En el mundo de la logística, el concepto de “última milla” se ha convertido en un factor clave para mejorar la eficiencia de las entregas y la satisfacción del cliente.
La última milla se refiere al tramo final del proceso de distribución, es decir, desde el centro de distribución hasta el destino final del producto, ya sea una tienda, un negocio o el consumidor final. Su importancia radica en que es la fase más costosa y compleja de toda la cadena logística, representando hasta el 55% de los costos totales de transporte.
Aplicaciones Reales de la Última Milla
El concepto de última milla se aplica en diversos segmentos y sectores, incluyendo:
Ecommerce: las grandes y pequeñas empresas que comercializan sus productos por medio de internet dependen de la optimización de la última milla para garantizar entregas rápidas y eficientes.
Retail y supermercados: las grandes cadenas de supermercados y grandes retailers han desarrollado estrategias de entrega a domicilio para competir en el mercado digital.
Sector farmacéutico: la distribución de medicamentos y productos médicos depende de una última milla eficiente para garantizar entregas en tiempo y forma.
Alimentos y restaurantes: empresas de delivery de comidas han revolucionado la logística de última milla con modelos de entrega bajo demanda.
Mensajería y paquetería: empresas tradicionales de paquetería han optimizado sus procesos de distribución para mejorar la experiencia del usuario y reducir tiempos de espera.
Desarrollo del sistema
Para lograr una operación eficiente en la última milla, es fundamental desarrollar estrategias y modelos adecuados. Algunas de las principales acciones a considerar incluyen:
Uso de tecnología: implementar software de gestión de rutas, inteligencia artificial y big data para optimizar la planificación de entregas.
Microhubs urbanos: establecer centros de distribución estratégicamente ubicados en zonas urbanas para agilizar la entrega y reducir costos.
Vehículos sostenibles: adoptar soluciones de transporte ecológico, como bicicletas eléctricas, motocicletas y vehículos eléctricos, para reducir la huella de carbono es una tendencia en este mercado.
Automatización y robots de entrega: se han desarrollado robots autónomos para entregar paquetes de manera eficiente, pero aún no se han masificado.
Flexibilidad en la entrega: ofrecer opciones como lockers inteligentes, puntos de recolección y entrega programada para mejorar la experiencia del cliente.
Objetivos comerciales
Para una empresa que busca ingresar al sector de distribución de última milla, es fundamental definir sus objetivos comerciales para garantizar rentabilidad y sostenibilidad. Repasemos algunos de esos eventuales objetivos.
Aumento de ingresos y rentabilidad. Expandir la oferta de servicios logísticos para captar más clientes y generar mayores ingresos mediante soluciones eficientes y diferenciadas.
Un segundo objetivo puede ser la expansión del mercado. Penetrar en nuevas áreas geográficas y ampliar la base de clientes, tanto en zonas urbanas como rurales.
También puede establecer el desarrollo de marca y diferenciación. Construir una identidad sólida en el sector logístico, destacándose por la rapidez, confiabilidad y calidad del servicio puede ser una de las metas a alcanzar. Debe considerarse la maximización de recursos con el fin de asegurar la eficiencia en el uso de vehículos, almacenes y tecnología para reducir costos operativos y mejorar la rentabilidad.
Considere también la posibilidad de crear alianzas estratégicas. Colabore con empresas de ecommerce, retailers y operadores logísticos para fortalecer la cadena de suministro y aumentar el alcance del negocio.
Un objetivo adicional puede ser la incorporación de modelos de negocio innovadores. Se trata de implementar suscripciones, tarifas dinámicas o servicios premium de entrega para diversificar las fuentes de ingresos.
Qué no es entrega de última milla
Es importante distinguir lo que no se considera una entrega de última milla dentro de la logística.
Distribución mayorista: cuando los productos son transportados en grandes volúmenes a centros de distribución o tiendas sin una entrega directa al consumidor final.
Transporte de larga distancia: la logística de última milla no abarca los envíos intercontinentales o nacionales que involucran múltiples puntos de tránsito antes de llegar al destino final.
Entregas a intermediarios: si los productos son entregados a otro operador logístico que posteriormente los distribuirá, esto aún no se considera última milla.
Recolección en tienda: cuando los consumidores acuden personalmente a recoger sus productos en un establecimiento comercial, se elimina la necesidad de una entrega de última milla.
Diferenciar estos conceptos permite comprender mejor el papel clave que juega la última milla en la cadena de suministro y cómo optimizarla de manera efectiva.
Beneficios
El desarrollo de una estrategia eficiente de última milla genera múltiples beneficios para empresas y consumidores:
Reducción de costos operativos: esto se logra mediante la optimización de rutas, la implementación de tecnología de rastreo y el uso de algoritmos de planificación avanzada. Reducir el tiempo de tránsito y consolidar envíos permite minimizar los costos de transporte y almacenamiento.

Mayor satisfacción del cliente: la implementación de entregas rápidas y seguras a través de sistemas de seguimiento en tiempo real y opciones de entrega flexibles mejora la experiencia del usuario, aumentando su fidelización y confianza en la empresa.
Menor impacto ambiental: utilizar flotas de transporte sostenibles, como vehículos eléctricos y bicicletas de carga, junto con estrategias de optimización de rutas, reduce significativamente las emisiones de carbono y contribuye a la sostenibilidad del negocio.
Mayor competitividad: empresas que logran una entrega eficiente pueden diferenciarse en el mercado, captar más clientes y aumentar su participación en el sector. Implementar tecnologías innovadoras, como la automatización y el uso de inteligencia artificial, permite ofrecer un servicio más efectivo y atractivo.
Eficiencia en tiempos de entrega: la reducción de tiempos de espera se consigue mediante la automatización de procesos, la integración de hubs urbanos y la utilización de software de predicción de demanda. Esto no solo mejora la operatividad del negocio, sino que también disminuye las tasas de devoluciones y reclamos.
La última milla representa un desafío logístico clave en la actualidad, especialmente con el crecimiento del comercio electrónico y las nuevas expectativas del consumidor. Desarrollar estrategias innovadoras y tecnológicas para mejorar este proceso es fundamental para lograr entregas más rápidas, eficientes y sostenibles. Las empresas que logren optimizar esta etapa no solo reducirán costos, sino que también fortalecerán su relación con los clientes y aumentarán su competitividad en el mercado global.
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El autor es asesor de empresas especializado en logística.