La publicación de manuales de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) para los productores de mango, melón y sandía en el 2011, más la capacitación en estas metodologías a agricultores de Grecia, Cartago, Guanacaste, Puriscal, Esparza y la zona sur, pretenden mejorar las ventas de las pequeñas y medianas empresas (PYME) del sector primario de la economía y proteger la salud de los consumidores nacionales.
Como BPA se conocen las normas, principios y recomendaciones técnicas que se ejecutan para aumentar la sanidad e inocuidad de los alimentos. "Son aplicables a la producción agrícola, procesamiento y transporte, orientadas a cuidar la salud humana, proteger el medioambiente y mejorar las condiciones de los trabajadores y su familia", expresó Pedro Sánchez, jefe de la Unidad de Control de Residuos y BPA del Servicio Fitosanitario del Estado (SFE).
De acuerdo con un comunicado de prensa del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la aplicación de estas normas también incluye el uso racional de agroquímicos, el control biológico de plagas y la utilización correcta de equipos de protección personal y su mantenimiento.
El SFE comenzó en el 2010 a capacitar a funcionarios y PYME agrícolas en BPA. Tras la implementación de las técnicas, detectó rastros de plaguicidas en cinco productos de cada 100, mientras que en el 2006 se encontraban residuos en 40% de los bienes agrícolas inspeccionados.
"Las BPA se toman desde el campo hasta que el producto llega a la mesa del consumidor. Contempla siembra, cosecha y manejo poscosecha. Difieren de las prácticas tradicionales, pues deben cumplir con los requisitos específicos de producción limpia", agregó Sánchez.
A las PYME las capacitaciones del Servicio Fitosanitario llegan mediante programas de extensión, ejecutados por facilitadores preparados en BPA.