Pocos costarricenses vuelan por aquí; son muchos turistas (extranjeros). Eso está relacionado, por ejemplo, con la oferta hotelera que ha crecido mucho y sigue creciendo. En fechas recientes tuvimos la apertura de muchos hoteles, de los cuales hay dos de alta gama y esperamos otros seis de alta gama que se están construyendo.
O sea, son crecimientos del orden del 35% en el número de habitaciones solo en alta gama, porque el 80% de la oferta hotelera del país está constituida por pequeños y medianos, así que imagínese lo fuertes que son todas las cabinitas y los hoteles pequeños. Eso también está relacionado con otro fenómeno importante que ha sido producto del esfuerzo, que es hacer conocer a Guanacaste como un multidestino, no solo playas.
¿Hay algún tipo de viajero que ustedes hoy no están atrayendo tanto como les gustaría?
Sí, nos parece urgente, tenemos años de atraso en atraer turistas desde Europa. No es un antojo, es que nosotros tenemos bien servido el mercado norteamericano. Estamos cubriendo todos los hubs importantes, tanto de Estados Unidos como de Canadá, y la venida de los europeos vendría a completar esa oferta turística de calidad que tenemos.
No es corriente en Europa lo que hay aquí. Hay alguna isla del archipiélago griego, que yo conozca, que tiene algo parecido. Usted tiene que ir a un lugar en Francia y a un lugar en España para que encuentre la calidad y el nivel de aquí. Ya tenemos el producto para ellos, necesitamos los aviones. Ese es un elemento que nos empata con la parte de gobierno, que es la encargada de todo el lado aéreo, porque somos como un matrimonio: nosotros tenemos que hacer una parte y el gobierno tiene que hacer otra.

¿Siente que el esfuerzo de Coriport está siendo recompensado de la misma forma del lado del Gobierno?
En la parte de promoción no tengo ninguna duda. Donde hemos tenido problemas, que son conocidos, es en el tema de la pista. Se arregló, está por certificarse, hubo mucho atraso y eso tuvo efectos.
Ahora estamos en un tema de controladores aéreos que no ha sido fácil. Es difícil agarrar un aeropuerto que trabaja 20 horas al día y mandarlo a 12 en temporada media. Es que nosotros no estamos cerrados ni en temporada baja. Nosotros estamos corriendo récords en la temporada media. Este año fue mejor que el año pasado en junio y estamos viendo julio muy bien. Entonces, si nosotros no tenemos los controladores aéreos para abrir al menos 20 horas en la próxima temporada alta, podemos tener problemas. Y es que ese no es el norte, el norte es 24/7. Tenemos que estar abiertos 24 horas al día porque los pasajeros que podemos traer en ciclo inverso, que llegan de madrugada, son un montón.
Este año anticipan un crecimiento más moderado en el ingreso de turistas, ¿es una moderación que espera que continúe en los próximos años?
No, porque un 35% de aumento de la oferta hotelera de alta gama me llama a mí, aeropuerto, a revisar las capacidades. Si yo tenía un 10,5% anual (de crecimiento), ¿será que yo pego con el 35% o no? Yo no me puedo quedar (atrás), el aeropuerto no puede ser un cuello de botella. Entonces, si el sector privado hotelero está generando una oferta más grande, ellos no son tontos, ellos hicieron sus análisis de sus clientes. ¿Por dónde van a pasar esos clientes? Por aquí (el aeropuerto). Tenemos que estar muy pendientes de que las proyecciones que tenemos se ajusten a las realidades que se van presentando.

¿Está en capacidad el aeropuerto, con la infraestructura actual, de seguir a ese ritmo?
Nosotros ya tenemos lo que se necesita de acuerdo con esa estimación; estamos listos ya para el 2030 de acuerdo a nuestras estimaciones de crecimiento. Si tenemos que revisar las estimaciones para arriba, nosotros tenemos la capacidad financiera de hacerle frente a esos retos.
¿Cómo ha evolucionado la llegada de vuelos privados?
En la aviación general hemos detectado un importante incremento manifiesto de un segmento que se llama aviación ejecutiva, en jets ejecutivos internacionales. Dado eso, pedimos autorización del gobierno, el gobierno nos la dio, hicimos una licitación internacional, tuvimos una participación muy grande, y ya se escogió quién va a ser el operador que junto con nosotros va a manejar eso (una nueva terminal exclusiva para este tipo de vuelos). Ahora nos estamos poniendo de acuerdo en temas contractuales, etcétera, lo anunciaremos en su oportunidad, pero es pronto que vamos a tener una terminal de vuelos ejecutivos.
¿Cuáles son los retos de atender una demanda creciente de vuelos privados?
No se parece a la aviación comercial para nada. Entonces, es importante que usted no solo tenga conocimiento, sino que tenga contactos. Esos aviones, esa gente vive en algún lado y lo que quieren es que les ayuden con el tema del plan de vuelo, con qué van a hacer, y quién los va a recibir.
La licitación internacional es para una nueva terminal de aviación ejecutiva. Es nueva y obviamente cumple con todos los parámetros de seguridad nacional, o sea, policía, migración, etc., pero debe garantizar un tráfico aún más expedito y con una serie de servicios casi como los de la conserjería de un hotel de superlujo. De poco sirve que la terminal sea de oro. No es eso. Básicamente, tiene que ser un proceso simple, que la gente pase muy fácil cuando llega. Y cuando se va, aparte de la facilidad, que tenga una serie de servicios que pueden estar relacionados con la casa del cliente, con el hotel en el cual se quedó. Nosotros necesitamos una comunión muy grande con la comunidad a la que servimos.

Pasando al tema del comercio, ¿cuál es el rol que juega el aeropuerto de Liberia en la exportación de bienes?
Es minoritario, la gran proporción de la carga nacional aérea se maneja por el Juan Santamaría. Me parece que no es por falta de inversión: nuestra terminal es grande y moderna, son 1.900 metros, no es un peaje, es una terminal de importación y de exportación con rayos X, todo tipo de facilidades para las autoridades aduaneras, red de frío, etc. Lo que hace falta es una mejor comprensión, no solo de parte de las autoridades, sino de los usuarios, de las capacidades que hay aquí.
En un momento determinado, creo que en el 2022, se llegó a determinar que hasta $600 millones podían salir de aquí garantizados, pero la creación de carga es un volumen muchísimo mayor que ese. En Guanacaste se producen joyas. Con la exposición a estos mercados exigentes son joyas de cientos de dólares. Eso soporta el costo del transporte aéreo. Hay algunos mercados agroindustriales relacionados con la aeronáutica, la construcción de aeronaves en Estados Unidos que puede proveerse de aquí.
Con eso (la demanda) nosotros podemos poner el primer vuelo itinerado de carga. Ya lo hicimos con varios vuelos chárter. Pero eso no es lo que quiere el empresario, lo que quiere es un avioncito que salga todos los días de aquí.
¿Está subutilizado?
Muy subutilizado desde hace mucho tiempo.
Si creciera la demanda, ¿el aeropuerto estaría en la capacidad de responder hoy?
Hoy. Ahí está la terminal de carga de importación y de exportación. Es de los dos movimientos porque el transporte no se puede mover en una sola vía. Nadie va a venir solo para llevarse carga y hay mucha carga que traer: los delicatessen de los hoteles, mecánica dental, repuestos de maquinaria agrícola; todo eso se puede traer y más. Ya está hecha la inversión, lo que nos toca a nosotros ya está hecho.
¿A quién le tocaría esa otra parte?
Es una suma de entidades del Estado involucradas: Aduanas, Policía, seguridad de la aviación, Salud, MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería), entidades que aglomeran y representan al sector privado como la Cámara de Importadores y la Cámara de Exportadores. Y, sobre todo, el espíritu empresarial.
Hay una labor que hacer para consolidar cargas (...), entonces ahí es donde nuestra labor juega, (también) la de Comex, la de Procomer y las cámaras.