LEA MÁS: Planes de salida y recuperación post COVID-19: una propuesta

Si una virtud han tenido las conferencias del mediodía, es que le han dado una solemnidad adecuada al virus y al confinamiento. Pero además nos ha dado alguna seguridad, que apacigüe la incertidumbre. Tal vez algunos puristas discutan el formato, pero a los legos nos ha permitido un acceso ejecutivo a los datos que interesa.

El ministro de Salud ha mostrado asimismo que conoce su oficio, y hasta aliviados nos sentimos en la forma que nos obliga a estar guardados, aunque no queramos.

¿Por qué en materia económica no han creado el equivalente al Ministro de Salud? Alguien que nos cuente cada noche ¿cuántas empresas han cerrado, cuántas se han recuperado, cuántas han mantenido al menos el 50% de sus trabajadores, cuántos compatriotas siguen sin empleo y cuántos lograron al menos un trabajito temporal?

¿Quién podría ser?

Alguien que además nos haga un recuento de cuántas reservas de hotel sobrevivieron en las últimas 24 horas, que nos cuente cuánto ingreso en impuestos se alcanzó, ojalá con el detalle de las empresas que los generaron.

LEA MÁS: Eduardo Lizano: "Hay que hacer gala de un extraordinario sentido común"

Un vocero que nos detalle cuánto nos costó en salarios cada funcionario público que no está en las áreas de salud ni de emergencias. Un funcionario que nos diga con cuántos respiradores contamos en las finanzas públicas, antes de acudir al FMI.

Al igual que el ministro de Salud ha dado algún sentido de que “todo está bajo control”, sería importante que el consumidor, el consultor, el exportador, el financista, cualquiera que tenga que lidiar con la economía, tenga una idea de si la curva (caída del PIB, déficit fiscal o la deuda pública) se está aplanando.

Y déjenme decir que yo tengo en mente el funcionario que podría hacer ese papel, y no es Ministro…