“Basta ya de excusas. El fútbol femenino no necesita caridad, necesita compromiso real. La dirigencia del país debe entender que sin inversión, sin visión y sin coraje, estamos condenados al rezago. No hay espacio para la mediocridad ni para quienes temen el cambio”.
El pasado 8 de marzo, Liga Deportiva Alajuelense, el ocho veces campeón del fútbol femenino de Costa Rica, levantó la voz para exigir un compromiso real con esta disciplina. Lo hizo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y mediante un comunicado en el que denunció “trabas, indiferencia y decisiones que responden a intereses ajenos al verdadero crecimiento del deporte”.
El mensaje de la institución rojinegra resonó en un momento en que el fútbol femenino vive una de sus peores coyunturas a nivel estructural, deportivo y, en especial, económico.
El 9 de enero, otro de los equipos históricos del país, el Deportivo Saprissa, informó de que dejaba la Primera División del fútbol femenino por falta de avances en esta disciplina.
Gustavo Chinchilla, gerente general del Saprissa, argumentó que, junto con la falta de competitividad en el torneo nacional, existe una crisis de asistencia a los estadios, por lo que anunció el cierre de su equipo de Primera División femenina y advirtió que solo formaría parte de la temporada 2025, si la Unión Femenina de Fútbol (Uniffut) o el ente que administre el torneo brinda ciertas condiciones.
“No es que nos estamos haciendo los rogados, es que queremos que el fútbol femenino se organice. Tiene que existir un plan claro, con objetivos y acciones. Lo trascendental es aumentar la competitividad, tener la sostenibilidad financiera y profesionalización”, acotó Chinchilla el 28 de marzo pasado, durante una conferencia de prensa.
“Hace un año y medio los presidentes del fútbol femenino le enviamos una carta a la Uniffut, en la que pedíamos transparencia financiera, un plan de desarrollo y sostenibilidad financiera, y la posibilidad de apalancarse de la Unafut, pero todavía estamos esperando respuesta”, reconoció el gerente morado.
Chinchilla se refirió a una carta presentada por varios dirigentes del fútbol femenino en diciembre del 2023, en la que solicitaban a Víctor Hugo Alfaro, presidente de la Unifutt, que se brindara mayor poder de decisión a los equipos, así como más transparencia en la gestión y uso de los recursos financieros que entraban a ese ente.
Gradas y arcas vacías
Pese a haber sido sede de dos Mundiales de Fútbol Femenino de la FIFA (Sub-17 y Sub-20), históricamente la asistencia a los partidos de la liga femenina de Costa Rica ha sido baja. Solo unas pocas finales o juegos decisivos han logrado atraer público a los estadios.
Por ejemplo, la mayor asistencia en la liga de fútbol femenino se presentó el 16 de diciembre del 2019, en el estadio Alejandro Morera Soto. Esa noche, 16.900 personas observaron la final del Torneo de Clausura entre Codea-Liga Deportiva Alajuelense y el Deportivo Saprissa.
La segunda mejor asistencia se dio tres años después, en la final de vuelta del Torneo de Clausura 2022 entre Alajuelense y Saprissa, cuando 14.144 espectadores volvieron a llenar el Morera Soto.
No obstante, en los últimos torneos, las cifras de asistencia a los estadios han sido ínfimas. Incluso partidos de equipos como Saprissa, Dimas Escazú, Pérez Zeledón, Suva Sports y Tsunami Azul se disputaron con las gradas vacías, pese a que en algunas ocasiones no se cobró entrada.
Sin afición en las gradas, los principales ingresos de los equipos de fútbol femenino se concentran en patrocinios y derechos de transmisión. No obstante, en setiembre pasado, Saprissa, Dimas Escazú, Municipal Pococí, Tsunami Azul y Pérez Zeledón hicieron una nueva amenaza de retirarse del campeonato debido a una considerable caída en sus ganancias.
Mediante una carta, los clubes denunciaron que las televisoras dueñas de los derechos de transmisión (TD+ y Tigo Sports), decidieron no continuar con los patrocinios de varios equipos femeninos, lo que provocó un fuerte golpe a sus finanzas.
Una de las televisoras afirmó, en un comunicado, que la desmejora en la organización y ejecución de los torneos de la liga femenina, afectó el interés de la audiencia y los anunciantes. Aseguró, además, que la situación del fútbol femenino es responsabilidad de los clubes y sus dirigentes, e hizo un llamado para “encontrar una salida que asegure su futuro”.
La crisis organizativa empeoró en los últimos meses con la expulsión de Tsunami Azul y Pérez Zeledón por no presentarse a varios partidos debido a problemas económicos, así como con la cancelación del Torneo de Copa por falta de equipos inscritos y la salida de Puerto Viejo FC, actual subcampeón nacional.

Nueva liga, ¿la solución?
El 10 de abril, diversos medios de comunicación confirmaron la creación de la Liga Premier Femenina, un nuevo torneo que busca resolver la crisis de la categoría mayor femenina.
De acuerdo con el diario La Nación, La creación de esta nueva liga se acordó en una reunión encabezada por el presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (FCRF), Osael Maroto, junto a representantes de la Uniffut.
Ambos entes serán los encargados de organizar esta competencia, como parte de una reestructuración que incluye cambios en el reglamento, un nuevo esquema de licenciamiento y la posibilidad de que los recursos económicos se manejen a través de un fondo común.
Aunque la creación de la Liga Premier no se ha anunciado oficialmente, los medios aseguran que el nuevo torneo comenzaría en junio próximo y que contaría con ocho equipos fundadores, entre los que sobresale el regreso del Saprissa FF y el Club Sport Herediano (retirado en el 2023).
Junto a ellos estarían Liga Deportiva Alajuelense, Club Sport Cartaginés, Sporting FC, Dimas Escazú, AD Chorotega y Municipal Pococí.
Una de las modificaciones sustanciales en esta nueva liga radica en la instauración de un sistema de licencias para clubes. Este requerimiento demandará niveles básicos en organización, aspectos deportivos y gestión administrativa, con el propósito de profundizar la profesionalización del fútbol femenino.
“El fútbol femenino está creciendo en el mundo y no podemos quedarnos atrás. Como federación, podemos proporcionar condiciones, pero la liga es la que debe tomar las decisiones y nosotros apoyaremos al 100%. Se necesita una reestructuración, trabajar en áreas como lo comercial, la competición y la estructura para que todos los equipos sean fuertes”, afirmó Maroto a La Nación, en diciembre pasado.
¿Cambios en camino?
A finales de marzo, la FIFA presentó la cuarta edición del informe de evaluación comparativa sobre el fútbol femenino, titulado “El Camino del Cambio”. Para este informe, el ente rector analizó datos de 86 ligas y 669 clubes con el objetivo de trazar un mapa del panorama mundial del fútbol femenino.
Tras el análisis, las ligas y clubes fueron clasificados en tres grupos según el nivel de profesionalización. Aunque no se menciona en cuál está Costa Rica (sí se explica que fue incluida solo en el análisis de los clubes), las cifras que se conocen del fútbol femenino nacional dejan ver que está en las etapas iniciales del proceso de profesionalización.
En este grupo se ubican clubes con un promedio de ingresos por explotación menor a los $19.844 y en el que las jugadoras reciben un salario promedio de $2.800 al año (en Costa Rica, la mayoría no tiene salario, sino viáticos por jugar y entrenar).
Ahora bien, de haber sido tomada en cuenta en el análisis de las ligas, la Primera División de Costa Rica también estaría dentro del grupo 3, el de menor profesionalización.
En este grupo se incluye a las ligas con un promedio de ingresos de explotación de $76.000, un 46% de ellas reporta pérdidas financieras y tienen un promedio de asistencia a los partidos de 380 personas, cifras que concuerdan con lo que ha ocurrido en la Primera División tica en las últimas temporadas.

En su informe, FIFA ofrece varias recomendaciones para ayudar a las ligas y clubes en su proceso de profesionalización.
Por ejemplo, aconseja que las ligas deben tener una duración mínima de seis meses, 90 partidos disputados y 10 equipos participantes. Recomienda también crear academias juveniles, implementar un sistema de concesión de licencias y priorizar la aplicación de políticas de salvaguardia y reglamentos generales antidopaje.
Para que las ligas con baja profesionalización mejoren la atracción de aficionados, recomienda usar plataformas de redes sociales e implementar campañas de marketing para impulsar la venta de entradas. Aconseja también que las jugadoras tengan un contrato de trabajo por escrito, y que las ligas y clubes deben esforzarse por aplicar criterios de salario mínimo.
Por último, en su análisis, FIFA insiste en ver al fútbol femenino profesional como “un negocio típico de start up”, subrayando la necesidad de que los clubes acepten las pérdidas iniciales y proporcionen una “inversión sostenida” antes de obtener ganancias.
Entonces, cuáles de estas recomendaciones seguirá la nueva Liga Premier impulsada por la FCRF. Por ahora, clubes como Alajuelense ven con buenos ojos cualquier esfuerzo para que el fútbol femenino salga de esa crisis que les hizo alzar la voz.
“Agradecemos el impulso que está tomando la Federación para hacer este cambio necesario de una vez por todas, consideramos que la estructura actual tuvo aspectos positivos, pero es un modelo que caducó”, afirmó León Weinstock, directivo rojinegro.
“Es importante tener un apoyo real, que va más allá de tener un equipo femenino y ya, es asegurarse de darle su espacio, que las jugadoras tengan condiciones, porque todo eso mejora el producto, es lo que motiva a la gente a ir”, agregó.