Terminaron las vacaciones y los centros educativos resuelven en gran medida las necesidades de cuido de menores, en especial para padres con trabajos demandantes o viajeros frecuentes. Esto presenta la tentación de desentenderse de la parte académica, al menos hasta que haya problemas ¡y muchas veces ya es tarde!
El éxito durante este curso lectivo es un trabajo de equipo y los papás y mamás pueden hacer la diferencia, sin que esto perjudique el tiempo dedicado a la jornada laboral.
La sicóloga Maricruz Coto Chotto, del Centro de Psicología y Desarrollo, asegura que “no se espera que los padres sean el maestro en casa de sus hijos. Lo esencial es el apoyo emocional, fortalecer la autoestima, mostrar confianza en sus capacidades, y motivarlos no sólo en las áreas académicas, sino en todo lo que implica el asistir a un centro educativo (actividades formativas, deportivas, artísticas, sociales, etc.)”.
Claves del éxito
Mónica Rojas, sicopedadoga de Kamuk School, asegura que una de las maneras de involucrarse en el proceso –aún cuando esté fuera de casa– es invertir tiempo en definir y equipar un espacio adecuado para las tareas y asignaciones de sus hijos.
La definición y equipamiento del sitio para estudiar puede ser delegada en los hijos mayores o incluso en personal de apoyo, requiriendo poco tiempo y seguimiento por parte de los padres.
Además, preocuparse por que exista este espacio muestra que los padres tienen interés en que sus hijos aprendan también en casa y puede resultar en motivación positiva para los hijos.
Coto hace énfasis en este tema: “He podido observar en la consulta que las personas con dificultades en esta área siempre mencionan que sus padres no mostraban mayor interés en el estudio. Es decir que la relevancia del tema es una ideología con un valor transgeneracional. Si los padres logran demostrar interés, y disfrute del aprendizaje, y además lo asocian con beneficios reales como tener un trabajo bien remunerado, ser feliz trabajando en su vocación, etc.; es altamente probable que estén creando el ambiente donde mejor germinen los éxitos académicos de sus hijos”, dice la sicóloga.
Reglas claras
Aunque las clases acaban de comenzar, las reglas familiares sobre estudio, tareas y temas relacionados se deben aplicar cuanto antes.
Lo ideal es definirlas en familia o tomarse el tiempo para comunicarlas y explicarlas, de modo que cada miembro de la familia tenga claro qué se espera de él y por qué.
Paula Rodríguez, sicóloga de Servicios CUN, da las siguientes recomendaciones:
• Regule el tiempo de acceso a teléfonos inteligentes e Internet . El acceso a estas tecnologías debería restringirse a partir de la hora de la noche que se negocie en familia. Los dispositivos electrónicos pueden dejarse en un lugar previamente acordado y es conveniente apagar el dispositivo de Internet inalámbrico mientras se duerme.
• Establezca las horas para estudiar y hacer tareas . Es conveniente que se trabaje a una hora similar todos los días y que la materia se vaya llevando al día desde el inicio. En caso de los padres y madres de familia que trabajan fuera de la casa, pueden establecer el hábito de supervisar los avances de los hijos al volver del trabajo (tareas hechas, material de estudio confeccionado) o una vez a la semana.
• Negocie y deje en firme la hora de ir a la cama. Recuerde que los niños en edad escolar deben dormir un promedio de 10 horas diarias y los adolescentes un promedio de 8 horas diarias. Pacte desde ya la hora de ir a la cama en días lectivos y sea firme en su cumplimiento.
• Una alimentación balanceada es fundamental para un buen rendimiento académico. Supervise que la dieta de sus hijos incluya alimentos variados: tanto frutas, como verduras, carbohidratos y proteínas. Si su hijo tiene alguna condición de salud particular que involucre el tema de la alimentación, es importante consultar a un profesional en Nutrición y tener una comunicación clara con el centro educativo sobre este tema.
• Establezca hábitos de orden y organización. Elija un lugar para guardar los útiles, el bulto y demás materiales relacionados con las clases.
• Valoración sicopedagógica. Si ha observado que su hijo presenta alguna dificultad académica, este momento del año es el ideal para realizarle una valoración sicopedagógica. De esta manera se pueden identificar los apoyos que requiere el menor, sea dentro de la dinámica del aula o durante las evaluaciones. En caso necesario, se pueden determinar las áreas en las que requiere de algún reforzamiento.
¡Es mejor prevenir!
“La comunicación fluida con el centro educativo es necesaria”, explica Maricruz Coto.
No implica estar pendiente de cada tarea o asignación, (aunque en algunos casos pueda requerirse), pero sí estar al tanto de las fechas de exámenes y los reportes de notas.
“Otro elemento muy importante es el reporte del hijo, si manifiesta aburrimiento, pereza, descontento, estrés, ansiedad, quejas, enojo, etc., es fundamental investigar la causa a tiempo, para tomar medidas.
El lugar de estudio
Debe contar con un escritorio, una silla cómoda, lámpara, un mueble donde pueda guardar el material y ser un espacio ordenado y limpio.
Silencio: debe estar aislado de distractores como el ruido de televisión, personas, automóviles y demás sonidos fuertes que interrumpen el proceso de estudio.
Temperatura: el espacio debe tener un equilibrio, ni muy caliente ni muy frío; porque este aspecto puede ser determinante para no aprovechar el espacio asignado.
Iluminación: si es inadecuada puede provocar sueño y podría causar problemas de visión.
Decoración: color blanco o colores pasteles. No incluya con cuadros, dibujos, carteles, ni adornos.
Fuente Mónica Rojas, sicopedagoga.