Un mercado ineficiente. “Jamás imaginamos que el mercado cambiario fuera ineficiente y que nos iba a dar tantos problemas”, me confesó, en el 2008, un alto funcionario del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Se oculta información. La ineficiencia del mercado cambiario se vio potenciada gracias a que el BCCR se negó a revelar cuáles son las reglas de intervención en el mercado cambiario. “El Banco Central tiene el derecho de intervenir, y lo va a hacer cuando sea oportuno”, respondió Francisco de Paula Gutiérrez, entonces presidente del BCCR, cuando se le cuestionó si ocultaba datos.
Bandas con flotación arbitraria. Durante los últimos siete años, el tipo de cambio no se determinó libremente por la interacción de las fuerzas de la oferta y la demanda, se fijó (banda inferior en ¢500 por dólar) y se manipuló (entre las bandas) por el BCCR, de manera arbitraria, sin justificaciones técnicas ni rendición de cuentas. Con cada intervención en el mercado cambiario, el BCCR redistribuyó injustamente riqueza, creando, de manera artificial, ganadores y perdedores.
Paso a la flotación administrada. Antes de eliminar las bandas cambiarias, el BCCR debe pasar de una flotación arbitraria a una flotación administrada.
Para esto, debe renunciar a ocultar información relevante para los jugadores del mercado cambiario, empezando por publicar las reglas de intervención, hasta llegar a un 100% de transparencia.
El temor a flotar está bien justificado. La ineficiencia del mercado cambiario no se elimina si se pasa de una flotación arbitraria –con o sin bandas– a una flotación administrada o a una libre flotación. Para eso se puede considerar la dolarización.