Tras la aprobación de la Ley para Investigación Biomédica, publicada en el Diario Oficial La Gaceta el pasado viernes 25 de abril, Costa Rica enfrenta el reto de recuperar la credibilidad y atraer a los inversionistas que abandonaron el país después de cuatro años de impedimentos para realizar investigaciones en humanos.
Junto al reto de recuperar la credibilidad, queda pendiente también la publicación el reglamento respectivo, que estará a cargo del Ministerio de Salud y que podría tardar unos 6 meses en estar listo.
María Elena López, ministra de Salud del Gobierno entrante, aseguró que pretenden tomar en cuenta a todos los actores involucrados para que el documento satisfaga las solicitudes de los grupos que han mostrado cierta preocupación por la publicación de la ley.
"No digo que sea nada del otro mundo. En una Ley es necesario construir consenso a nivel nacional para eliminar incertidumbres y preocupaciones, pero esto no va a ser un obstáculo o retraso" aseguró López.
Reabrir los centros que permanecieron cerrados a consecuencia de la prohibición, capacitar a personal, lograr un apoyo gubernamental claro y firme que haga eco a nivel internacional y procurar que las compañías farmacéuticas abran nuevamente sus centros de investigación en Costa Rica, son parte de las tareas que deben desarrollarse, indica Guillermo Rodríguez, presidente del Instituto Costarricense de Investigaciones Clínicas (ICIC).
De acuerdo con datos de la Coalición Costarricense de Inciativas para el Desarrollo (Cinde), el sector de ciencias de la vida (que también agrupa el sector de dispositivos médicos y actividades relacionadas con la biotecnología y farmacéutica), pasó de tener 8 compañías operando en el país en el 2000, a 57 al cierre del 2013.
Esto significa que el número de firmas que operan actualmente en el país es 613% mayor que en el 2000 y emplean a 17.300 personas.
Dentro del total de exportaciones de bienes, la comercialización de equipos de precisión y médico pasó de representar un 1,8% en 1999, a un 13,5% en 2013. Hoy representan el segundo producto de exportación del país y se ubicarán como el primer producto de exportación a partir del 2015, según estimaciones de Cinde.
A pesar de que varias compañías abandonaron el país por la prohibición que frenó las investigaciones en el 2010, las exportaciones de equipos de precisión y médico alcanzaron los $1.559 millones en el 2013.
El crecimiento anual del sector desde 1998 es del 22% y representan el 24% del total de las exportaciones del país.