Es común en la consulta de nutrición atender a personas que hayan hecho varios intentos de pérdida de peso y que por alguna razón volvieron a ganarlo. Las cifras mundiales y de nuestro país tanto de sobrepeso como de obesidad son alarmantes, pero es aún más alarmante la poca adherencia a los tratamientos de pérdida de peso que encontramos en las personas.
Una revisión en el 2007 de la Asociación Americana de Psicólogos de 31 estudios de dietas encontró, que tanto como dos tercios de las personas que hacen dieta terminan 2 años después pesando más que antes de iniciar la dieta.
No pareciera ser tan difícil mantener el peso que se pierde si la fórmula básica para perder peso es sencilla y muy conocida: consuma menos calorías de las que gasta, pero si fuera tan sencillo, la obesidad no sería el problema mundial que enfrentamos hoy.
El problema es que las personas quieren creer en soluciones milagrosas, algunas nuevas soluciones científicas que confunden a las personas haciéndolas creer que es realmente la “receta mágica”. Nuestro apetito por cualquier dieta que nos quite las libritas de encima rapidito es tan insaciable como el apetito por la comida densa que nos hace ganar esas libras.
Los últimos estudios científicos confirman que el ambiente en el que viven las personas, en el que aprenden, trabajan y juegan afecta su salud y la salud de sus comunidades. Por ejemplo: la evidencia demuestra que cuando los niños tienen acceso a parques que sean seguros, estos son más activos. Cuando las tiendas locales venden alimentos frescos y accesibles, las familias comen mejor.
Factores que contribuyen al problema:
Cuando toda la evidencia que tenemos se unifica, es claro que la epidemia de obesidad no se puede arreglar con una solución simple, hay muchos factores que contribuyen al problema. Es en parte el entorno. Por ejemplo los hábitos de nuestros amigos, que comida esta en nuestra casa y las tiendas locales, cuanta oportunidad tenemos de movernos en el trabajo, etc.
También es el factor biológico; hay predisposiciones genéticas para almacenar grasa, para sentir saciedad más rápido, hasta para tener las papilas gustativas más sensibles. En parte es el factor económico; la comida chatarra es en muchos casos más económica que los productos frescos. Y es el mercadeo también ya que las compañías de alimentos son másteres en vender sus productos que no siempre son los más sanos.
El método más exitoso a hoy para perder por lo menos moderadas cantidades de peso y mantenerlo con dieta y ejercicio son los programas que se enfocan en cambios conductuales. Los enfoques conductuales han sido estudiados por décadas e involucran una serie de cambios pequeños y sostenibles en hábitos de alimentación y ejercicio que son motivados y promovidos por las personas y el resto de nuestro entorno.
Estudios conductuales de obesidad y dietas reconocen algunas condiciones básicas que están correlacionadas con una mayor oportunidad de perder peso y mantenerlo:
- Rigurosamente medir y anotar las calorías.
- Rigurosamente anotar el ejercicio y peso.
- Hacer cambios modestos graduales en vez de drásticos.
- Comer dietas balanceadas que son moderadas en grasas y azucares en vez de eliminar grupos enteros de alimentos.
- Poner metas claras y moderadas.
- Enfocarse en hábitos sostenibles a lo largo de la vida en lugar de dietas a corto plazo.
- Atender grupos de apoyo donde las personas pueden recibir motivación para seguir con su esfuerzo y felicitaciones cuando lo hacen.
Nuestro medio ambiente y el mercadeo tan sofisticado apuntan a nuestra necesidad de gratificación sensorial y en nuestra vulnerabilidad a la desinformación. Adicionalmente, los deficientes hábitos alimenticios y de ejercicio que vemos en nuestros amigos, familia y colegas nos terminan motivando a seguir así.
En esencia las intervenciones conductuales intentan reconfigurar este ambiente a uno que nuestra necesidad de información, gratificación y motivación social nos deberían mover hacia alimentos más sanos y ejercicio en lugar de alejarnos de los mismos.
Espero que todo lo mencionado le sea de utilidad, el objetivo es que reciba el mensaje correcto de diversas formas diferentes, así es más probable que logremos resistir a la urgencia que tenemos de comer más de lo que necesitamos.