
Atrás quedaron los pequeños locales con venta exclusiva de plantas ornamentales y semillas, para darle paso a las frescas propuestas que buscan que los clientes puedan educarse y degustar platillos, confeccionados ya sea con ingredientes cosechados en el sitio o tipo cafetería.
Algunos viveros fueron más allá en su oferta de plantas y pasaron a expandir su portafolio a comestibles con hierbas, vegetales o frutas.
Otros producen líneas solamente para exhibición, como es el caso del algodón en El Arca Verde, en Santa Bárbara de Heredia, que comprende un terreno de ocho hectáreas. En este caso, la oferta se complementa con terrazas de aceites esenciales y medicinales, así como colorantes naturales.

La dinámica de negocio en otros lugares incluye la creación de jardines y espacios verdes con su propia producción. Algunos apenas se suman a esta tendencia de expansión del portafolio con la idea de salirse de lo ordinario.
Páramo Plantas, en Escazú, decidió expandirse y pasó de tener tiendas a ubicarse en terrenos con zonas verdes y otro que denominan un “gran oasis”, donde los árboles decoran el lugar junto a las orquídeas y suculentas.
Proverde Garden Center, en Santa Ana, inició hace 30 años como una empresa de paisajismo y hace una década creó el vivero. Esta empresa sumó a su oferta una cafetería.
“Salir de lo tradicional e incluir más variedad en un sitio acorde a lo que se vende es parte de la tendencia de los viveros en Europa”, afirmó Jilma Ramírez, dueña de Proverde.
Más que plantas

El Arca Verde tiene 30 años de producir con vivero. Sin embargo, se mantuvo de bajo perfil porque era un pasatiempo de su fundador Harve Thomas, quien hace tres años decidió vender otros negocios que mantenía en el país y enfocarse en el jardín botánico.
“Lo más importante que tenemos es la colección de árboles frutales porque tenemos más de 130 variedades de frutas y más de 1.500 árboles”, puntualizó Thomas.
El momento en que Thomas decidió darle una nueva cara al terreno, donde cultivaba plantas, coincidió con el inicio de la pandemia. Pero siguió remozando el lugar con la construcción de las terrazas, arcos de frutas de la pasión, árboles frutales, jardín de medicina tradicional china, jardín sagrado y el de palmas.
En estas ocho hectáreas se encuentran cosechas conocidas como el culantro y chile, hasta wasabina (raíz del wasabi, que se consume en consistencia de pasta en la gastronomía japonesa), algodón y ayahuasca.
“El nombre ‘El Arca’ es precisamente porque aquí lo que hay es variedad. Nosotros no producimos intensivamente nada y lo que se produce, básicamente, es para el restaurante en el tema de frutas y hortalizas, entre otras”, dijo Isabel Simpson, directora general de El Arca.
El restaurante tiene un concepto “de la huerta a la mesa” en el que las entradas, platos fuertes y postres contienen ingredientes y decoraciones tomadas del jardín.
Los viveros siguen presentes en este lugar que se transformó en una fundación y es por medio del restaurante que obtienen los ingresos para sostenerse, además del costo de la entrada.
La expansión del negocio de Proverde Garden Center se originó porque la demanda así lo pedía, sumado al interés de su dueña en que la empresa no se estancara en la oferta tradicional de los viveros.
“En los últimos años empezamos a tener el punto de venta en Lindora. Yo siempre quise tener un vivero diferente, no solamente dedicado a la venta de plantas. También incursionamos en la venta de macetas de las cuales somos unos de los mayores importadores de macetas”, contó Jilma Ramírez, dueña de Proverde.

En este vivero tienen árboles frutales, hierbas, comestibles, plantas ornamentales y semillas. La cafetería la habilitaron hace tres años como respuesta a la necesidad de los clientes de tomarse un café rodeados de un ambiente verde.

Páramo Plantas inauguró su primera ubicación en el 2018 en Pinares de Curridabat. Mantienen una sede en San Gerardo de Dota y otra en Escazú, la cual la trasladaron de una tienda a un terreno con vegetación en el mismo cantón.
“Estábamos en busca de un terreno que se prestara para tener una amplia gama de plantas, que no solo pusiéramos las plantas sino que también el entorno ayudara a que los clientes se sintieran cómodos en un oasis en medio de la ciudad”, indicó Natalia Chacón, copropietaria de Páramo Plantas.
En Páramo contaron por algunos meses con venta de alimentos en la sede de Escazú. Ahora tienen proyectado habilitar una zona de Food Trucks porque los clientes consultan si tendrán ventas de comida.

De esta manera, Páramo se suma a la línea de propuestas en las que ya están sumergidos El Arca y Proverde.
En estos tres sitios coinciden en una de las metas: educar a las personas en el uso, siembra y cosecha de las plantas y de frutas, entre otros, así como en la variedad de usos que se le pueden dar tanto en la cocina como para decoración.
Novedades verdes
En Proverde se mantendrán a la vanguardia con el portafolio que ofrecen y enterándose de las tendencias mundiales para reproducir esa innovación en su oferta.
En Páramo, además de proyectar la venta de alimentos para este año, cuenta con una boutique floral.
“En febrero de este año empezamos a incursionar en el mercado de boutique floral. Nos aliamos con una clienta florista que, cuando dejamos disponible el local en el centro comercial Los Laureles para pasarnos a este terreno en Escazú, se ubicó ahí y establecimos esa floristería”, dijo Natalia Chacón, copropietaria de Páramo Plantas, sobre la boutique floral Búcaro.
En El Arca, a pesar de que manejan un portafolio diversificado, no se quedan atrás en los planes de innovación y para finales del mes de abril instalarán paneles solares que proporcionarán energía al restaurante. La generación de electricidad con paneles solares se suma a la poza que abastece todo el lugar.