La estabilidad de la conexión a internet en Costa Rica es un factor a considerar para la continuidad de los negocios, el teletrabajo y la vida cotidiana de millones de personas. Sin embargo, la infraestructura de telecomunicaciones del país enfrenta una vulnerabilidad geográfica constante: la alta exposición a eventos climáticos y desastres naturales que, con frecuencia, provocan cortes en los cables de fibra óptica terrestre.
Históricamente, la mayor parte del tráfico de internet del país depende de las conexiones que aterrizan en la costa del Caribe, en Limón.
Esto crea un riesgo latente: un fallo en esa zona, ya sea por un terremoto, una inundación o un daño accidental, podría degradar o interrumpir severamente el servicio para una gran parte de la población y del sector empresarial.
Para mitigar este riesgo, la diversificación de las rutas de conexión al internet global es una necesidad estratégica.
El concepto clave es la redundancia, que en términos sencillos significa tener un “plan B” o una ruta de respaldo. La creación de nuevos puntos de conexión en diferentes zonas geográficas blinda al país contra fallos masivos y garantiza la resiliencia de la red nacional.
En esta línea, la operadora Liberty anunció la puesta en marcha de una nueva pieza de infraestructura que busca, precisamente, fortalecer esta redundancia, abriendo una nueva gran autopista de datos, pero esta vez desde la costa del Pacífico.

Liberty Costa Rica anunció la puesta en operación de una nueva salida internacional de internet, la cual se ubica en la zona de Esterillos de Parrita.
Esta nueva infraestructura se convierte en el tercer punto de interconexión de la operadora, sumándose a los ya existentes en Limón y en Corozal (Panamá).
“Con esta implementación, Liberty suma un tercer punto de interconexión a internet (...) lo que permitirá mayor disponibilidad de la red frente a eventuales cortes de fibra óptica, generados por desastres naturales u otros factores externos”, señaló la gerente general de Liberty, Johanna Escobar, en un comunicado enviado por la compañía.
Escobar indicó que con esta nueva salida darán un paso firme en la construcción de una red más segura y confiable.
Dos cables submarinos para una disponibilidad del 99,99%
El comunicado de la empresa detalla que “la nueva salida internacional utiliza dos cables submarinos (Sam-1 y PCCS)”.
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En términos simples, esto significa que la conexión en el Pacífico no depende de un solo “hilo”, sino de dos grandes autopistas de datos submarinas que conectan a Costa Rica con el resto del mundo. Esta doble conexión reduce drásticamente la posibilidad de una falla total en esa ruta.
Debido a esta configuración, la empresa garantiza a sus clientes, tanto residenciales como empresariales, una conexión con una “disponibilidad casi total del 99,99%”.
Esta cifra se traduce en un tiempo de inactividad máximo teórico de solo 52 minutos y 35 segundos por año, uno de los mayores más altos estándares de confiabilidad en la región.
La inversión para mantener operativa esta nueva salida internacional ronda $1 millón anuales, según informó la compañía.
Un plan integral para fortalecer la red
Esta nueva infraestructura forma parte de una serie de acciones que la operadora está ejecutando para robustecer su red a nivel nacional.
Una de las mejoras es la renovación de su red de transporte con tecnología DWDM, que el comunicado explica como “una tecnología que permite enviar múltiples señales de datos por un mismo cable de fibra óptica como si fuera una autopista con muchos carriles invisibles”. Esto multiplica la capacidad para transportar servicios como 5G y fibra óptica al hogar.
Además, la compañía habilitará nuevas rutas de fibra óptica sobre su backbone de transporte.
El backbone es la red principal o la “columna vertebral” de internet que conecta grandes ciudades y regiones. Tener más rutas en esta red principal asegura mayor disponibilidad cuando ocurren cortes de fibra por mal tiempo.
Otro punto clave es la instalación de un segundo Core Móvil de datos en su centro de datos de Tiribí, en San José.
El Core es el núcleo de una red de telecomunicaciones; tener un segundo cerebro en una ubicación física diferente garantiza que si uno falla, el otro puede asumir el tráfico, evitando una caída total del servicio móvil.