Escuchar
pymes@elfinancierocr.com
Innovación, efectividad y productividad son claves en la competitividad empresarial, lo cual depende de la creación de diferencias reales en sus productos y de los hábitos para realizar mejoras sustanciales, en los dos primeros casos.
Para la productividad hay una combinación de prácticas que puede aplicar en su empresa, que incluyen lograr economías de escala (producir más, logrando reducir los costos de cada unidad de producto), motivación del personal y la gestión o administración de proyectos en la empresa.
Eso sí, considere que la innovación, la eficiencia y la productividad van de la mano. Elevar la producción -y las economías de escala- dependen de lograr un aumento en las ventas con productos y servicios diferenciados, es decir: innovadores, y con menos fallas, con más eficiencia.
Economías de escala
La productividad de las empresas locales muchas veces se ve afectada por no lograr economías de escala, dice Laura Bravo Monge.
Ella es decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de Univerrsidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit) y también propietaria de una microempresa.
Las economías de escala se logran produciendo más cantidad. El problema se da cuando el proceso de manufactura es manual.
“Es difícil de lograr (producir más cantidad)”, dice Bravo. “Se requeriría hacer una inversión en equipo y planta para preparar a la empresa a aumentar su capacidad de producción”.
La dificultad en aumentar la capacidad de producción basándose en equipos viene de la falta de acceso al crédito bancario, que “sentencia” a la empresa seguir siendo micro, pequeña o mediana, lo que implica -en su opinión- la necesidad del desarrollo de una banca de desarrollo.
“Estamos atados de manos. Para acceder a un crédito, requerimos dar activos como colaterales (lotes, edificios, casas), que no siempre tenemos”, indica.
Sin embargo, la empresa puede evaluar alternativas como leasing o arrendiento, donde se alquilan equipos y maquinaria por periodos de tiempo, con la ventaja que puede sustituirlos por otros activos actualizados siempre bajo el mismo mecanismo de alquiler.
Motivación
Las preocupaciones diarias de producción y atención de los clientes concentra a los empresarios, a veces olvidando el cuidado y motivación de los colaboradores.
La productividad de los empleados depende de su empatía -compromiso e identificación- con la empresa, lo que depende a su vez de las actividades y esfuerzos con ese propósito que realice el propietario de la compañía.
Tal motivación no se logra con controles excesivos, de ingreso, salida, comidas y hasta de idas al baño, pues más bien se crea reacciones contrarias y todo tipo de molestias cuando se sobrepasa lo normal y legalmente establecido.
Para motivar a los empleados es clave crear un ambiente de confianza, trabajo y participación, donde ellos puedan hacer sugerencias y contribuir a las mejoras en eficiencia y en aumento de la producción, así como para la innovación.
Impulse proyectos
Cada nuevo contrato, cada nuevo producto y cada iniciativa debe ser gestionada o impulsada como si fuera un proyecto.
Para realizar ese tipo de gestión se puede utilizar algunas herramientas de planificación, desde una simple agenda o un cronograma hasta programas informaticos que faciliten la organización.
El ordenamiento de las actividades en fases y fechas, para cumplir con los contratos, y el control necesario ayudan a que la empresa fabrique la cantidad de productos y brinde los servicios en el tiempo requerido.
Aquí se debe cuidar que los tiempos para realizar el proyecto sean los adecuados, tener los mecanismos de control para medir los avances, y desarrollar canales de comunicación óptimos dentro de la empresa, de acuerdo con lo escrito por Johhan Granados, especialista del Centro de Gestión Tecnológica e Informática Industrial (Cegesti).
Asimismo es indispensable tener claridad sobre los requerimientos y expectativas de los clientes, la evaluación de riesgos y el cumplimiento de las medidas para reducir riesgos internos y amenazas externas, así como la ejecución del plan de calidad (de reducción de fallas).
En esencia y en todo caso es fundamental que la empresa y el mismo empresaio sean capaces de ejecutar sus propios planes y proyectos en innovación, eficacia, motivación, aumento de la producción y ventas.
