Las tendencias estacionales y fenómenos mercadológicos son una constante en el mundo de las ventas, lo cual implica que el interés de los compradores en adquirir un artículo determinado disminuye apenas otro nuevo capta su interés. Esto es algo natural que responde al flujo del comercio. Sin embargo, hay un selecto grupo, que se amplió con los años hasta formar una considerable comunidad, que es fiel a sus adquisiciones: los coleccionistas.
Hablamos específicamente de quienes coleccionan figuras de personajes de cómics, películas y series. Al principio eran llamados “juguetes”, pero el concepto se amplió debido a que su público corresponde, en su mayoría, a adultos.
No es un secreto que los artículos más originales tienen un precio elevado debido a su exclusividad, pues muchas veces se cuenta con piezas únicas de cada ejemplar, pero actualmente se puede encontrar una variedad más distribuida en Costa Rica a bajo costo y con una amplia gama.
Cuando se comercializa un sentimiento
Ginette Quesada, profesora de mercadeo de la Universidad Fidélitas, consideró que la popularidad de estos artículos no es una coincidencia, sino que responde a una combinación de factores emocionales y estratégicos profundamente ligados al contexto actual.
Uno de los elementos clave que explica este fenómeno es la nostalgia. Muchos adultos crecieron viendo series, leyendo cómics o admirando personajes que hoy forman parte de universos narrativos que han sido transformados en objetos coleccionables.
“Volver a encontrarse con estas figuras representa una forma de reconectar con la infancia, con una etapa emocional íntima, incluso terapéutica. Es una manera de dialogar con el niño interior desde el presente adulto”, explicó Quesada.
Sin embargo, el coleccionismo no solo se trata de emociones. Para muchos, adquirir figuras de colección también es una forma de expresar estatus, identidad y pertenencia. Más allá de colocar una figura en una repisa, se trata de integrarse a un universo simbólico que representa valores, pasiones e intereses personales. Es una forma de diferenciarse, de contar quién se es, sin necesidad de palabras.
En este escenario, las tiendas especializadas han sabido capitalizar este nicho de mercado; muchas invierten en obtener licencias de franquicias reconocidas, impulsan dinámicas como las preventas, lanzan ediciones limitadas y aprovechan mecanismos para activar el conocido síndrome FOMO (Fear of missing out o Miedo a quedarse por fuera). Esta estrategia fortalece el sentido de urgencia y exclusividad.
Además, algunas figuras se consideran hoy obras de arte, tanto por su nivel de detalle como por su proceso de producción, muchas veces hecho a mano. Otras, incluso, son vistas como inversiones, ya que duplican o triplican su valor en el mercado secundario.
“Ya no hablamos únicamente de jugueterías: hablamos de un mercado especializado, plataformas de e-commerce, galerías y espacios de exhibición. Pasaron a consolidarse como parte de la cultura pop contemporánea con un peso comercial, cultural y emocional cada vez más relevante”, dijo Quesada.
¿Dónde los puedo encontrar?
Ciudad Manga es el único distribuidor oficial en el país de marcas como Hot Toys (una firma líder en esta materia) por lo que tiendas más pequeñas deben realizar sus pedidos a través de ellos.
Esta licencia fue obtenida directamente con los proveedores de Estados Unidos, quienes optaron por otorgarla tras observar el crecimiento sostenido de la demanda en el país.
“Tener la licencia permite acceder a precios especiales, garantías y soporte directo. Si una figura llega defectuosa, como ocurrió con una edición limitada de Wonder Woman (de la cual existían solo 25 en el mundo), la tienda puede tramitar reemplazos directamente con el proveedor. Las figuras pedidas sin licencia, en cambio, implican mayores costos y procesos más engorrosos”, explicó Angie Pinzón, encargada de comunicación de la tienda.
Pero si usted es asiduo a visitar locales familiares para el hogar y correr al pasillo de estos objetos, también hay otras tiendas en las que puede encontrarlas.
En Universal, aunque el espacio está destinado mayormente a juguetes, hay algunos kits de colección de Fórmula 1, Hot Wheels, Harry Potter, DC Comics y Sonic.
Toys, por su parte, tiene una oferta más dirigida al mundo de anime, como One Piece, Naruto y Tools Attack on Titan.
Por su parte, Vértigo, conocida por la venta de vinilos, tiene a su disposición también una amplia variedad de Funko Pop en sus distintas colecciones.
Y aunque Walmart no tiene fama de ello, lo cierto es que cumple con suplir este mercado en una pequeña parte, pues dispone de figuras de Sonic para los entusiastas de este personaje y algunos de GreenLight Collectibles que se encuentran agotados actualmente.
Leiton’s no se queda atrás: como se puede observar en su sitio web, posee oferta de Hot Wheels, Maxi Monsterflex, Pokemon, Jurassic World, Sonic, entre otros.

¿Cuáles son los precios?
En Ciudad Manga, las figuras coleccionables varían en precio, detalle y público. Las más exclusivas, de resina y superiores a ¢300.000, están dirigidas a coleccionistas adultos con experiencia, que valoran la edición limitada y destinan espacios especiales en sus hogares para exhibirlas.
En un rango medio, entre ¢50.000 y ¢200.000, se encuentran figuras articuladas como los Hot Toys, muy detalladas y con accesorios hechos a mano. Estos productos atraen a adultos jóvenes que buscan calidad, aunque con presupuestos o espacios más limitados.
También existen opciones más accesibles, entre ¢20.000 y ¢50.000, para coleccionistas nuevos o niños. De hecho, hay menores que ya comenzaron sus propias colecciones con el apoyo de sus familias, adquiriendo incluso figuras de hasta ¢70.000, según comentó Pinzón.
El gusto por ciertos temas también influye; Star Wars, Marvel, League of Legends y películas de terror definen el tipo de figura que se adquiere. Además, casi todas se obtienen mediante preorden con listas de espera de, incluso, dos años.
Universal oferta las figuras de DC Comics en un promedio de ¢4.000, lo que representa la variedad más accesible. Una de Sonic de la línea Goo Jit Zu cuesta ¢13.990. De este último personaje, Walmart ofrece cinco piezas pequeñas por ¢15.000.
Las de Harry Potter, que incluye presentaciones de varitas del universo mágico y otros artilugios de la saga, suben a un rango de los ¢16.000 aproximadamente.
En cambio, las de Fórmula 1 se venden en un paquete con 12 minifiguras por un precio de ¢59.880.
Toys parece enfatizar su colección al anime con precios entre¢18.000 y ¢22.000.
Los Funko Pop de Vértigo empiezan a partir de los ¢7.000, pues esta colección se divide en otras más pequeñas, según los lanzamientos especiales basados en películas, series y otras tendencias del momento.
Por ejemplo, uno de los más exclusivos mostrados en su sitio web es el de un Pikachu de Pokémon por el precio de ¢84.500 y un Boba Fett de Starwars a ¢85.500. Los regulares tienen un valor de ¢13.500.