¿Cómo explicar los cambios ideológicos radicales en una sociedad –o incluso una empresa–, que de un modo pendular, favorecen a minorías que se encontraban olvidadas o discriminadas? Las minorías no solo se deben entender como un fenómeno a gran escala, sino que también puede darse en pequeños espacios geográficos y temporales pequeños, tales como instituciones, compañías o simples unidades de negocios.
Una manera de entenderlo es a través del complejo de uxorius. Este concepto se atribuye al emperador romano Justiniano el grande (s.VI d.C.), por las numerosas reformas que hizo en favor de las mujeres casadas. Eso le valió el sobrenombre del emperador de las esposas (imperator uxorius). Esta actitud hacia la minoría constituida por las esposas siglos atrás, se trasladó luego al derecho de familia.
Hasta antes de Justiniano, la mujer era un cuerpo sobre el cual tenía dominio el marido, quien incluso acordaba con quién se debían casar sus hijas. A excepción de muy pocos casos –familias ricas–, en el imperio romano las mujeres no tenían derecho al voto, ni de ocupar cargos públicos.
Más recientemente, el complejo uxorius se refiere a la igualdad de derechos que tienen ambos cónyuges en la relación matrimonial, dirección de la familia, y el ejercicio de la patria potestad. Lejos de menoscabar el rol de la mujer, uxorius se refiere al radical protagonismo de la mujer, y la gran protección que hoy día se le procura en el ámbito legal.
¿Qué es una minoría?
Aunque el concepto de minoría es relativo, debido a que una mayoría numérica puede encontrarse en una posición similar a la de una minoría, autores coinciden en que las minorías son grupos sociales que se encuentran en una posición no dominante.
El artículo 2 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre las Minorías sostiene que “Las personas pertenecientes a minorías tendrán el derecho de participar efectivamente en la vida cultural, religiosa, social, económica y pública”. A estos suelen añadirse aquellas personas que tienen discapacidades, pertenecen a ciertos grupos políticos o que tienen una orientación sexual particular, entre muchos otros.
Para Michel Foucault, autor del libro Microfísica del poder, los individuos están siempre en situación de sufrir el poder y también de ejercerlo. De modo que esta dinámica de las minorías puede aplicar tanto en un país como en una empresa multinacional, una pequeña empresa o un simple emprendimiento. Puede ejercerlo el mandatorio de una nación, un gerente o un supervisor. Para Foucault, el poder también fluye desde abajo hacia arriba, desde lo micro hasta lo macro.
En consecuencia, el complejo de uxorius puede extenderse al ámbito político y de los negocios, para comprender esa protección que se procura a grupos menos protegidos. Posiblemente la clave sea, como afirma Aristóteles, encontrar un punto medio, para que la búsqueda deliberada de la dignidad de unas personas no vaya en detrimento de otras, sino en la conquista de un bien mayor: el bien común.