Mantener cuentas nacionales que reflejen de la mejor manera la realidad nacional, es una necesidad elemental. Del análisis de esas cuentas se deriva una visión del país, a partir de la cual se definen políticas públicas, y se permite la evaluación de las ejecutadas hasta ese momento.
El país ya ha sufrido las consecuencias de no siempre contar con las estadísticas adecuadas. En el gobierno anterior se hizo un esfuerzo por actualizar información utilizada en algunos índices internacionales, que se apoyaban en datos viejos, y resultaban en una incorrecta valoración del país, por ejemplo en el tema de competitividad, por citar solo uno.
Precisamente por eso es importante una revisión cuidadosa de la calidad de la información que se está recopilando. Esto pasa por una auditoría técnica de los procesos que se llevan a cabo actualmente, así como la valoración del nivel de equipamiento y preparación profesional de los entes responsables.
Lo cierto es que la aspiración de contar con un verdadero Sistema de Estadística Nacional (SEN), no ha terminado de concretarse.
Mucho se debe a la incomunicación interinstitucional que es tan común en el sector público costarricense, que no facilita los flujos de información obligatorios para mantener al día estadísticas relevantes, y que es expresión de un problema tanto de cultura organizacional, como de diseño institucional.
El país debe valorar la renovación del marco jurídico del SEN. Un cambio debería designar a Mideplan como rector del sistema, como una forma de darle ese carácter global –y el peso político necesario a la rectoría–, que debería tener un sistema de esta naturaleza.