El editorial de El Financiero titulado “Educación estancada”, señala una serie de desafíos y desigualdades existentes en el sistema educativo costarricense que demandan una atención oportuna.
A pesar de los múltiples retos no es cierto que Costa Rica se encuentre estancado en materia educativa.
El Quinto Informe Estado de la Educación señala que el país ha cumplido con una serie de condiciones necesarias para alcanzar un mayor progreso educativo, entre ellos: la modificación de programas de estudio, nueva infraestructura, mejoras salariales de los docentes y su titulación.
Esto ha permitido que el sistema educativo salga de una etapa de entrabamiento y avance, aunque de manera inercial, en áreas estratégicas, como cobertura, retención estudiantil y ambientes de aprendizaje.
El aumento en la inversión educativa ha sido un factor clave para salir de la parálisis en materia educativa por lo que debemos evitar lecturas erróneas.
Es oportuno aclarar: primero, si bien la inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto en educación es similar o incluso mayor a la de países como Australia, Suiza, Reino Unido, Canadá o Estados Unidos, la inversión en educación por persona de estos países es más de cuatro veces mayor que en Costa Rica.
Segundo, los cambios en educación son graduales por lo que los resultados no saltan a la vista inmediatamente.
En el complejo escenario fiscal que hoy atraviesa el país es fundamental un uso óptimo de los recursos sin que esto comprometa los avances en un pilar del desarrollo nacional como es la educación.