Tres grandes firmas multinacionales han anunciado este año que recortan operaciones en Costa Rica. Intel y Pfizer comunicaron que trasladaban parte de su personal en el país a otros mercados, mientras que Qorvo (firma con 30 años de operación en suelo nacional) cerró definitivamente.
La situación enciende alarmas de los especialistas pues, aunque los datos de inversión extranjera en años anteriores se mostraron sólidos, al cierre del primer semestre del año se ha evidenciado una contracción de un 7% en comparación con el mismo periodo de 2024. Incluso, se habla de que el modelo muestra señales de agotamiento y es hora de tomar acciones.
Para Fernando Cruz, presidente de Cinde, ya se evidencian variaciones en lo que están pidiendo los inversionistas al momento de establecerse en un mercado como Costa Rica. El jerarca se refirió a este y otros detalles del tema en entrevista con El Financiero.
¿Cuál considera que es el factor de costo operacional más crítico que ha perdido competitividad frente a mercados competidores y qué impacto tiene esto en la decisión de salida de las empresas?
Cuando analizamos el entorno competitivo de Costa Rica, vemos un cambio muy claro en las prioridades de los inversionistas. Hoy el orden de preocupaciones es distinto al de hace una década: primero talento, luego seguridad, por primera vez en la historia, seguido de costos e infraestructura.
En ese contexto, el costo energético es uno de los factores más sensibles, porque tiene un impacto transversal en industrias intensivas en tecnología y manufactura. No solo se trata del factor costo, sino de asegurar la redundancia energética. Este factor afecta decisiones de instalación y reinversión en el mediano plazo.
¿Se ha observado un problema de inflación salarial o ‘guerra por el talento’ dentro del país que haya encarecido el recurso humano de alta especialización al punto de anular la ventaja comparativa de Costa Rica?
Lo que enfrentamos es una crisis global que pasa por la tensión de talento especializado en segmentos de alta demanda: ingenierías, data, automatización, megatendencias, idiomas. Esa tensión no elimina nuestra ventaja, pero sí obliga a evolucionar el modelo: de atraer talento a formarlo junto a las empresas. Hoy el talento se convierte en un habilitador compartido entre el sistema educativo, el sector productivo y el ecosistema de inversión.
La situación actual en el país, en el marco de las empresas multinacionales, combinando el requerimiento de un segundo idioma y de mayor especialización técnica, ha aumentado la dificultad de encontrar ese talento.
Ante el cambio en la estrategia de atracción de inversión (separación o reestructuración de funciones de Cinde/Procomer), ¿cómo podría afectar la coordinación entre las instituciones públicas en la retención de las empresas ya establecidas?
Desde Cinde creemos en la articulación institucional para continuar fortaleciendo las capacidades país en los habilitadores de la inversión extranjera directa (IED). Nuestra organización sigue articulando con las compañías (más de 400 empresas atendidas en lo que va de este año), entendiendo de primera mano sus retos operativos, desde su rol técnico, independiente y apolítico.
En la actual competencia global, ¿cuál considera que es la nueva propuesta de valor que Costa Rica debe adoptar con urgencia, más allá de la estabilidad democrática y el talento, para seguir atrayendo inversión de calidad?
Costa Rica está ante un punto de inflexión. Ya no se compite únicamente con estabilidad y talento; eso hoy es el piso, no el techo. La propuesta de valor del país debe evolucionar para promover al país como generador de conocimiento e innovación, aprovechando las tendencias globales y tecnológicas, con lo cual se permita promover las capacidades de diseño, investigación y desarrollo de nuevos productos y servicios globales, maximizando el valor agregado del país.
Costa Rica puede encontrar profundidad y diferenciación, si a nivel de política pública y conexión con los sectores productivos se promuevan incentivos de nueva generación y habilitadores de un ecosistema dinámico de generación de conocimiento.

